La Fundación 1 de Mayo de CCOO va a publicar próximamente un libro donde se reivindica el papel que juegan y han jugado los sindicatos en defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, de la dignidad de su labor y de sus efectos positivos. También AUGC junto a las organizaciones hermanas, SUP y AUME, estarán presente en este trabajo del que ofrecemos, en primicia, el primero de ellos:
"Hacia un frío siberiano en Madrid aquel 17 de diciembre de 1976. Pero nada iba a impedir que se produjera un hecho insólito, el Día D del movimiento asociativo de guardias civiles y policías. “Todos a la Plaza de Oriente, a las 12 horas” se repetía insistentemente y de forma anónima por las radios de los vehículos policiales. Y a esa hora comenzaron a llegar en gran cantidad, mas de seiscientos, entre guardias civiles y policías. En la misma plaza improvisaron una asamblea, aprobaron un manifiesto que exigía la Seguridad Social para los agentes, mejoras retributivas y revisión de los reglamentos internos en los que se les conceptuaba de soldados y no como profesionales del orden público.
Luego, en manifestación, se dirigieron al Ministerio, entonces de la Gobernación, donde hubo serios altercados con oficiales que pretendieron disolver la concentración ante sus puertas. Incluso, según la prensa de la época, un general, pistola en mano, quiso detener a los cabecillas y fue desarmado…"
Alfonso Carrasco Llamas, 57 años, guardia civil en la reserva, estuvo allí, fue uno de aquellos bravos y decididos compañeros que participaron en la histórica primera manifestación de guardias civiles y policías por sus derechos laborales, estos mismos que hoy se disfrutan todos con entera normalidad. Aquello me marco profundamente, reconoce aún hoy Alfonso Carrasco. Concentrado en el Escorial, veía como iban expulsando a compañeros (fueron condenados por sedición 240 guardias civiles y policías identificados)… esperando ser el próximo. Pero ello no sucedió. Enviado a casa, a los pocos meses, se le ordenó incorporarse a un destino duro y difícil en aquellos años, Gerona.
“Fue un destino dirigido a quebrar nuestra afán reivindicativo. Nunca sabre porque no me expulsaron del Cuerpo. Pero desde luego estábamos señalados por los oficiales a nuestro mando que no nos dejaban pasar ni una. Para ellos éramos los sindicalistas del Móvil. En menos de un año tuve abiertos tres expedientes disciplinarios ante cualquier falta, la más nímia. Fue un calvario.”
Este acoso y persecución estuvo a punto de hacerle dejar la Guardia Civil. Pero, afortunadamente, pudo cambiar el destino y tras, un tiempo forzoso en el País Vasco, logró bajar a su estimada tierra andaluza. La Guardia Civil conservó a un excelente profesional, curtido en el trabajo rural, en los pequeños puestos.
Pero lo más importante, quizás, es que el movimiento asociativo democrático en la institución iba a tener en él un activo militante, en la clandestinidad, con el SUGC, en la semilegaliadad y en la legalidad. Que de todo ha habido en la Benemérita para esta generación de combativos guardias civiles. Un todoterreno.
Alfonso recuerda especialmente los primeros años, difíciles, de la Asociación Unificada de Guardias Civiles ( AUGC), en los años noventa, “hacíamos gala de nuestra militancia, casi desafiando a los jefes para hacer ver a los compañeros que se podía estar afiliado, que no nos escondíamos y que no estábamos locos. Había mucho miedo pero la semilla prospero”.
Las claves de Alfonso para que germinara con tanta fuerza el asociacionismo en la Guardia Civil, puesto que sin medios oficiales ni apoyo alguno, todo lo contrario, lograr hoy que AUGC, sin locales, ni subvenciones ni crédito horario alguno para tareas de representación, alcance mas de 31.000 afiliados, es toda una proeza y que para Alfonso se ha logrado gracias a la “honradez profesional, voluntad de ayudar a los compañeros y compañeras, vamos, estar con ellos.”
Alfonso Carrasco no es de los que callan y otorgan. Ello le ha costado más de un disgusto. Más de un paquete. Pero los compañeros siempre han sabido que podían contar con él. Uno recuerda verlo repartir hojas de afiliación en la puerta de la Academia de Baeza, un tórrido verano, y dedicarles a los jóvenes guardias civiles su experiencia de más de treinta años de servicio con un consejo contundente, de caimán (denominación de un guardia con muchos años de servicio) de la institución: “haz caso a tu compañero mas veterano, haz lo que él haga”.
El joven guardia civil del Móvil de Madrid, Alfonso Carrasco, que acudió aquella fría mañana del 17 de diciembre a la franquista Plaza de Oriente tenia un sueño: guardias civiles dignos y con derechos. Y hoy, con una pizca de orgullo cordobés y con su natural modestia, que le caracteriza, señala: “el asociacionismo en la Guardia Civil ha hecho una gran labor. No estábamos locos como nos decían. Con el tiempo se nos ha ido respetando. Tenemos, sin embargo, mucho camino por recorrer.”
¿Cuáles son los valores de este peculiar sindicalista del móvil para los tiempos complejos y difíciles del sindicalismo de nuestros días? “Predicar con el ejemplo, ello nos hace creíbles y fuertes, que es lo que necesitamos ahora, como siempre, y sobre todo la cercanía a los guardias civiles, estar muy cerca de ellos, de sus problemas e inquietudes.”
La legitimación de los sindicatos, de cualquier asociación representativa, siempre vendrá de la mano de esta voluntad sindical, de este compromiso. Lo dicho, Alfonso Carrasco. Una buena persona, un excelente profesional y un sindicalista como la copa de un pino.
CLAVES PARA ENTENDER EL ASOCIACIONISMO EN LA GUARDIA CIVIL
"Nunca he dudado que un grupo reducido de gente comprometida puede cambiar el mundo; de hecho, es la única cosa que ocurre siempre." Margaret Mead
Lograr el derecho de asociación y manifestación, la libertad de expresión, los derechos civiles de los trabajadores y trabajadoras de la Guardia Civil no han sido batallas fáciles en nuestro país. Si, porque guardias civiles con derechos, estamos convencidos de ello, son la mejor garantía para una sociedad libre y democrática. Porque quienes velan por nuestras libertades no pueden estar privadas de la mismas de una forma arbitraria y arcaica. Y esto es lo que ha sucedido demasiado tiempo en la Guardia Civil.
La lucha por los derechos y la dignidad laboral de los guardias civiles viene de lejos. Los orígenes se remontan a la manifestación que realizaron en Madrid un 17 de diciembre de 1976, recién estrenada la democracia en nuestro país. Han tenido que pasar más de 30 años para que, de nuevo, las calles de Madrid, el 18 de octubre de 2008, volvieran a ver a policías y guardias civiles reclamando juntos dignidad profesional. Las organizaciones clandestinas de guardias civiles proliferaron en los años ochenta. La mas conocida y de mayor impacto fue, sin duda, el Sindicato Unificado de Guardias Civiles (SUGC). La persecución por parte del Ministerio de Interior y de los servicios de inteligencia militares contra los militantes y dirigentes de estos comités clandestinos fue muy intensa y llevo a muchos guardias civiles, por su simple militancia asociativa y por reclamar derechos y libertades, a los penales militares y hasta la expulsión del Cuerpo. Uno de estos represaliados, el sargento José Morata fue expulsado en 1996 de la Guardia Civil. Es uno de los fundadores de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
El Parlamento, por unanimidad, instó al Gobierno, en octubre de 2008, su reingreso. De momento no se ha cumplido. Hay que señalar que si bien la llegada de los socialistas en 1982 al Gobierno de la nación posibilitó el reconocimiento de los derechos básicos a los policías nacionales, que vieron reconocidos sus sindicatos, por el contrario a los guardias civiles les siguieron negando estos mismos o similares derechos. El escándalo del director general de la Guardia Civil, Luis Roldan, permite que se legalice la primera asociación de guardias civiles, COPROPER-6J, germen de la actual AUGC, en 1994. Los guardias civiles iban a ser desde ese momento protagonistas del cambio y la modernización de la institución. La concentración en Madrid el 22 de abril de 2006 de miles de guardias civiles en la Plaza Mayor por la dignidad y la democracia es otro importante hito en la concienciación de la sociedad de que los cambios democráticos en la Guardia Civil eran imprescindibles. Pero es la concentración de miles de guardias civiles de uniforme en la misma plaza mayor de Madrid el 20 de enero de 2007 cuando el Gobierno se ve obligado a impulsar y aprobar la Ley de Derechos y Deberes de los Guardias Civiles y un régimen disciplinario mas moderno y adecuado a las funciones policiales de la institución.
Ello se produce el 28 de junio de 2007. El asociacionismo en la Guardia Civil era por vez primera legal y reconocido dentro de la institución. La democracia había entrado en los cuarteles. Sin embargo, las cosas no iban a ser nada fáciles para consolidar el asociacionismo en la Guardia Civil. AUGC siempre ha defendido un asociacionismo de negociación y de movilización, razonable y razonado, de diálogo y acuerdo, pero también de firmeza. Por ello apostó decididamente por las elecciones al Consejo de la Guardia Civil y ganó la mayoría de este Consejo en las elecciones celebrados el 20 de enero de 2009. Nuevo de los quince vocales del mismo son miembros de AUGC.
Sin embargo el Consejo de la Guardia Civil debe servir como un instrumento de avance y progreso social, profesional y laboral de todos los guardias civiles. Y en este sentido, a fecha de hoy, presenta un balance muy pobre al respecto. Pero, sin embargo, AUGC sigue apostando por este órgano de representación y de acuerdo entre las diferentes escalas de la Guardia Civil y la Administración. Las principales reivindicaciones en estos momentos giran entorno a la homologación con el CNP en materia de jornada laboral, una Ley de Personal democrática, una política de prevención de riesgos laborales y de igualdad y una reestructuración del despliegue más acorde a los tiempos actuales. Más información: www.augc.org Manuel del Álamo febrero 2011




