AUGC sigue abriendo camino, le pese a quien le pese *

AUGC sigue abriendo camino, le pese a quien le pese *

por Ildefonso Garcia Ruiz

La Junta Directiva Nacional de AUGC, en el estrado de la manifestación del 14 de noviembre de 2015, la 'Marea de Tricornios'
La Junta Directiva Nacional de AUGC, en el estrado de la manifestación del 14 de noviembre de 2015, la 'Marea de Tricornios'

Recientemente, Alberto Moya, nuestro Secretario General de AUGC, ha comparecido ante la comisión de interior del Congreso de los Diputados. Desde el punto de vista de la reclamación de derechos para los guardias civiles es un salto cualitativo y de importancia, pues es la primera vez que una asociación profesional de miembros de la Guardia Civil se dirige, públicamente, a todos los representantes de Interior de los grupos parlamentarios. 

La intervención, circunscrita a tiempos muy tasados, tuvo una repercusión fuera y dentro del Cuerpo de gran relevancia, y ha suscitado interés y expectativas en miles de guardias civiles. Esperamos que de una vez por todas las alabanzas den paso a la toma de decisiones y de verdad lleguen cambios en nuestras condiciones económicas, profesionales y sociales. Por parte de AUGC entendemos que esto es lo que debe hacer un representante asociativo, trasladar a los poderes públicos la problemática y la situación, a veces de auténtico desamparo, que sufrimos a diario en nuestro trabajo para promover esos cambios tan esperados como necesarios.

AUGC celebra el anuncio de los grupos parlamentarios en el Congreso para citar a comparecer al resto de asociaciones profesionales. Nuevamente, AUGC, abre un escenario donde el colectivo de guardias civiles se verá representado ante el poder legislativo.

El secretario general de AUGC, Alberto Moya, hizo una exposición sucinta pero certera de los problemas que padecemos todos los guardias civiles, de forma transversal, porque nosotros creemos en los guardias civiles como colectivo, donde al margen de cuestiones especificas de las distintas escalas prevalezca el objetivo común de llegar a ser profesionales bien retribuidos, formados, con medios y con derechos. 

Los ataques desde distintos sectores no se hicieron esperar, lejos de ver como un éxito para toda la sociedad el hecho de que un guardia civil pudiese exponer nuestra problemática ante quienes tienen la potestad, y la obligación, de resolver nuestros problemas. Modestia aparte, cabe decir que AUGC se ha adelantado en todo con respecto a la defensa de los derechos de los guardias civiles. De hecho, se han podido constituir asociaciones profesionales gracias a AUGC y al esfuerzo y sacrificio de muchos compañeros y compañeras que han luchado durante décadas para que eso ocurriera, y alguno ha pagado un precio muy alto por ello, como nuestro Sargento y socio fundador José Morata Gargallo, expulsado por ello. En fin, era de esperar. Se avecinan elecciones y alguno, lejos de vender su trabajo, apoyado por algunos medios de comunicación tendenciosos, se dedica a emponzoñar el esfuerzo ajeno. Nada nuevo bajo el sol.

Brevemente, pero también me gustaría referirme, a esa otra asociación que, de la mano de periodistas “frikis” y medios ultras y panfletarios se dedican a jugar con el dolor producido por el terrorismo entre los guardias civiles y sus familias. Con estos no puedo ser tan benevolente. Ahí debería estar la línea roja, pero ellos no la ven, ni la verán, porque un puñado de votos aunque sean sacados con la sangre y el dolor de compañeros, también les vale.

Se dedican a hacer política bajo siglas asociativas (vinculadas sin pudor, hasta en lo económico, a un sindicato y un partido muy concreto) y no solo insultan y utilizan la lacra del terrorismo como estrategia electoral, sino que se permiten el patrocinio del dolor sufrido por todos, que monopolizan el sufrimiento como si en los más de 30.000 guardias civiles de todas las escalas que componen AUGC no hubiese personas (muchas puesto que somos el 40% de la plantilla) que se la han jugado luchando contra ETA, que han vivido de cerca el terror, junto a sus familias, que han dedicado años de su vida a luchar para acabar con la barbarie terrorista y que se sienten asqueadas al ver como algún personajillo de vida cómoda y prebendas da lecciones de cómo se tiene que sentir y como tiene que pensar un guardia civil al respecto.

La miseria y la podredumbre moral puede dar algún voto, porque ningún colectivo está a salvo de no albergar algún miserable, pero retrata, y retrata mucho y muy mal a quien toma ese camino. Mi consejo sería que dejasen de hacer política y enderezasen el barco que, visto lo ocurrido el último año, parece que hace aguas y apunta al fondo marino en no mucho tardar. Pero no albergo esperanzas de ello, porque entre sus preferencias no está la defensa de los derechos de ningún guardia civil, sino la subsistencia propia a costa de saltar cualquier barrera moral.

Desde AUGC vamos a seguir en nuestra línea, llevar la voz de los guardias civiles allá donde nuestros problemas pueden ser solucionados, personarnos judicialmente en todos los casos de terrorismo que afecten a compañeros y compañeras y pedir la máxima pena para los responsables como hacemos desde hace años y defender, sin ningún color político porque lo dice la ley y además estamos convencidos que así tiene que ser, los derechos de todos sin mirar ni la hombrera ni el destino de nadie.

* Artículo de José Cabrera Farfán, secretario nacional de Organización de AUGC

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