Guardias civiles, regreso al pasado

por Administración AUGC

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Por Javier Torrellas, portavoz AUGC-La Rioja
 
La Guardia Civil es como la famosa película “el día de la marmota”, te metes en bucle constante, empieza un nuevo día parece que va a pasar algo diferente y de repente, zas ¡¡¡ vuelta a empezar. Esto es lo que pasa en la Guardia Civil; no hay manera casi todo sigue igual a excepción de algún que otro pequeño maquillaje de cara a la galería: misiones internacionales donde un puñado de guardias civiles dan color con el resplandor del charol de los tricornios, auténticos profesionales eso sí, pero notas de color negro, como el del NODO.
Pero cierto es que el prestigio está ganado a pulso, de los de siempre. La cúpula de las prebendas, esa cúpula minoritaria apegada al ordeno y mando, sigue haciendo de las suyas. Da igual quien gobierne, desde la dictadura yo soy hijo de esa dictadura nací hace ya unos cuantos años, que por cierto al señor Albert Rivera parece que no le hacemos mucha gracia.
Pasando por la transición de UCD y ya con la eclosión del dicen partido socialista, el de las igualdades, hasta el actual partido popular resulta que todos están de acuerdo en una cosa: pasar olímpicamente de los guardias civiles, por si no lo saben ciudadanos como todos, eso sí de color verde la ropa de trabajo pero no precisamente del color de la esperanza. Nadie realmente ha hecho casi nada. Y es así porque los pocos avances que ha habido en derechos y mejoras en la calidad profesional y de vida de los guardias civiles han sido por el empecinamiento de unos pocos.
Unos pocos guardias civiles que a costa de sufrir persecuciones, presiones, acosos, sanciones, ingresos en prisiones militares y expulsiones hemos conseguido algo. Migajas pero auténticos manjares para tantos años de pelea, de fajarse con la toda poderosa maquinaria de la Dirección General de la Guardia Civil, el Ministerio del Interior, el de Defensa y a veces hasta el vecino del quinto. Pero sobre todo contra la desidia, la inoperancia, la ignorancia, la soberbia, la prepotencia de la mayoría de los dirigentes políticos (alguna honrosa excepción hay) entre medio unos cuantos militares, hasta del aire tuvimos uno por cierto de vuelo muy raso, que han tenido responsabilidad en esta materia como directores generales.
La Seguridad pública de un país no es moco de pavo y con la Guardia Civil han topado. La Guardia Civil es un “estado” dentro del Estado. Quien dirige hace siempre lo que le da la gana, hasta se cargan a esos inoperantes e ignorantes puestos a dedo elecciones tras elecciones al “mando” de la Dirección General. Personalmente me quedo con el tuerto entre los ciegos, López Valdivieso, del partido popular y reniego profundamente de los dos peores directores socialistas uno por ladrón el tal Roldán y el otro por tener en su mochila el bagaje de mayor número de sanciones disciplinarias a guardias civiles de AUGC a la que pertenezco desde sus orígenes, Rubalcaba uno de los mayores progresistas que no le tembló el pulso de seguir las órdenes de los generales.
El PSOE sólo puede ser recordado porque bajo su mandato se aprobó la Ley de Derechos y Deberes de los guardias civiles, pero si no es por AUGC por nuestra constante presión, por haber organizado la mayor, hasta ahora, manifestación de guardias civiles, no hubiera sido posible. Por cierto el próximo día 24 hay o habrán sido elecciones, menores en relación a éste artículo, pero significativas. Todos prometen, todos te la juegan.
Todo esto viene a colación porque recientemente se ha regulado una norma muy importante la nueva Jornada Laboral en la Guardia Civil. A muchos de ustedes les dará igual, otros no sabrán ni lo que es, pero les aseguro que es muy importante para este colectivo de trabajadores de la seguridad pública haberla conseguido. El problema son las “marmotas” esas con sables y bastones que no quieren evolucionar.
La interpretación que hacen de una norma es escandalosa, y eso que es fácil, las normas se cumplen pero curiosamente no en la Guardia Civil. La palabra innovación, mejora, calidad de servicio al ciudadano a través de los propios trabajadores, los guardias civiles, eso no existe. En el cuerpo Nacional de Policía existe desde hace muchos años y no pasa nada, en la guardia civil es un despropósito y eso que no es mala. Cuando miles de guardias civiles, cuando la mayoría de Asociaciones profesionales están cabreadas, cuando se hace frente común contra esa insensatez cerril es que algo falla.
Quizás con una gran nevada o una ola de calor los guardias civiles que si queremos a nuestro país, a nuestra bandera, pero que también queremos nuestros derechos de una vez por todas, quizás a no tardar volverán a salir a las calles para agitar esas “marmotas” y despertarlas de su letargo. Llegó la hora de la marmota, hay que despertarla a toda costa para que vea el presente y el futuro.

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