La Guardia Civil actúa mal, tarde y con irresponsabilidad ante el acoso en el Cuerpo

Este caso que nos ocupa es paradigmático por la gravedad de los hechos, donde la DGGC se comporta de manera inane, donde los mandos responsables -la cúpula del Cuerpo- lejos de atender los problemas, están más preocupados de salvaguardar su estatus profesional y sus pingües retribuciones. Y es que AUGC lleva 4 años trasladando de forma seria y documentada, cuestiones que incumben a las condiciones profesionales, sociales y económicas, de los guardias civiles. Unas que afectan de forma general, y otras muchas, de problemáticas individuales, graves, y que jamás se ha solucionado nada de nada. Consecuencia de lo anterior, el sistema no funciona, ahogado en un militarismo rancio, que no atiende a las necesidades reales de los guardias civiles.

por Juan Fernández Hernandez

Guardia Civil
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El caso que nos ocupa es paradigmático por la gravedad de los hechos, donde la DGGC se comporta de manera inane, donde los mandos que tienen responsabilidades -la cúpula del Cuerpo- lejos de atender los problemas, están más preocupados de salvaguardar su estatus profesional y sus suculentas retribuciones. Y es que AUGC lleva 4 años trasladando de forma seria y documentada, cuestiones que incumben a las condiciones profesionales, sociales y económicas, de los guardias civiles. Unas que afectan de forma general, y otras muchas, de problemáticas individuales, graves, y que jamás se ha solucionado nada de nada. Consecuencia de lo anterior, el sistema no funciona, ahogado en un militarismo rancio, que no atiende a las necesidades reales de los guardias civiles.

El caso ocurrido en Murcia lo pone de manifiesto, donde hasta en tres ocasiones manifiestas tuvieron ocasión de actuar el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, y los mandos  en el presunto caso de violación, abusos  y acoso sexual y laboral que durante 4 años ha padecido una guardia civil por parte de su superior jerárquico, y que fue mostrado a la opinión publica en el día de ayer por AUGC. Sin embargo nada hicieron ni la propia Institución, ni su director.

La primera, en abril de 2013 ante el intento de presentar denuncia la víctima, tras derrumbarse delante de la teniente responsable de la unidad, y acudir a Policía Judicial para presentar denuncia. Ella finalmente entre llantos y aterrorizada desecha la posibilidad de denunciar al presunto acosador pues manifiesta que teme las represalias y tiene miedo, incluso por su integridad física. Posteriormente la teniente sería sancionada disciplinariamente por otros hechos. 

La segunda, en julio de 2013 ante el escrito que emite un guardia civil, destinado en la misma unidad donde ocurrieron los hechos denunciados, y que pone en conocimiento por escrito detallado lo que está observando. Nada cambia, salvo que el guardia civil termina denunciado en el Juzgado Togado Militar por el propio sargento, “aseveraciones falsas”. Nuevamente la Guardia Civil cierra el expediente sin responsabilidad por acoso laboral y sexual, y aconseja proceder disciplinariamente contra el agente dador del parte.

La tercera, diciembre 2015 cuando AUGC pone en conocimiento por escrito y de manera directa al director de la Guardia Civil los hechos tan graves que están ocurriendo, y que a pesar de todo no se haya abierto un protocolo por acoso laboral y sexual, de hecho nunca se llegó a iniciar. Arsenio ordenó una investigación, pero no tomo responsabilidades ni apartó del servicio al mando.

El auto de procesamiento por parte del Juzgado Togado Militar se emitió el 24 de junio, pero la Guardia Civil tenía conocimiento desde 2015 de los hechos, sin embargo hasta que AUGC no ha llamado la atención de la sociedad no se ha procedido a suspender en funciones y cesar en el destino al sargento. Es decir, durante todo este tiempo ha seguido teniendo competencias, ha podido emitir ordenes, ha podido mantenerse en su puesto de trabajo como si nada hubiera ocurrido. 

Pero, las prisas no son buenas y en su aceleración por tapar una hemorragia tan severa la Guardia Civil emite un comunicado, a los pocos minutos de que AUGC hiciera público el caso, donde el director general ordena la tramitación de la suspensión de funciones y cese en el destino del sargento de la Guardia Civil por haber sido procesado por presuntos delitos de abuso de autoridad y contra la libertad e indemnidad sexual. En ese comunicado, y de manera irresponsable la Guardia Civil hace publico la unidad de destino donde han ocurrido los hechos, algo que la víctima quería preservar en todo momento, pero no se ha respetado su intimidad. 

Según refleja el escrito, “la decisión del director general de la Guardia Civil se basa en que los hechos delictivos que se investigan por la Autoridad judicial, además de por su gravedad y afectación individual de la víctima”, pero el escrito continua, y es aquí donde viene lo llamativo de la nota “(…) han provocado una amplia difusión en los medios  y generan un notable desprestigio de la Institución a la que pertenece el procesado.” Es decir, que ante un posible caso de violación, abusos y acoso laboral y sexual a la Benemérita le preocupa el desprestigio de la Institución. Una vez mas, la imagen y el prestigio del Cuerpo, poco parece importar las personas, ya que de ser así se habrían anunciado medidas para mejorar el funcionamiento interno y reducir la brecha en la desigualdad interna que viven a diario miles de guardias civiles. 

Una nefasta gestión de un director de la Guardia Civil que no solo no hace nada por mejorar los cauces para la erradicación del acoso, sino que predica que no existe, no merece ser director del Cuerpo. 

 

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