La justicia militar vuelve a amparar el machismo en la Guardia Civil

La justicia militar vuelve a amparar el machismo en la Guardia Civil

por Ildefonso Garcia Ruiz

Pilar Villacorta fue homenajeada en el pasado Congreso Nacional de AUGC por su trabajo al frente de la Secretaría Nacional de la Mujer
Pilar Villacorta fue homenajeada en el pasado Congreso Nacional de AUGC por su trabajo al frente de la Secretaría Nacional de la Mujer

El pasado 21 de octubre, Pilar Villacorta, vocal de AUGC en el Consejo de la Guardia Civil y hasta el pasado mes de octubre secretaria nacional de la Mujer en esta asociación profesional,  elevaba al Juzgado Togado Militar Central una denuncia a un superior (al coronel de la Guardia Civil en Cantabria) por un hecho del que fue testigo y víctima durante un ejercicio de tiro.

En dicho ejercicio se le exigió a Villacorta usar el chaleco antibalas. Sin embargo, ante su argumentación de que no existían chalecos de su talla ni adaptados a la complexión femenina, ésta, junto con otras dos compañeras, fueron autorizadas a hacer el ejercicio sin chaleco.

Sin embargo, una vez finalizado el ejercicio de tiro se comunicó a las dos agentes todavía presentes que se quedaran allí, pues el Coronel quería hablar con ellas. A la tercera, que ya había regresado a su unidad, se le ordenó que regresara. Tras 45 minutos de espera el Coronel indicó a las agentes que cogieran sus chalecos, procediendo los agentes de la USECIC a colocárselos, apretándoles los velcros del chaleco pese a las quejas de las trabajadoras, que hicieron saber que se sentían incómodas con las prendas.

La situación, a juicio de la denunciante, fue del todo humillante hacia su condición de mujer, agente y mando de la Guardia Civil. A Pilar le colocan el chaleco, o más bien se lo encajan, y se lo presionan hacia arriba. Tal situación la considera del todo lamentable al ser un hombre el que coloca los velcros y los aprieta oprimiendo los pechos, y además, como si de un pésimo sastre se tratara, le indica que la colocación es básica para que la prenda quede bien.

Para esta guardia civil, estos hechos supusieron “una exposición ante sus compañeros masculinos donde sólo faltó un escaparate para exhibir cómo unas mujeres están siendo ridículamente encajadas a calzador en unas prendas que a todas luces no eran de su talla ni tenían las formas adecuadas a su género que hacía inviable su correcta colocación en la que tanto insistió el Sr. Coronel”. Esta acción terminó provocando en Villacorta un estado de ansiedad.

En su denuncia, Villacorta considera que en el proceder del Coronel hubo discriminación por razón de género, trato degradante y abuso de su condición de mando, o, lo que es lo mismo, un ataque a su dignidad.

Sin embargo, la denuncia ha sido rápidamente archivada, al no ser admitida a trámite “por no revestir los hechos objeto de la denuncia apariencia delictiva alguna”.

La redacción del auto revela, además, una lamentable falta de sensibilidad hacia la denunciante, especialmente cuando concluye que “el hecho de que hiciera repetir a todas las mujeres el ejercicio de tiro, porque estas no lo habían realizado con el chaleco antibalas, por no existir prendas que se ajustaran a su anatomía, y la forma en que hizo repetir tal ejercicio, tal y como relata la denunciante, no tienen la entidad suficiente para considerar que existiera un grave atentado a la dignidad de la persona, y el hecho de que esta se sintiera humillada no justifica, por sí solo, la apreciación de este ataque. En efecto, ordenar repetir un ejercicio, que no se había realizado como se había ordenado, difícilmente puede considerarse atentatorio a la dignidad de la persona”.

Nos encontramos, pues, ante una nueva muestra de desprecio ante un comportamiento claramente machista y autoritario dentro del cuerpo. Sorprende, además, la enorme celeridad con la que el Juzgado Togado Militar Central nº 1 ha resuelto el asunto.

Del mismo modo, con su decisión, el Juzgado Togado Militar parece obviar una circunstancia que la propia Villacorta explica con claridad en una entrevista: "El artículo 31 de nuestro reglamento dice que los miembros de la Guardia Civil tenemos derecho a la protección adecuada en materia de salud y seguridad. Estamos pidiendo chalecos femeninos, algo que otros cuerpos, como la policía, contemplan con naturalidad. Ellos incluso se plantean pedir hasta siete tallas para que cada chaleco esté adaptado a la copa del pecho de la mujer. Con la alerta 4, se solicitaron chalecos también para mujeres. El Ministerio del Interior dijo que en septiembre llegarían 29.000 chalecos, de los cuales dos tallas se reservaban para mujeres. Con ellos tenemos que defender y defendernos. Hacer nuestro trabajo. No es un capricho ni una insubordinación reclamarlo. Tenemos tetas, señores, y otra antropometría. En la sociedad civil, esto sería una queja, pero aquí se aplica el código penal militar".

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