Una irregularidad de un mando redujo el servicio en el aeropuerto de El Altet y puso en riesgo la seguridad a un agente

Un guardia civil tuvo que abandonar durante una hora el servicio al ser requerido para trasladar en un coche oficial al Teniente Jefe de Sección.

por Ildefonso Garcia Ruiz

Aeropuerto de El Altet.
Aeropuerto de El Altet.

La delegación de AUGC en Alicante ha tenido conocimiento de un hecho ocurrido el pasado mes de marzo y que pudo poner en riesgo la seguridad de los agentes y de los ciudadanos en el aeropuerto de El Altet.

Los hechos sucedieron cuando uno de los guardias civiles que tenían nombrado servicio de seguridad y en el filtro de llegadas en el Aeropuerto de El Altet, con horario nocturno desde del día 13 hasta el día 14 de marzo de 2019,  recibió una llamada telefónica del Teniente Jefe de Sección ordenando que fuera a recogerlo a la zona de estacionamientos de los vehículos oficiales, donde al parecer dejó estacionado su vehículo particular, todo ello al objeto de trasladarlo a la estación de RENFE de Alicante en un vehículo oficial bicolor y rotulado, no vistiendo el mismo el uniforme reglamentario.

Esta acción supuso que el referido guardia civil se ausentara de su puesto de seguridad por un periodo de una hora aproximadamente, momento a partir del cual continuó su servicio normal, mermándose así la seguridad de la instalación durante ese tiempo, al tener que ser atendida ésta por menos agentes de los que se precisan habitualmente.

Igualmente, se puso en riesgo la integridad del referido agente desde el momento en que, tras dejar al oficial en la estación ferroviaria, se vio obligado a realizar el regreso a su unidad en solitario, lo cual supuso su innecesaria puesta en peligro al haberle podido surgir cualquier incidente o imprevisto, o haber podido ser requerido por alguna necesidad de algún ciudadano, o algo incluso peor, haber podido ser objeto de un atentado terrorista; puesto que dicho agente se encontraba sin ningún tipo de protección ni cobertura por parte de otro compañero.

Se ha reparar, necesariamente, en el riesgo que supuso que un sólo agente hubiera tenido que verse obligado a intervenir en solitario, sobre todo en esas horas nocturnas, pues los vehículos de la unidad no están preparados para prestar servicio en modo unipersonal. Y, de este modo, dicho agente pudo verse abocado a tener que efectuar simultáneamente la conducción del vehículo, manejar los sistemas sonoros y luminosos del mismo (rotativo y sirena), hablar por la emisora que carece del sistema de manos libres, etcétera.

Desde AUGC debemos recordar asimismo que, además de encontrarnos actualmente en estado de alerta antiterrorista, nivel 4 sobre 5, lo que exige que en nuestro servicio diario los guardias civiles seamos especialmente escrupulosos en el cumplimento de las órdenes de servicio sobre Prevención y Protección Antiterrorista así como de autoprotección y a los mandos la obligación de exigir el cumplimiento de dichas medidas.

No entendemos cómo quien ordena tal prevención y tiene el deber de establecer las medidas necesarias de seguridad que garanticen la integridad tanto de los agentes como de los ciudadanos, habida cuenta del estado de alerta antiterrorista decretado, y que es asimismo quien tiene también la obligación de exigir el cumplimiento de medidas de seguridad acordadas, fuese precisamente el que ordenase a un agente bajo su mando que abandonase su puesto para trasladarlo a él a un lugar determinado (desconociéndose con qué motivo o interés), utilizando un vehículo oficial para fines particulares y vistiendo de paisano, para hacerle regresar después en solitario y en horas nocturnas intempestivas, dejando además a la Unidad con una merma de personal, aunque sea temporalmente, y poniendo así, con esa forma de proceder, en riesgo la seguridad de los ciudadanos y de los propios agentes. Por no mencionar también que, además, al parecer no se trataba de un servicio de carácter prioritario que justificase la emisión de tal orden.

Queremos recordar el hecho ocurrido en la tarde del día 14 del actual en el aeropuerto de Almería, donde los agentes encargados de la seguridad tuvieron que proceder a la detención de un ciudadano polaco con antecedentes que protagonizó un altercado cuando entró en una zona restringida de seguridad cercana a las pistas y arremetió contra los agentes armado con un cuchillo, precisando incluso que uno de los guardias civiles hiciese uso de su arma reglamentaria para lograr detener a dicho individuo. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles creemos que todo lo ocurrido en el aeropuerto de Alicante fue una clara negligencia, no alcanzándose a comprender que se ordenase los cometidos descritos y en las circunstancias que se han expuesto, toda vez que hubiese podido ocurrir un incidente grave como el ocurrido en Almería y no haber podido actuar debidamente las Fuerzas de Seguridad contra una agresión similar.

El hecho relatado fue puesto en conocimiento por parte de AUGC a las autoridades civiles y del Cuerpo, mediante escrito remitido a la Subdelegada del Gobierno y al Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante pero lejos de tomar medidas para evitar que vuelvan a producirse hechos tan graves, intentan acallar a esta asociación contestando mediante escrito recibido, dejando entrever que no se guarda la reserva debida en cuestiones del servicio y que no se puede dirigir a autoridades o instituciones ajenas al Cuerpo para denunciar irregularidades, como si no quisieran que los trapos sucios salieran de casa e intentando limitar las funciones que la Ley encomienda a las asociaciones profesionales de los guardias civiles y a sus representantes, y lo que es peor, amparándose en dicho escrito en una Orden General del Cuerpo que actualmente se encuentra derogada, dicho sea de paso, gracias a una denuncia presentada por AUGC y por la que la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo en sentencia nº 1161/2018, de 9 de julio de 2018 declaró nula de pleno derecho la Orden General 10/2015, sobre el desarrollo de los derechos de las asociaciones profesionales de los guardias civiles y de sus representantes, al considerar que bajo la misma se aprobó un reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 11/2007 por parte de un órgano incompetente, al margen del procedimiento exigible, con lo cual desde la jefatura de la Comandancia de Alicante, dejan patente o su desconocimiento de la legislación o lo que es peor su mala fe en la utilización de la misma a su interés y en contra los representantes legales de los guardias civiles elegidos democráticamente por estos para defender sus intereses.

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles le recordamos a los responsables políticos y militares que la Ley es para todos, que los encargados de hacer cumplir la Ley deben ser ejemplo de su cumplimiento y que su incumplimiento pueden conllevar responsabilidades administrativas, disciplinarias o en su caso penales y que esta asociación no cejará en su empeño de denunciar públicamente y donde sea preciso, todas aquellas irregularidades de las que tenga conocimiento y que puedan afectar a los guardias civiles, a su seguridad o la de los propios ciudadanos.

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