Los mandos se reparten las nuevas instalaciones del aeropuerto de Sevilla y relegan a los guardias civiles a espacios exiguos

Además, con la asignación efectuada de espacio, no puede mantenerse una distancia de seguridad anti-Covid.

por Redacción AUGC

A la izquierda, el despacho de un mando, de 23 metros cuadrados; a la derecha, sala de descanso de los guardias civiles, de diez metros cuadrados.
A la izquierda, el despacho de un mando, de 23 metros cuadrados; a la derecha, sala de descanso de los guardias civiles, de diez metros cuadrados.

La delegación de AUGC en Sevilla ha tenido conocimiento de que a lo largo del mes de octubre se está llevando a cabo una remodelación de las instalaciones que ocupan dentro del aeropuerto de Sevilla tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional.

Esto, que en principio debería ser una buena noticia (las anteriores instalaciones datan del año 1992), se ha traducido en malestar entre los guardias civiles que realizan allí su servicio. El motivo es el reparto efectuado por los mandos responsables, ya que se han reservado para ellos extensos despachos, mientras que se relega a los trabajadores a espacios indignos donde han de prestar servicio durante las 24 horas de los 365 días del año.

Una muestra de lo que aquí denuncia AUGC Sevilla es que las oficinas de los dos oficiales que hay en plantilla suman un total de 43 metros cuadrados, mientras que para más de sesenta efectivos: suboficiales, cabos y guardias, se ha reservado una pequeña sala de descanso de apenas diez metros cuadrados, con lo que además del malestar y falta de espacio, repercuten posiblemente en la propia salud de los agentes.

Los mandos responsables se han reservado para ellos extensos despachos, mientras que se relega a los trabajadores a espacios indignos.

Pero es que, para aumentar la indignación de la plantilla de Guardia Civil, sus compañeros de Policía Nacional van a tener unas zonas de descanso y trabajo más amplias, dotadas de cocina, frigorífico, microondas, etcétera, para poder realizar las comidas durante las pausas del servicio, considerando además que los servicios de restauración para el personal laboral en la terminal no están en funcionamiento desde el estado de alarma y no se prevé su apertura a corto plazo.

La situación, además, no ha sido generada por parte de la dirección del aeropuerto, que ha realizado las obras conforme a las peticiones que ambos cuerpos les habían solicitado, sino por la dejadez de los mandos del cuerpo, que no han tenido en cuenta en ningún momento que los guardias civiles bajo su mando tuviesen unas dependencias dignas, y se han preocupado en exclusiva de sus despachos de los oficiales, donde sí han conseguido unas dependencias tan desmedidas como innecesarias, máxime con la situación actual con la pandemia del coronavirus, pues debía haber primado también la salud de los agentes, pues es imposible mantener espacio de distancia de seguridad en una espacio inferior a diez metros cuadrados para evitar posibles contagios con la pandemia del Covid-19, y dado que en Sevilla están aumentando los casos exponencialmente, se hace necesario tomar medidas preventivas, ya que afectan a la salud de los trabajadores.

Desde AUGC consideramos, una vez más, que se hacen necesarios unos canales de participación de los trabajadores de la Guardia Civil para que sean los representantes de los mismos los que al menos sean oídos cuando se producen reformas de tanta importancia en unas dependencias oficiales, evitando así este desprecio claramente identificable.

Desde esta asociación, vamos a poner a disposición de los guardias civiles del aeropuerto, nuestros servicios jurídicos para reclamar que puedan tener unos espacios dignos y seguros (más aún en plena crisis sanitaria, con el rebrote de la pandemia, que está afectando a Sevilla), tanto para desarrollar su trabajo como para poder realizar las pausas durante el mismo. Y desde aquí instamos a los mandos responsables a que rectifiquen y realicen un reparto de las dependencias adecuado y justo, por el bien del propio servicio que prestamos al ciudadano y de la dignidad de los que lo prestan.

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