A lo largo de los últimos días se han conocido numerosos casos de familiares de guardias civiles destinados en Cataluña que están sufriendo el acoso y las amenazas por parte de independentistas. Un hostigamiento que se produce en su entorno más cotidiano, como colegios, puestos de trabajo o establecimientos comerciales.
Si la situación ya resulta enormemente difícil de gestionar por parte de los profesionales de la seguridad pública, es fácil imaginar la repercusión que tiene sobre menores de edad, algunos niños de apenas cinco o seis años, que son señalados entre sus compañeros por ser hijos de guardias civiles, o que tienen que escuchar insultos referidos a sus padres. Otro tanto supone para las parejas de los agentes.
Al mismo tiempo, los agentes que viven en las casas cuartel deben soportar los escraches de los independentistas, que rodean sus viviendas y les profieren insultos y amenazas difícilmente soportables para una familia de trabajadores con sus hijos.
Se trata de un panorama que está haciendo plantearse a no pocos compañeros destinados en Cataluña, y donde llevan viviendo años plenamente integrados en su sociedad, e incluso siendo originarios de la misma, a solicitar próximamente un cambio de destino, pese a que esto supondría un profundo desarraigo para ellos y sus familias.
Esta posibilidad supone además un estrés añadido a su trabajo diario. Es fácil imaginar lo difícil que resulta salir cada día a cumplir la tarea encomendada temiendo que tus hijos o tu pareja se puedan ver señalados en su entorno diario, insultados por la calle o relegados en su trabajo por ser simplemente parientes de un guardia civil.
Por todo ello, AUGC va a solicitar formalmente al Ministerio del Interior apoyo psicológico profesional a estos familiares, que son también víctimas, y mucho más vulnerables, de la deriva secesionista que vive parte de la sociedad catalana.
Esta solicitud se va a cursar a través del cauce de interlocución centralizado que el Ministerio anunció en su reunión del pasado miércoles con las asociaciones profesionales de la Guardia Civil y los sindicatos de la Policía Nacional.
Consideramos que este servicio de apoyo psicológico debe ser inmediato y prolongarse durante el tiempo que sea preciso. Sobre todo, por la protección de esos niños y niñas afectados, al igual que sus madres y padres, pero también para que los propios guardias civiles se sientan amparados por la institución a la que sirven, y puedan salir a trabajar cada día con mayor confianza y seguridad en la defensa de la legalidad y la protección de los ciudadanos.
