Los servicios jurídicos de la Asociación Unificada de Guardias Civiles han asesorado y representado a un guardia civil destinado en el Puesto de Castro del Río, obteniendo una sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Córdoba mediante la que se condena a un vecino de dicha localidad como autor de un delito de amenazas.
Según se describe en la sentencia, los hechos tuvieron lugar el pasado 26 de diciembre, cuando tras haber sido identificado en un dispositivo policial para comprobar si el vehículo que conducía tenía la ITV en vigor, el referido individuo le dijo al agente en tono de voz elevado “tienes muchas hechas y muy pocas pagadas… tú sigue haciendo amigos, como tienes tantos amigos”.
El abogado Álvaro Moreno, que ha asistido al guardia civil, celebra que “el juzgado ha coincidido con nosotros en que la expresión ‘tienes muchas hechas y muy pocas pagadas’ constituye una amenaza en sí misma, a pesar de que el condenado pretendía hacerlo pasar por un simple saludo, mientras que en la sentencia se deja claro que debido al contexto, el tono de enfado y la significación objetiva de las palabras, solo podía ser interpretada como una advertencia en el sentido de que tenía motivos suficientes para merecer un castigo o ajuste de cuentas y que próximamente recibiría su merecido”.
Por otro lado, Francisco Cruz, responsable de los servicios jurídicos de AUGC en esta provincia, expone que “lo más relevante de esta sentencia no es la cuantía de la condena impuesta, sino el aviso que se transmite a quienes en el futuro se planteen amenazar, insultar o calumniar a los guardias civiles en la provincia de Córdoba, porque la Asociación Unificada de Guardias Civiles estará vigilante y llevará a cabo las acciones judiciales necesarias para que no les salga gratis”. Y añade que “llevamos años reclamando que se agraven las penas por agresiones a guardias civiles y que se refuerce su protección jurídica, y en ese agravamiento deberían incluirse los delitos por hechos como estos ocurridos en Castro del Río, porque las amenazas, insultos, calumnias e injurias a que se enfrentan los guardias civiles habitualmente son también formas de agresión y coacción para que no desempeñen adecuadamente su trabajo”.