AUGC viene reclamando desde hace tiempo a la Dirección General de la Guardia Civil la dotación a los agentes de fundas de pistola antirrobo, un accesorio que sirve para que el arma nunca pueda salir si se intenta sacar de frente o en posición vertical. Se trata de un utensilio que podría evitar muertes como la de José Manuel Arcos, el guardia civil que presuntamente fue asesinado con su propia arma reglamentaria el pasado 15 de octubre en Huétor Vega.
Sin embargo, tras la solicitud formal de AUGC, la Jefatura de Servicios de Apoyo de la Guardia Civil se ha limitado a responder que "la funda de extracción rápida para la pistola Beretta 92 FS, que se encuentra en dotación en el Cuerpo, cumple con las características exigidas en el Pliego de Prescripciones Técnicas (PPT) elaborado por el Servicio de Armamento y Equipamiento Policial, considerándose que la citada funda es idónea para la prestación del servicio. Por lo anterior, no procede la utilización durante el servicio de otro equipamiento que no haya sido previamente adjudicado por los Servicios correspondientes, el cual ha sido objeto de un proceso de valoración y análisis desde el punto de vista técnico que determina su idoneidad al efecto.”
Hablamos de una funda que cuesta entre 60 y 70 euros, y que podría salvar vidas entre los propios agentes y la del resto de ciudadanos a los que protegen.
Sin embargo, para la Dirección General la seguridad de los trabajadores del Cuerpo no parece ser un asunto prioritario, al igual que ocurre con la falta de chalecos antibalas individuales o con vehículos oficiales con 400.000 kilómetros.
También hay que recordar, en este sentido, que la Policía Nacional ha iniciado el procedimiento para adquirir fundas antihurto en cantidades relevantes los próximos años.
Frente a esta nueva falta de respeto y discriminación a los guardias civiles, desde AUGC seguiremos reclamando estas fundas. La seguridad de los agentes y los ciudadanos debe primar siempre por encima de cuestiones presupuestarias
