La nueva agresión en Alsasua pone de relieve la difícil situación que viven los guardias civiles en Navarra y Euskadi

Pero, al margen de la coyuntura propia de estos territorios, hay que denunciar que las agresiones a guardias civiles se están convirtiendo en algo habitual en otras comandancias. La falta de personal y la obsoleta distribución territorial propician estos ataques.

por Ildefonso Garcia Ruiz

Manifestación en favor de la Guardia Civil en Navarra. Foto: EFE
Manifestación en favor de la Guardia Civil en Navarra. Foto: EFE

Ante la nueva agresión a guardias civiles producida en la localidad navarra de Alsasua, AUGC vuelve a reiterar su preocupación ante el rebrote de ataques a trabajadores del Cuerpo, cuando precisamente ayer teníamos que comunicar la agresión a un guardia civil en la provincia de Badajoz, una circunstancia que se viene observando en toda España, y que en el caso de Alsasua tiene, además, las connotaciones de un territorio donde los guardias civiles deben trabajar en un entorno marcadamente hostil por parte de una parte de la población.

AUGC ha recordado en numerosas ocasiones que los trabajadores del Cuerpo están lejos de poder llevar una vida con normalidad en Navarra y el País Vasco. Esta nueva agresión se suma, además, a la que ya vivieron en 2016 otros dos compañeros en la misma localidad de Alsasua.

En esta ocasión los guardias civiles se encontraban en acto de servicio desarrollando sus funciones de seguridad ciudadana cuando fueron requeridos para una intervención de alteración del orden público, viéndose sorprendidos por un número de personas que comenzaron a agredirles y a insultarles. Uno de ellos tuvo que requerir atención médica en el hospital y se encuentra de baja para el servicio.

AUGC espera y desea que en breve los agresores sean identificados y puestos a disposición judicial. De la misma manera anunciamos que en cuanto la investigación policial derive en el correspondiente procedimiento judicial AUGC se personará en defensa de los intereses de los guardias civiles, como hemos hecho en todos los casos y procedimientos de esta naturaleza. Así mismo ponemos a disposición de nuestros compañeros todo el potencial de los servicios jurídicos de AUGC para las acciones judiciales que sean necesarias. 

Afortunadamente, en esta ocasión el incidente no alcanzó la gravedad de aquel incidente de 2016, entre otras cosas gracias a la rápida intervención de la Policía Foral, que hizo acto de presencia ante la situación de amenaza y agresión que sufrían los guardias civiles.

En este sentido, cabe recordar la necesidad de cooperación entre los distintos cuerpos policiales. Así mismo, se evidencia una vez más que en Navarra no sobra ningún efectivo de la Guardia Civil, algo que debería pesar en la decisión de retirar las competencias de Tráfico a la Benemérita en esta comunidad autónoma.

Pero, al margen de la situación propia de estos territorios, hay que denunciar que las agresiones a guardias civiles se están convirtiendo en algo habitual en otras comandancias. La falta de personal y la obsoleta distribución territorial propician estas situaciones.

Por este motivo, desde AUGC solicitamos una mayor protección para los guardias civiles en el ejercicio de sus funciones, con penas más ejemplarizantes en el Código Penal que respalden las actuaciones de quienes han de velar por la seguridad de todos los ciudadanos y que con tanta profesionalidad realizan su labor.

 

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