Hoy, 20 de enero, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) conmemora un acto histórico que se celebró exactamente diez años atrás: la concentración de varios miles de guardias civiles (3.000 de ellos vistiendo sus uniformes) en la Plaza Mayor de Madrid. Por eso AUGC va a convertir 2017 en un año de recuerdo de aquella movilización. Un recuerdo que debe actuar al mismo tiempo como plataforma para reclamar la mejora y actualización de las dos leyes orgánicas que recibieron el impulso definitivo tras aquel 20E de 2007.
Porque aquella mañana, miles de valientes acudieron al llamamiento realizado desde AUGC, vencieron el miedo y decidieron salir a la calle para reivindicar, bajo el lema de “DERECHOS ¡YA!” el acceso a los derechos fundamentales de los que ya disponían todos los ciudadanos, con la llegada de la democracia, y a un estatuto profesional que regulara unas condiciones profesionales, sociales y económicas acordes al de los demás de policías españoles. Y aquel valor tuvo un resultado casi inmediato que supuso un punto de inflexión para los trabajadores del Cuerpo: la aprobación y entrada en vigor, en otoño de ese mismo año, de la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los Guardias Civiles la cual regulaba, entre otras cosas, el derecho de asociación profesional en la Guardia Civil.
Sobre esta ley, así como sobre la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario, por la que se suprimían los arrestos de guardias civiles, y que también sería aprobada a finales de 2007, los servicios jurídicos de AUGC habían estado trabajando durante meses, a través de la elaboración de distintos borradores y del mantenimiento de numerosas reuniones con los responsables del Ministerio del Interior, entonces bajo el Gobierno socialista.
Se trató de una ardua labor que sólo fructificó gracias al enorme impacto que tuvo en los medios de comunicación y en toda la sociedad española aquella concentración del 20 de enero. La presión que ese día ejercieron miles de guardias civiles y sus familias hizo que se acelerase el proceso y que finalmente aquellas leyes pudieran cristalizar.
Sin duda, a partir de aquella fecha la voz de AUGC comenzaría a ser tenida mucho más en cuenta. Una voz que desde entonces no ha dejado de sonar alta y clara, como demuestran las manifestaciones que tendrían lugar, en 2010 y 2015 ante las mismísimas puertas de la Dirección General de la Guardia Civil. No en vano, la de noviembre de 2015, bautizada como Marea de Tricornios, logró reunir nada menos que a más de 12.000 guardias civiles y familiares.
Antes de éstas, además, AUGC había vuelto a salir a la calle, en 2008, en una manifestación conjunta con el SUP y otros sindicatos de la Policía Nacional, en reclamación, entre otras cosas, de mejoras y equiparación salarial.
Sin embargo, una década después, desde AUGC se considera que es necesaria una actualización de estas leyes de 2007. Entre otros aspectos, resulta imprescindible despejar las dudas sobre los derechos de asociación, derechos de reunión y de libertad de expresión de los guardias civiles. También es inaplazable profundizar en los derechos de carácter profesional. Entre otras cosas, una revisión de la ley debería aclarar que el trabajador no es guardia civil durante las 24 horas, algo que todavía no se deriva de la Ley de Régimen de Personal.
Precisamente en el Comité Confederal de AUGC celebrado en la mañana de ayer, 19 de enero, en Madrid, se consideró esencial avanzar en modificaciones en la Ley de Derechos y Deberes para los guardias civiles. Porque es necesario avanzar en una interlocución válida y dotar de herramientas eficaces a las asociaciones profesionales que ostentan la representación de los trabajadores de la Guardia Civil. Hoy, igual que hace diez años, AUGC no escatimará esfuerzos para que sus reivindicaciones se conviertan en una realidad.
