La Dirección General de la Guardia Civil ha publicado el pasado 10 de noviembre vacantes para el empleo de guardias civiles en todo el país, de las cuales sólo 47 son para la provincia de Sevilla, lo que no llega al ni al 2% del catálogo existente, si bien la mayoría corresponden a especialistas.
De las mismas, un ínfimo porcentaje se asignan a seguridad ciudadana; es decir, para los puestos de localidades de la geografía hispalense, pues aunque publican que son seis vacantes, solo tres son para cubrir cada una vacante en tres municipios de la provincia, lo que supone algo menos del 0,2 % del catálogo existente. Ni siquiera un uno por ciento del total. En especialidades, el porcentaje es de en torno al 1,50 %.
Pero es que, además, las escasas vacantes anunciadas apenas servirán para cubrir las que se puedan producir por quienes se vayan destinados a otras provincias y/o especialidades, anunciadas en esta misma convocatoria, como ya ha ocurrido en otros anuncios de vacantes anteriores, pudiendo dar lugar a que se vayan más efectivos que vacantes se cubran.
Debe tenerse en cuenta que algunas unidades apenas pueden sacar patrullas a la calle o abrir las dependencias para atender a la ciudadanía. De hecho, el 80% de los puestos de seguridad ciudadana de la provincia de Sevilla sólo abren en horario de mañana, entre dos a tres días e incluso alguno, solo un día a la semana, y tan solo el 20% de los puestos pueden abrir sus dependencias durante las 24 horas, si bien en algunas ocasiones, tengan que recurrir a patrullas mixtas.
El principal problema que observamos desde AUGC es que la organización de la Guardia Civil está obsoleta, pues la dispersión en numerosas poblaciones impide rentabilizar adecuadamente los recursos humanos, y se pueden dar situaciones en las que una sola patrulla debe atender una amplia demarcación territorial (casos de tener que recorrer más de 80 kilómetros) y poblacional (población potencial de más de 50.000 habitantes), y se den situaciones en las que una sola patrulla deba afrontar situaciones comprometidas, con riesgo para su integridad física, como recientemente ha ocurrido con una patrulla de Casariche que intervino en Estepa, en un caso de violencia de genero.
Por ello, la única solución posible actualmente pasa por la reorganización territorial y funcional de las unidades de la Guardia Civil, como AUGC lleva años reclamando a través de su informe “Modelo Policial del Siglo XXI”. Baste el ejemplo de las bases de bomberos de la diputación de Sevilla, organizada en 26 bases coordinadas entre ellas, mientras que en la provincia de Sevilla existen 70 puestos de la Guardia Civil, es decir casi triplicamos las bases de bomberos.
Pero no solo es necesario que se cubran todas las vacantes existentes, sino que además debe incrementarse el catálogo, porque a estas alturas ni cubriendo todas las vacantes se podrían afrontar las necesidades de seguridad de la provincia de Sevilla. Y el déficit de plantilla redunda inevitablemente en un peor servicio a la población y afecta a la seguridad ciudadana. A pesar de los esfuerzos de los guardias civiles para intentar paliar las carencias de personal con su profesionalidad y compromiso, lo cierto es que los datos estadísticos demuestran que, cuanto menores son las plantillas policiales, mayores son los índices de criminalidad. Desde esta delegación de AUGC se estima que, como mínimo, deberían incrementarse las vacantes específicas de seguridad ciudadana entre un 7% y un 10% del total de la plantilla (no menos de 200-300 efectivos).
Para colmo, desde la DGGC y se ha presentado un borrador normativo de productividad, que en un insulto a los guardias civiles que se encuentran en la calle en el servicio operativo, pues en vez de gratificar adecuadamente los nocturnos, festivos y fechas señaladas de navidad (4-8-32 euros, respectivamente, por un servicio de 8 horas), irán a incrementar las ya “abultadas” nominas de la cadena de mando, y además seguimos siendo el colectivo policial que mas horas trabaja, 150 horas más al año, que nuestro homólogos de Policía Nacional, es decir, un mes más anualmente.
