Desde hace tiempo, AUGC viene quejándose de la situación que existe en la Guardia Civil en relación al uso abusivo del régimen disciplinario, y ya el G.R.E.C.O alertó sobre ello al gobierno, ante las diferencias entre expedientes disciplinarios en Policía Nacional y Guardia Civil.
El uso de los expedientes disciplinarios por faltas graves llegó a ser mayor que por faltas leves, algo absurdo pues sería decir que los funcionarios más indisciplinados que existen en la administración son los que pertenecen a un cuerpo militar al que se le supone una mayor disciplina.
La cadena de mando opta por la instrucción de falta grave al ser más cómodo para la tramitación: en las faltas leves el instructor tiene un plazo de 2 meses para instruir, en las graves dispone de 6 meses. En el caso de las faltas graves, las sanciones son mucho más severas, especialmente las de pérdida de destino, lo que supone el destierro del agente y, si su pareja trabaja, separarse de su familia o que esta deje su puesto de trabajo para seguir juntos.
Esto origina que, en muchas ocasiones, se “pacte” una sanción más leve para evitar la de pérdida de destino. De este modo, con la instrucción de falta grave, y la amenaza de una pérdida de destino, se garantizan la conformidad del agente, que prefiere una sanción de días de haberes, para no arriesgarse al destierro.
La reiterada queja de AUGC ha originado un ligero cambio y las tendencias empiezan a variar en cuanto al porcentaje de las faltas graves con el resto. Sin embargo, el número de expedientes por faltas disciplinarias, y el uso de la falta grave sigue siendo excesivo en la Guardia Civil y, desde AUGC hemos elaborado un estudio sobre las faltas disciplinarias en la Guardia Civil al objeto de hacer ver, y trasladar a la sociedad lo que está ocurriendo.
Para el estudio, hemos tomado los datos del último trimestre de 2020 y 3 primeros trimestres del 2021 (un año), de sentencias del Tribunal Militar Central.
