Un tribunal militar reabre el caso del compañero acusado de un delito durante el traslado del padre de Asunta

Un tribunal militar reabre el caso del compañero acusado de un delito durante el traslado del padre de Asunta

por Ildefonso Garcia Ruiz

Alfonso Basterra, conducido por agentes de la Guardia Civil
Alfonso Basterra, conducido por agentes de la Guardia Civil

El caso Asunta parece haber terminado para la opinión pública, pero no así, para un guardia civil destinado en la Comandancia de A Coruña que en la mañana del 25 de enero tendrá que sentarse, por segunda vez, en el banquillo del Tribunal Militar Territorial 4º de A Coruña, y a quien el Fiscal pide 10 meses de prisión.

El juicio tuvo que aplazarse el pasado día 12 de abril, cuando una de las pruebas principales solicitada por la defensa (un vídeo de un medio de comunicación) no pudo ser reproducida al encontrarse dañada.

Los hechos sucedieron el 30 de diciembre de 2013, cuando este guardia civil estaba a cargo de la custodia de Alfonso Basterra, con motivo de una declaración que debía prestar ante el juez Taín. Una vez finalizada la declaración, el juez dio orden de trasladar al detenido de modo inmediato a prisión, pues habían finalizado las diligencias.

Sin embargo, cuando se dirigían al furgón un cabo de la Guardia Civil intentó impedir la salida del furgón ordenando que esperasen, respondiendo el agente ahora procesado que, como jefe del servicio encargado del traslado, habían recibido la orden y que saldrían, pues no habían recibido orden en sentido contrario por parte de ningún superior suyo.

Del incidente, informó a sus superiores por si el cabo hubiese incurrido en algún tipo de responsabilidad y días más tarde, posiblemente al tener conocimiento de ello, un sargento que se encontraba presente cuando sucedieron los hechos y que en su momento no dijo nada, dio cuenta del guardia civil, indicando que éste había empujado e insultado al cabo.

Para sorpresa de todos, y a pesar de existir imágenes que demuestran que los hechos no ocurrieron como indicaba el sargento, y de las múltiples y constantes contradicciones en las declaraciones del cabo, sargento y otros testigos, nuestro compañero tendrá que sentarse en el banquillo y, esperemos que no, terminar ingresando en prisión militar para cumplir una pena de 10 meses.

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