AUGC reclama un verdadero protocolo contra el acoso laboral y sexual en la Guardia Civil

AUGC solicita un nuevo protocolo de acoso en la Guardia Civil

por Juan Fernández Hernandez

AUGC reclama un protocolo garantista con las víctimas.
AUGC reclama un protocolo garantista con las víctimas.

La Guardia Civil ha archivado y dictaminado que no hay acoso por parte del mando que gritó y sancionó a una guardia civil por ausentarse durante un servicio rutinario para ir al baño tras venirle la regla.

La Guardia Civil ha llegado a la conclusión, a través de la propia cadena de mando, que no existe acoso laboral en el caso de la guardia civil que tras sorpréndele la menstruación mientras prestaba servicio se ausentó para ir al baño y poder atender esta necesidad. 

Tras regresar al punto para prestar servicio, su superior jerárquico se encontraba esperándola y sin atender a razones le lanzó: “A mí no me cuentes milongas, vas al baño antes o después del punto de control pero no durante”. Ella intentó advertir que el trato no le había parecido correcto, pero la cadena de mando no atendió la petición y la derivaron al mando con quién ella había tenido aquel incidente. Aún así, la agente le comunicó sus intenciones de iniciar la apertura de protocolo por acoso laboral, a lo que el mando respondió con la apertura de un expediente por los hechos bajo los cuales la guardia civil había recibido la reprimenda días anteriores. A día de hoy, el expediente contra la agente continúa su curso, mientras el protocolo por acoso laboral ya ha sido archivado. 

AUGC reclama un verdadero protocolo de acoso laboral y sexual en la Guardia Civil 

No fue hasta el año 2013 cuando, a petición insistente de AUGC, se creó el primer protocolo contra el acoso laboral y sexual en la Guardia Civil. Sin embargo nuestra petición era que se aplicara en la Institución el protocolo existente para la Administración General del Estado. Pero la Guardia Civil bajo excusas incoherentes y obligada por las circunstancias crea un protocolo de acoso sin garantías para las víctimas. 

Estas son algunas de las diferencias entre el actual protocolo de acoso en la Guardia Civil y el que se aplica en la Administración.

1.- En la Administración el protocolo por acoso laboral y sexual se encuentra separado en sus tipologías, en la Guardia Civil NO. Siendo el mismo protocolo para los casos de acoso laboral y sexual. 

2.- El protocolo en la Administración se inicia mediante denuncia, con modelo oficial estandarizado que facilita el tramite. En la Guarida Civil NO.

3.- En la Administración es responsable la Jefatura Superior de Personal. En la Guardia Civil NO, pues es la misma cadena de mando quien se encarga de dictar resolución. 

4.- En la Administración existe una unidad responsable de la recepción y tramitación, identificada inequívocamente, de los posibles casos de acoso. En la Guardia Civil NO. 

5.- En la Administración desde que se recibe la denuncia se inician unos plazos para aportar garantías. En la Guardia Civil NO existen plazos, además la denuncia debe presentarse ante el presunto acosador, o tramitarse con su conocimiento. 

6.- En la Administración intervienen los órganos de Prevención de Riesgos Laborales, así como Psicología si es necesario. En la Guardia Civil NO. 

7.- Si es necesario tomar declaraciones a los afectados/as estas se realizan por personal técnico experto en análisis y resolución de conflictos interpersonales. En la Guardia Civil NO. 

8.- En la Administración si existe conflicto laboral se activan mecanismos de resolución de conflictos interpersonales o actúa un “mediador” admitido por ambas partes. En la Guardia Civil NO. 

9.- En la Administración, si existen indicios de acoso se traslada el caso a un Comité Asesor para situaciones de acoso. En la Guardia Civil NO. 

10.- En la Administración existen causas de abstención y recusación. En la Guardia Civil NO.

En definitiva, un protocolo de acoso laboral y sexual en la Guardia Civil, un cuerpo militarizado y jerarquizado, que carece de garantías para quien pretenda denunciar un posible caso de acoso. En una institución donde apenas existen 5.000 mujeres de un total de 77.000 efectivos, y donde se ejercen funciones de agente de la autoridad, las cuales deben gozar de cierta autonomía, puesto que si se está demasiado encorsetado, acaba afectando a la eficacia del servicio. 

No es de recibo que no comunicar una ausencia en un servicio rutinario para acudir al baño por verse sorprendida por la regla derive en unas posibles vejaciones o situaciones de menosprecio donde la agente termina siendo sancionada, y la apertura de protocolo de acoso laboral sea archivada sin mayor miramiento. 

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