AUGC reclama que la repoblación de la España vaciada también implique a los trabajadores de la Guardia Civil

Los puestos pequeños ahora casi cerrados deben dar paso a cuarteles comarcales potentes con los efectivos adecuados para atender las necesidades de la población.

por Redacción AUGC

01 APOSTADEROS
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Los guardias civiles también sufren las consecuencias de la España vaciada. Esto es así no sólo como ciudadanos que en el actual medio rural carecen, igual que sus vecinos, de servicios básicos, sino también como guardias civiles que deben trabajar en condiciones aún más precarias que sus compañeros que prestan servicio en otras zonas más pobladas

Y es que, como AUGC lleva años denunciando, la presencia de la Guardia Civil en el ámbito rural es más aparente que real debido a la falta de plantilla y a un despliegue territorial obsoleto, basado en un elevado número de pequeños puestos con escasos efectivos en cada uno de ellas.

Esta distribución territorial, con escasos guardias civiles en cada puesto, ocasiona cuarteles cerrados durante la mayor parte de la semana, así como escasa presencia de patrullas en la calle, dado que muchos de esos agentes han de atender tareas administrativas.

Se trata de una estructura más acorde del siglo pasado, ineficaz y quedando muy lejos de ser una policía de proximidad, cercana al ciudadano ya que con el paso del tiempo nuestra presencia va disminuyendo en la demarcación rural.

La presencia de la Guardia Civil en el ámbito rural es más aparente que real debido a la falta de plantilla y a un despliegue territorial obsoleto, basado en un elevado número de pequeños puestos con escasos efectivos en cada uno de ellas.

Nuevo modelo policial

motorista
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Por eso desde AUGC entendemos que no tiene mucho sentido la actual distribución territorial de unidades, cuestión ésta que se podía subsanar con una nueva distribución de unidades operativas territoriales y con la creación de puestos principales en los que se engloben plantillas grandes con distintas especialidades, con más agentes de patrulla para reducir los tiempos de reacción ante un aviso y así cubrir grandes extensiones y núcleos operativos.

Esta reorganización territorial de las unidades del Cuerpo viene sustentada en la constatación de que el ámbito rural ha cambiado, pero en cambio, la Guardia Civil mantiene prácticamente, el mismo despliegue que tenía en el siglo XIX, lo que, de hecho, deja a las unidades del Cuerpo en este ámbito geográfico, casi inservibles. Actualmente existen puestos de la Guardia Civil a los que le es imposible realizar una sola patrulla por su demarcación por falta de personal durante días, algo que obviamente, está generando inseguridad.

AUGC propone reestructurar la implantación territorial Guardia Civil, pasando de las actuales 2700 unidades, a la “comarcalización” de las mismas, que supondría la agrupación de los efectivos en unidades capaces de afrontar plenamente que ningún núcleo poblacional carezca de atención, lo cual se conseguirá impulsando un enfoque geoestratégico de la seguridad, ya que las unidades que estamos describiendo deberán abarcar grandes extensiones de territorio con personal más cualificado. Es decir, la reorganización debe apoyarse firmemente en los actuales instrumentos tecnológicos: sensores, drones, trabajo funcional en red…

En suma, debemos servirnos de los avances que se están produciendo en comunicación e inteligencia artificial, que permitirán ir relegando las funciones exclusivamente estáticas o preventivas, para potenciar las orientadas a un concepto policial más moderno, hacia una actuación proactiva, es decir, más próxima y accesible para el ciudadano.

Complementaria con la anterior consideramos necesaria una reorganización de las funciones que realizan sus integrantes. Como estamos señalando, la Guardia Civil dispone de un número excesivo de unidades, y todas actúan funcionalmente de forma independiente, lo que significa que todas disponen de guardias civiles ejerciendo exclusivamente funciones de mando y de un staff de apoyo y de gestión administrativa de la propia unidad. Lo anterior traducido en cifras supone que aproximadamente 14.000 guardias civiles, es decir, un 20% de la plantilla total, se dedica a estas tareas, en detrimento del trabajo policial.

A esta propuesta se añade la de un nuevo modelo policial, para el que apostamos por la unificación de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

DONDE HAY HUMO.....
DONDE HAY HUMO.....

Desde AUGC también apostamos por incentivar a los guardias civiles para que opten por destinos en el medio rural, no sólo mediante un plus económico rural (recordemos que en las zonas donde han de trabajar carecen en muchos casos de oferta de vivienda y centros académicos y guarderías para sus hijos, por citar dos ejemplos), sino a través de la obtención de una puntuación extra a la hora de solicitar nuevos destinos con posterioridad.

Incentivos para que los guardias civiles apuesten por el medio rural

Desde AUGC también apostamos por incentivar a los guardias civiles para que opten por destinos en el medio rural, no sólo mediante un plus económico rural (recordemos que en las zonas donde han de trabajar carecen en muchos casos de oferta de vivienda y centros académicos y guarderías para sus hijos, por citar dos ejemplos), sino a través de la obtención de una puntuación extra a la hora de solicitar nuevos destinos con posterioridad.

Además, la concentración de efectivos en potentes cuarteles comarcales facilitaría la conciliación familiar y laboral de estos trabajadores, y sobre todo permitiría aumentar exponencialmente la presencia de la Guardia Civil en el medio rural, algo que también facilitaría la repoblación de muchos núcleos que actualmente se encuentran en un estado de semi abandono, causado éste también por la sensación de inseguridad que se sufre en determinados territorios.

Una inseguridad que también alcanza a los propios guardias civiles, que en demasiadas ocasiones deben atender en solitario los cuarteles, y que están por tanto expuestos a cualquier intento de agresión sin ningún compañero cerca para socorrerle. El caso de un agente recientemente atacado en un cuartel de Badajoz es el último ejemplo de esta situación.

Por último, y aunque resulte una obviedad mencionarlo, el aumento de efectivos de la Guardia Civil en el medio rural no sólo supondría garantizar la seguridad pública en esos territorios ahora cada vez más despoblados, sino que contribuiría en sí mismo a sumar nuevos vecinos a los pueblos, puesto que los guardias civiles y sus familias, muchas de ellas integradas por niños, pasarían a integrarse en en la vida cotidiana de las poblaciones y, con ello, a incrementar la demanda de servicios como guarderías, colegios, asistencia médica, equipaciones deportivas y culturales, etcétera.

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