AUGC solicita de manera inmediata la destitución del máximo responsable de la Co-mandancia de Huesca por sus continuos desprecios a los derechos de los guardias civiles y su impropia actitud respecto a lo que se espera de un guardia civil.
Para situarnos en el tiempo, fue en el mes de junio del año pasado cuando desde la Jefatura de la Comandancia de la guardia civil de Huesca se ordenó, concretamente por su Teniente Coronel, la retirada de todos aquellos calendarios que, colocados en las distintas dependencias oficiales de todas las unidades de la provincia, hiciesen referencia a AUGC. En noviembre dio una segunda orden en idénticos términos.
Como quiera que esta asociación profesional entendió que con dicha orden se vulne-raron derechos fundamentales, tanto a los guardias civiles como de las asociaciones profesionales, protegidos por la Constitución, como son el de libertad de expresión y el de libertad de información, se presentó demanda ante los juzgados de Huesca.
Finalmente, quince meses después de los hechos, el máximo responsable de la Co-mandancia de Huesca, tras un importante periplo tanto administrativo como judicial, ha venido a reconocer en un informe, ante el acorralamiento del juzgado, que con su or-den se habían venido a conculcar derechos fundamentales.
Pero hoy, cuando desde AUGC solicitamos al ministro del Interior el relevo inmediato de este máximo responsable de la Comandancia de Huesca no lo hacemos exclusi-vamente por este hecho. Lo hacemos por todo un comportamiento que bajo su gestión ha quedado muy lejos de lo que de cualquier guardia civil se espera, como por ejem-plo:
- La forma en la que se ordenó realizar la mudanza al nuevo cuartel en Monzón. Donde desde la Jefatura de la Comandancia se vino a decir que no había dinero para realizarla y se les ordenó verbalmente a los guardias civiles que “se buscaran la vida”. Por supues-to, desde la Dirección General se paralizó dicha mudanza hasta poder realizarse poste-riormente en las condiciones adecuadas.
- El espionaje al que se sometió a los integrantes del CNP mientras estos realizaban con-troles de extranjería en la provincia de Huesca (recordar la coincidencia en el tiempo con los asesinatos por terrorismo islamista cometidos en Francia), y cuya razón todavía no se ha explicado. Al igual que tampoco se ha explicado, de manera veraz, qué quería decir el oficial al mando de la Comandancia de Jaca cuando vino a decir que era una orden da-da “por parte de la superioridad…”. ¿Qué superioridad era esa? ¿A quién alcanzaba?
- El tremendo e incomprensible desconocimiento de la legislación que protege a las mujeres embarazas o en situación de lactancia natural que hizo que este responsable vinie-se a decir a una guardia civil que no existía legislación alguna que protegiese esta causa.
Para situarnos en el tiempo, fue en el mes de junio del año pasado cuando desde la Jefatura de la Comandancia de la guardia civil de Huesca se ordenó, concretamente por su Teniente Coronel, la retirada de todos aquellos calendarios que, colocados en las distintas dependencias oficiales de todas las unidades de la provincia, hiciesen referencia a AUGC. En noviembre dio una segunda orden en idénticos términos.
Como quiera que esta asociación profesional entendió que con dicha orden se vulne-raron derechos fundamentales, tanto a los guardias civiles como de las asociaciones profesionales, protegidos por la Constitución, como son el de libertad de expresión y el de libertad de información, se presentó demanda ante los juzgados de Huesca.
Finalmente, quince meses después de los hechos, el máximo responsable de la Co-mandancia de Huesca, tras un importante periplo tanto administrativo como judicial, ha venido a reconocer en un informe, ante el acorralamiento del juzgado, que con su or-den se habían venido a conculcar derechos fundamentales.
Pero hoy, cuando desde AUGC solicitamos al ministro del Interior el relevo inmediato de este máximo responsable de la Comandancia de Huesca no lo hacemos exclusi-vamente por este hecho. Lo hacemos por todo un comportamiento que bajo su gestión ha quedado muy lejos de lo que de cualquier guardia civil se espera, como por ejem-plo:
- La forma en la que se ordenó realizar la mudanza al nuevo cuartel en Monzón. Donde desde la Jefatura de la Comandancia se vino a decir que no había dinero para realizarla y se les ordenó verbalmente a los guardias civiles que “se buscaran la vida”. Por supues-to, desde la Dirección General se paralizó dicha mudanza hasta poder realizarse poste-riormente en las condiciones adecuadas.
- El espionaje al que se sometió a los integrantes del CNP mientras estos realizaban con-troles de extranjería en la provincia de Huesca (recordar la coincidencia en el tiempo con los asesinatos por terrorismo islamista cometidos en Francia), y cuya razón todavía no se ha explicado. Al igual que tampoco se ha explicado, de manera veraz, qué quería decir el oficial al mando de la Comandancia de Jaca cuando vino a decir que era una orden da-da “por parte de la superioridad…”. ¿Qué superioridad era esa? ¿A quién alcanzaba?
- El tremendo e incomprensible desconocimiento de la legislación que protege a las mujeres embarazas o en situación de lactancia natural que hizo que este responsable vinie-se a decir a una guardia civil que no existía legislación alguna que protegiese esta causa.
