AUGC reclama un cambio en el protocolo de acoso sexual en la Guardia Civil que proteja realmente a las víctimas

AUGC reclama un cambio en el protocolo de acoso sexual en la Guardia Civil que proteja realmente a las víctimas

por Ildefonso Garcia Ruiz

Una agente de la Guardia Civil atiende a una inmigrante y a su hija.
Una agente de la Guardia Civil atiende a una inmigrante y a su hija.

Representantes de AUGC han estado presentes el pasado día 16 de enero en una jornada celebrada en Madrid sobre el protocolo a seguir frente al acoso sexual en las Fuerzas Armadas. El acto, que estuvo organizado por el Colegio de Abogados de Madrid, contó con la participación de Beatriz López Lorca, profesora de Derecho Penal en la Universidad de Castilla- La Mancha;  Zaida Cantera de Castro, diputada y portavoz de Defensa del Grupo Parlamentario Socialista; Francisco Javier Cano Leal, diputado por Cádiz y portavoz en la Comisión de Defensa del Grupo Parlamentario Ciudadanos; Tania Sánchez Melero, diputada y vocal de la Comisión de Defensa del Grupo Parlamentario Unidos- Podemos; y de María Jesús Bonilla Domínguez, diputada por Cuenca y vocal de la Comisión de Defensa del Grupo Parlamentario Popular.

En su presentación, Mariano Casado, presidente de la Sección de Derecho Militar y Seguridad del Colegio de Abogados, recordó que la presión mediática del caso de acoso de la Comandante Zaida Cantera aceleró el proceso para aprobar el protocolo de acoso en las Fuerzas Armadas en 2015. Al hilo de este caso, su propia protagonista, la ex comandante Zaida Cantera, lamentó los altos costes económicos que supone denunciar, desvelando que ella gastó 40.000 euros en el proceso en el que denunció a su superior, recibiendo una indemnización por los daños recibidos de tan solo 6.000 euros.

En la jornada también se destacó negativamente el hecho de que el protocolo de acoso sexual en FFAA, no se aplica con las garantías que se debiera para proteger a la víctima. Como dato ilustrativo cabe destacar que se archivan sin sanción el 70% de los casos de acoso en las FFAA, por lo que es muy difícil convencer a una víctima de acoso de que denuncie.

Desde AUGC ya se ha denunciado reiteradamente en este sentido que en el protocolo contra el acoso en la Guardia Civil la víctima no pasa de ser considerada un mero testigo del hecho, no toma parte en el proceso, no tiene acceso a las declaraciones de su acosador/a, por lo que no puede rebatir sus respuestas, solo tiene conocimiento del inicio del proceso y sabe que finaliza cuando le comunican que se archiva o que abren expediente sancionador a la persona que le acosa.

Este protocolo supone que la trabajadora o el trabajador denunciante sienta una gran indefensión durante todo el proceso, del que tampoco sabe cuánto durará, porque no existen plazos que pongan fin a algo tan desagradable como un caso de acoso. Por este motivo se denuncia una mínima parte de los casos, el miedo, la vergüenza, la falta de testigos entre otras, impiden que se dé un paso adelante y se denuncie este tipo de delitos, que tanto perseguimos fuera y tanto sufrimos dentro de esta institución.

Tampoco se entiende que estos delitos se juzguen en el código penal militar cuando ya están recogidos en el código penal, o que existan artículos (49 y 50) que indican que el hecho debe producirse dentro del entorno militar (algo que debería penarse con independencia del lugar donde ocurrieran los hechos).

En este sentido, resulta fundamental adoptar más medidas de carácter preventivo y formar a las personas, para evitar este tipo de hechos, y concienciar para que en caso de ser testigos, denunciarlos.

Como conclusión, es evidente que necesitamos un cambio ya de nuestro protocolo de acoso tanto en la Guardia Civil como en el Ejército.

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