El humo que nos vende la delegada del Gobierno, y el obligado silencio de la Guardia Civil

por Administración AUGC

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Hace unos días, la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, mostraba a bombo y platillo su desde ahora pública faceta de vendedora de humo a la sociedad andaluza. Si bien lo que vino a anunciar en ese momento fue un vasto despliegue de seguridad en Andalucía con motivo de la Operación Paso del Estrecho, si rompemos el silencio cómplice de los mandos de la Guardia Civil, desvelamos que sólo es humo insustancial que se desvanece en cuanto alguien le sopla.


La señora Crespo citó específicamente destinados a esta operación a un número superior a 7.000 efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Y la Asociación Unificada de Guardias Civiles ha corroborado que en los puertos de Algeciras y Tarifa, los más importantes por la significativa afluencia de tres de cada cuatro embarques, que el refuerzo es nulo.


El servicio fiscal, a pesar de preverse el tránsito de 500.000 vehículos, no ha recibido comisionado a ningún agente, y se mantendrá con las exiguas fuerzas y los recursos tercermundistas con los que ya cuenta normalmente para su trabajo rutinario.


La seguridad ciudadana de toda la comarca contará con un rácano incremento de 40 agentes del GRS que se deberán repartir por turnos. Considerando la dispersión que significa por turnos y demarcaciones el reparto de este puñado de efectivos, y que la propia señora Crespo ha mencionado la entrada de más de 2.000.000 de personas, los compañeros del Servicio Fiscal se encontrarán en muchos momentos muy por debajo de mínimos ante tal avalancha de seres humanos en sus cometidos de registro y control de equipajes y personas.


Desde el día 15 al 21 de junio, según los informes publicados por Protección Civil  el puerto de Algeciras recibió el 62,8 % de todos los vehículos en tránsito, y el de Tarifa el 15,5 %, datos que reflejan que sólo por el Campo de Gibraltar se está moviendo cuanto menos casi el 80% del tráfico de personas y vehículos. Jactarse de haber destinado 40 agentes para tamaña empresa es cuanto menos calificable de ridículo, irrisorio y miserable. Como miserable es mantener a los agentes trabajando en las condiciones totalmente adversas para su propia seguridad tanto física, laboral como sanitaria en las que han de desempeñar sus funciones, con unos mandos muy solícitos para reprimir cualquier posible queja al respecto, pero mudos, sumisos y ausentes para exigir que la Administración y los poderes públicos cumplan sus obligaciones, entre ellas una tan básica como recoger los alimentos, sobre todo cárnicos, requisados en la aduana de Tarifa, y que se pudren e infestan del hedor a putrefacción e insectos el lugar donde los guardias civiles han de trabajar.


Desde AUGC querríamos preguntar a la señora Crespo si en el total de 7.000 efectivos que mencionó incluyó el elevado número de agentes destinados a cubrir las vacaciones de los políticos durante este verano.



Asimismo invitamos a la delegada del Gobierno en Andalucía a conocer en primera persona la realidad tercermundista y penosa en la que se encuentra inmersa la Guardia Civil, en vez de utilizar a esta institución para vender humo aprovechando el silencio sumiso y cómplice de sus mandos. 


Parafraseando a Unamuno, éste dijo que a veces el silencio es la peor mentira. Tal vez esta sea una de esas veces, y quien calla miente sobre las verdades de la Guardia Civil, y lo que aún es peor, sobre el verdadero estado de necesidades y carencias de la seguridad ciudadana.

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