La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) no quiso tomar parte ayer domingo 5 de octubre en los actos institucionales organizados en Valencia por la DGGC para celebrar la festividad de la Patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar.
Nuestra organización profesional considera que los guardias civiles de base no tenemos nada que celebrar, ya que seguimos sufriendo la negación sistemática de derechos laborales básicos (reducciones de jornada, permisos por asuntos propios, etcétera); discriminación salarial; desequilibrio en el reparto de productividades; prestación de servicios con material en malas condiciones y en vehículos en estado ruinoso; excesivo número de kilómetros realizados en cada jornada; indefensión en cuanto a la prevención de riesgos laborales; y una más que recurrente remilitarización que siempre amenaza con borrar los escasos derechos alcanzados a base de lucha asociativa y judicial.
Sin complicidad en la farsa
Por estos motivos no nos sentimos representados en la imagen de modernidad (exhibiciones con material nuevo y gran número de componentes) y normalidad que se quiere proyectar a la sociedad. Los guardias civiles que a diario prestamos servicio y sufrimos carencias y arbitrariedades sabemos que la Guardia Civil que presentan en estos actos no es la real, y no queremos ser cómplices de esta farsa.
Además, nos encontramos en un momento de crisis aguda con restricciones presupuestarias brutales que nos afectan de manera directa en material, plantillas, destinos, retribuciones, aplicación de derechos laborales, etcétera, y estos fastos no contribuyen a mejorar en nada nuestras carencias. Muy al contrario, las agudizan. De hecho, lo único que persiguen es perpetuar de forma antinatural la imagen militarista de un cuerpo policial con formaciones y desfiles que tanto gustan a la cúpula dirigente.
AUGC lleva años sin participar en estos eventos por considerar que los trabajadores de la Guardia Civil no tienen nada que celebrar. La situación sigue siendo la misma, en los últimos doce meses no se ha dado un paso adelante para terminar con la discriminación que sufren los agentes con respecto al resto de compañeros de otros cuerpos policiales.
Del mismo modo, AUGC considera que tampoco están para celebraciones los ciudadanos que están viendo cómo con la excusa de la crisis económica se deteriora cada día más un servicio público esencial: la seguridad, teniendo que ser ellos mismos los que se organicen para protegerse porque los miembros de las FFCCSE tienen cada día menos efectivos y medios.
Baste decir que en la parada militar y el desfile llevado a cabo ayer en Valencia participaron un total de 750 efectivos y 111 vehículos pertenecientes a las diferentes unidades y especialidades de la Guardia Civil, a pie, a caballo y motorizadas. Dicho despliegue supuso el pago de dietas a los 750 intervinientes en los actos castrenses: completas durante los dos días de ensayo y el día del acto -en el caso de los procedentes de Castellón y Alicante-, y medias dietas en el caso de los procedentes de Valencia.
A todo este dispendio hay que añadir los costes resultantes de traslados e infraestructuras, entre los que cabe citar los autobuses de transporte y el gasto de movilizar más de un centenar de 111 vehículos, llegándose a desplazar alguno incluso desde la provincia de Teruel.
Por último, AUGC quiere denunciar que parte del personal participante fue forzado a asistir a los actos.
Nuestra organización profesional considera que los guardias civiles de base no tenemos nada que celebrar, ya que seguimos sufriendo la negación sistemática de derechos laborales básicos (reducciones de jornada, permisos por asuntos propios, etcétera); discriminación salarial; desequilibrio en el reparto de productividades; prestación de servicios con material en malas condiciones y en vehículos en estado ruinoso; excesivo número de kilómetros realizados en cada jornada; indefensión en cuanto a la prevención de riesgos laborales; y una más que recurrente remilitarización que siempre amenaza con borrar los escasos derechos alcanzados a base de lucha asociativa y judicial.
Sin complicidad en la farsa
Por estos motivos no nos sentimos representados en la imagen de modernidad (exhibiciones con material nuevo y gran número de componentes) y normalidad que se quiere proyectar a la sociedad. Los guardias civiles que a diario prestamos servicio y sufrimos carencias y arbitrariedades sabemos que la Guardia Civil que presentan en estos actos no es la real, y no queremos ser cómplices de esta farsa.
Además, nos encontramos en un momento de crisis aguda con restricciones presupuestarias brutales que nos afectan de manera directa en material, plantillas, destinos, retribuciones, aplicación de derechos laborales, etcétera, y estos fastos no contribuyen a mejorar en nada nuestras carencias. Muy al contrario, las agudizan. De hecho, lo único que persiguen es perpetuar de forma antinatural la imagen militarista de un cuerpo policial con formaciones y desfiles que tanto gustan a la cúpula dirigente.
AUGC lleva años sin participar en estos eventos por considerar que los trabajadores de la Guardia Civil no tienen nada que celebrar. La situación sigue siendo la misma, en los últimos doce meses no se ha dado un paso adelante para terminar con la discriminación que sufren los agentes con respecto al resto de compañeros de otros cuerpos policiales.
Del mismo modo, AUGC considera que tampoco están para celebraciones los ciudadanos que están viendo cómo con la excusa de la crisis económica se deteriora cada día más un servicio público esencial: la seguridad, teniendo que ser ellos mismos los que se organicen para protegerse porque los miembros de las FFCCSE tienen cada día menos efectivos y medios.
Baste decir que en la parada militar y el desfile llevado a cabo ayer en Valencia participaron un total de 750 efectivos y 111 vehículos pertenecientes a las diferentes unidades y especialidades de la Guardia Civil, a pie, a caballo y motorizadas. Dicho despliegue supuso el pago de dietas a los 750 intervinientes en los actos castrenses: completas durante los dos días de ensayo y el día del acto -en el caso de los procedentes de Castellón y Alicante-, y medias dietas en el caso de los procedentes de Valencia.
A todo este dispendio hay que añadir los costes resultantes de traslados e infraestructuras, entre los que cabe citar los autobuses de transporte y el gasto de movilizar más de un centenar de 111 vehículos, llegándose a desplazar alguno incluso desde la provincia de Teruel.
Por último, AUGC quiere denunciar que parte del personal participante fue forzado a asistir a los actos.
