Los Guardias Civiles de Seguridad Ciudadana destinados en La Coruña están enfermando por las condiciones laborales

La falta de vacantes y la escasez de personal provocan un acusado cansancio en la salud de los agentes, sometidos a desajustes horarios o al estrés por el trabajo acumulado. En algunas Unidades ya está de baja más del 50 % de la plantilla

Como Asociación mayoritaria en el Cuerpo y con la responsabilidad de representar a 25.000 Guardias Civiles afiliados,  cada vez que se incumplan los derechos de un solo compañero pondremos al responsable frente a un Tribunal para que se pronuncie.
Como Asociación mayoritaria en el Cuerpo y con la responsabilidad de representar a 25.000 Guardias Civiles afiliados, cada vez que se incumplan los derechos de un solo compañero pondremos al responsable frente a un Tribunal para que se pronuncie.

Las pésimas condiciones laborales llevan tiempo impactando contra la salud de los componentes de las Unidades de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil en La Coruña. El malestar laboral que genera la falta de efectivos y las escasas vacantes está causando un elevado número de patologías entre los agentes destinados en la provincia. Esto se traduce en bajas laborales dentro de las Unidades, donde en algunas más del 50 % de la plantilla ha tenido que ausentarse temporalmente del servicio por motivos de salud. El estrés ante la excesiva carga de trabajo, los descansos diarios inferiores a las 11 horas o los desajustes horarios son algunas de las principales causas.

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles estamos preocupados por la alarmante situación. Hace tiempo que la Delegación de AUGC La Coruña lleva denunciando el origen de la problemática –la escasez de agentes y las pésimas condiciones laborales– y, pese a ello, tenemos que ver cómo nuestros compañeros enferman por la falta de medidas de la Guardia Civil. En AUGC no podemos realizar gestiones para optimizar el uso de personal, pero en todas las instancias que nos puedan recibir denunciaremos los daños e inseguridades que generan a los agentes tales circunstancias. Como Asociación mayoritaria en el Cuerpo y con la responsabilidad de representar a 25.000 Guardias Civiles afiliados,  cada vez que se incumplan los derechos de un solo compañero pondremos al responsable frente a un Tribunal para que se pronuncie.

Hay muchas personas que pueden preocuparse por la salud de los Guardias Civiles: Mandos adjuntos, Adjuntos de Adjuntos, Comandantes de Puesto, Inspectores de Servicios, Ayudantes o el Jefe de la Comandancia, pero no sabemos si nadie percibe el malestar que prima entre los profesionales o si las bajas les son indiferentes.

Un clima cada vez más enrarecido por la deficiente gestión

El servicio para los componentes de Seguridad Ciudadana destinados en La Coruña se ha ido volviendo más complejo paulatinamente. A la falta de agentes se une una mayor contundencia en la aplicación del régimen disciplinario y un mayor control por parte de los Mandos. Estos efectivos sufren el exceso de aparato burocrático asistiendo a la ampliación de vacantes de mandos cuando el aumento no es proporcional al de empleos inferiores.

Rara es la vez que los Mandos realizan servicio operativo y por la falta de componentes se pueden ver durante la noche carteles de “Cerrado” en Puestos Principales de la zona metropolitana de La Coruña. Esta circunstancia también se encuentra en dos de los acuartelamientos referentes de la comarca: El de Cambre y el de Arteixo. Allí se concentra gran parte del personal que se encarga de la Seguridad Ciudadana en la Compañía de la Guardia Civil de La Coruña y son un reflejo de lo que está ocurriendo.

La presencia real de las patrullas de la Guardia Civil es reducida y esto conlleva una sensación de inseguridad que a veces se materializa durante el servicio. Por citar un ejemplo reciente, en una vivienda del Concello de Vimianzo se produjo un robo. Los moradores estaban en el interior, pero la única patrulla disponible tardó más de dos horas. La deficiente gestión se traduce en unos perjuicios que no sólo afectan a los agentes, también a la ciudadanía.

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Se debería de incrementar los servicios operativos y prescindir, cuando se dé el caso, de otros servicios no esenciales, como el de oficina o despachos de correspondencia. Detraen una cantidad ingente de horas de servicio y luego las patrullas, que muchas veces están sólo para un núcleo operativo, tienen que atender incidencias, custodiar detenidos, permanecer con ellos en el hospital, en muchos casos hacer sus traslados o presentarlos a la autoridad judicial.

Ante el aumento de los cuadros de Mando, deberían ser ellos quienes articulen soluciones. No se puede pedir a un Guardia Civil que se desplace 50 kilómetros a recoger a otro componente y así poder conformar una patrulla que atienda sola a todo un núcleo operativo. Es algo que hace peligrar la propia seguridad.

Las condiciones laborales como trasfondo

Detrás de las circunstancias derivadas de la deficiente gestión de personal y sus consecuencias están las condiciones laborales de los Guardias Civiles de Seguridad Ciudadana. Debido a las cadencias de servicio que no respetan el descanso dispuesto en la Orden General, son personas que acumulan descansos diarios inferiores a 11 horas. Además, están sometidos a horarios al azar por la falta de turnos y son quienes tienen más dificultad para conciliar el trabajo con la vida familiar.

La situación se intentó mejorar en el Puesto de Carballo y se procedió a la implantación de turnos de forma improvisada y sin el consenso de la plantilla. Fue algo que aumentó el conflicto laboral, ya que mediante esos turnos se pretendía que el personal trabajase casi dos meses más al año que el resto de Cuerpos. Después del suceso, el déficit de personal que hay en esa 5ª Compañía es histórico.

Los turnos son queridos, pero no a cualquier precio ni como excusa para recortar derechos. Han de ser unos turnos y unas horas homologables al de la Policía Nacional, pero la Guardia Civil continúa enrocada en probar turnos que no satisfacen a nadie. Actualmente, el Ministerio del Interior está infravalorando a los trabajadores de la Guardia Civil. Desde el más antiguo al último alumno incorporado desde la Academia de formación. No somos menos que nuestros homólogos de la Policía.

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Todas estas circunstancias narradas las sufren en Seguridad Ciudadana. Pese al gran esfuerzo que realizan sus efectivos por sacar adelante el servicio diario, que repercute sobre su salud en numerosas ocasiones, los reconocimientos en forma de medalla son nulos; los económicos son irrisorios: La productividad por hora festiva es de 2,04 euros, mientras que el complemento por hora nocturna es de 1,02 euros.

De este modo, hay cada vez menos Guardias Civiles que quieran estar en Seguridad Ciudadana. Cada vez hay menos vacantes, no se refuerzan plantillas y se está detrayendo al personal hacia las Unidades fantasma. El volumen de trabajo para los que están cada vez es más elevado, descansan menos y acumulan mayor estrés. En ocasiones se da la circunstancia de que en Viogen, los Equipos Arroba, Roca, etcétera, se duplican las funciones. Es decir, el personal integrado en esas Unidades fantasma, ajeno a un catálogo de puestos de trabajo y sin transparencia en asignaciones funcionales a las diferentes áreas, realiza los mismos cometidos.

Mientras se están creando algunas comisiones de servicio duplicadas en Seguridad Ciudadana están superados por el trabajo.  

La solución a la falta de Guardias Civiles no es mermar derechos

El déficit de agentes no puede ni debe pasar por atacar nuestros derechos laborales. Tampoco se soluciona interpretando de modo torticero una Orden General de obligado cumplimiento para disminuir el descanso de los profesionales. Quizá ahora, con las bajas, vean en el modelo policial que lleva años pidiendo AUGC, una alternativa que contribuye a paliar la situación mediante Unidades grandes con capacidad operativa y turnos fijos. Sucederá si la Dirección General de la Guardia Civil se da un golpe de realidad y ve que la mejor forma de aumentar la productividad y motivar al personal es la mejora de las condiciones laborales.

Es posible que llegue el día en que la cúpula de la Guardia Civil se dé cuenta de que la mejor forma de honrar a la Institución es dignificar a sus integrantes sin tratarles como policías de segunda. Los Guardias Civiles que son adulados por mandos y autoridades en actos oficiales con grandilocuentes palabras sobre el honor, sacrificio, altruismo o generosidad observan como este agradecimiento no escapa de los discursos.

Vamos a dar apoyo a todas las reivindicaciones. Lo que no nos da el sentido común de nuestros Mandos lo conquistaremos a golpe de mazo de magistrado. En AUGC luchamos por tus derechos.

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