La Guardia Civil volverá a pagar un año más el viaje a Lourdes de un grupo de guardias civiles. Para ello destina, en una expedición que incluirá a quince agentes con carácter de comisión de servicio indemnizable y con motivación “religiosa”, un presupuesto de 10.851 euros para cuatro días, del 14 al 18 de mayo.
Para AUGC, se trata de un derroche innecesario en una actividad que no debería formar parte de los actos de un cuerpo policial de un estado democrático y aconfesional. Una demostración más de las prioridades de la DGGC, que insiste en dotar de un carácter confesional al Instituto Armado y que elude las protestas de los trabajadores de la Guardia Civil por la falta de medios técnicos y humanos con la que desarrollan su labor.
¿No hay dinero para chalecos o para otras cosas del servicio pero sí que hay para esto? En realidad, dinero sí que hay, como puede comprobarse. Otra cosa es el uso que se le quiera dar. De hecho, con esos más de diez mil euros de dinero público que se gastarán en Lourdes podrían comprarse veinte chalecos, veinte vidas mejor protegidas de guardias civiles que trabajan cada día para velar por la seguridad de los ciudadanos. La Dirección General, por el contrario, parece fiarse más de los milagros de Lourdes que de los materiales antibalas.
Lo peor es que esto es sólo un ejemplo más de las prioridades de la Dirección General. Recientemente tuvimos otra demostración de ello con la inauguración de un cuartel en la localidad navarra de Fitero, donde el ministro del Interior jugó al NODO en un acto con reminiscencias a rancios tiempos pasados. Fernández Díaz, rodeado de un boato vergonzoso, se hinchó de vanidad abriendo un cuartel en el pueblo donde reside su madre y donde él pasa parte de sus vacaciones. Dos millones de euros empleados en una instalación innecesaria, pues se encuentra muy próxima a otros acuartelamientos.
Y es que con un presupuesto insuficiente para cubrir partidas como el mantenimiento de las instalaciones, la renovación de los vehículos o, como ya se ha indicado, la dotación a los agentes de chalecos antibalas, la DGGC decide que es más urgente e importante que 15 agentes peregrinen a Lourdes.
Para AUGC, se trata de un derroche innecesario en una actividad que no debería formar parte de los actos de un cuerpo policial de un estado democrático y aconfesional. Una demostración más de las prioridades de la DGGC, que insiste en dotar de un carácter confesional al Instituto Armado y que elude las protestas de los trabajadores de la Guardia Civil por la falta de medios técnicos y humanos con la que desarrollan su labor.
¿No hay dinero para chalecos o para otras cosas del servicio pero sí que hay para esto? En realidad, dinero sí que hay, como puede comprobarse. Otra cosa es el uso que se le quiera dar. De hecho, con esos más de diez mil euros de dinero público que se gastarán en Lourdes podrían comprarse veinte chalecos, veinte vidas mejor protegidas de guardias civiles que trabajan cada día para velar por la seguridad de los ciudadanos. La Dirección General, por el contrario, parece fiarse más de los milagros de Lourdes que de los materiales antibalas.
Lo peor es que esto es sólo un ejemplo más de las prioridades de la Dirección General. Recientemente tuvimos otra demostración de ello con la inauguración de un cuartel en la localidad navarra de Fitero, donde el ministro del Interior jugó al NODO en un acto con reminiscencias a rancios tiempos pasados. Fernández Díaz, rodeado de un boato vergonzoso, se hinchó de vanidad abriendo un cuartel en el pueblo donde reside su madre y donde él pasa parte de sus vacaciones. Dos millones de euros empleados en una instalación innecesaria, pues se encuentra muy próxima a otros acuartelamientos.
Y es que con un presupuesto insuficiente para cubrir partidas como el mantenimiento de las instalaciones, la renovación de los vehículos o, como ya se ha indicado, la dotación a los agentes de chalecos antibalas, la DGGC decide que es más urgente e importante que 15 agentes peregrinen a Lourdes.
