El pasado día 1 de este mes entró en vigor la nueva Orden General de Fiscal y Fronteras número 21/2021 de 9 de septiembre. Con ella, se pretendía dar solución a un problema permanente y cuyo origen parte de la Dirección General de la Guardia Civil: Ni formaban ni reconocían las características especiales de la labor de los agentes de Fiscal y Fronteras. La Asociación Unificada de Guardias Civiles lleva reclamando a la Dirección su adaptación orgánica como especialidad, y con ilusión acogimos la publicación. Sin embargo, en apenas un par de días, volvemos a ver que nos llevan hacia el desastre.
En la citada Orden, publicada en un Boletín Oficial de la Guardia Civil de carácter extraordinario, se recogen las adaptaciones orgánicas por cambio de denominación de unidad, por traslado de puesto de trabajo, nombramientos o ceses, entre otras. Sobre todo ello no hay más que improvisación por parte de la DGGC. A los hechos nos remitimos, y no ha sido precisamente por falta de tiempo. Han tenido más de un año.
Estamos viendo que hay Guardias Civiles de todas las escalas que han visto cómo han sido destinados a otras Unidades sin conocimiento previo alguno. Otros han desaparecido como Jefes de Unidad o lo que es peor, han desaparecido del todo sin constar en ninguna. Esto les impide realizar el servicio, no pueden ser nombrados por las posibles repercusiones jurídicas derivadas de sus actuaciones, no tienen permitido el acceso a las aplicaciones operativas, ni a las bases de datos… Tampoco pueden solicitar permisos para descansar ni días de vacaciones. Simplemente no existen y las Comandancias no tienen noticias para solucionar tal entuerto.
Los problemas no sólo terminan aquí. Ha habido casos de compañeros que han aparecido en “Unidades fantasma” creadas sin que los interesados tuvieran conocimiento previo. Un ejemplo de ello se encuentra en uno de los puertos ubicados en la zona mediterránea. Allí, han “desaparecido” varios Guardias Civiles de diferentes empleos y han “aparecido” en un destacamento fantasma sin que sepan los motivos, ya que nadie se ha comunicado con ellos. No han tenido la opción de aceptar el cambio o no aceptarlo, con los consiguientes efectos. Se les ha impuesto algo así ya no sólo con los perjuicios profesionales y económicos que conlleva, sino también por los que afecta a su vida personal o familiar
Otra de las dudas que se plantean ante los cambios de unidad es el relativo a los Descansos Singularizados Adicionales (DAS). ¿Ante la reorganización de la Dirección General estos descansos se perderán? De ser así, resultaría una táctica muy peligrosa que únicamente persigue el fin de no pagar ni conceder los DAS. Como se produce el traslado de los agentes hacia otras Unidades, la DGGC podría utilizar este cambio para que los compañeros no puedan disfrutar de los descansos correspondientes. De ser así, María Gámez, la Directora General, incumpliría lo que prometió en el último Pleno extraordinario del Consejo.
Como se puede apreciar, los problemas que se están dando con toda esta situación son numerosos y no hay información por parte de la Dirección. Es imposible dar una respuesta adecuada. Por ello, hemos solicitado una reunión de carácter urgente para que la Dirección explique el agravio generado con las adaptaciones, el nuevo despliegue de funciones y cometidos, si han tenido en cuenta las consecuencias o los derechos de los Guardias Civiles. Tenemos que estas circunstancias no sólo afecten a Fiscal y Fronteras, sino también al resto de especialidades.
