AUGC lleva años denunciando la carencia de medios materiales y humanos en la Guardia Civil, la cual repercute de modo directo en el servicio que se presta al ciudadano. El último ejemplo de esto lo encontramos en Murcia, donde en las últimas semanas se ha extendido un tipo de robos en los que los delincuentes se aprovechan de personas mayores que en ese momento se encuentren solas, a las que abordan por la calle para preguntarles por una dirección o cualquier otra duda.
Tras recibir las indicaciones, los ladrones, generalmente mujeres, se despiden del viandante mediante un abrazo o un beso, momento que aprovechan para apoderarse de las joyas, relojes u otros objetos de valor que lleven puestas.
Este método, conocido como ‘abrazo cariñoso’, se ha reproducido en localidades como Lorca o Puerto Lumbreras, donde se ha detenido a varias personas relacionadas con estos hurtos.
En otras ocasiones el pretexto utilizado para abordar a las víctimas ha sido el ofrecimiento de impresos para recogida de firmas en apoyo de organizaciones o causas benéficas inexistentes, e incluso el ofrecimiento de favores de índole sexual. En cualquier caso, el método empleado es el mismo.
Es evidente que los delincuentes que ejercen este tipo de acciones se encuentran con el terreno mucho más despejado cuando saben que las patrullas de seguridad ciudadana se encuentran bajo mínimos, con lo que sus posibilidades para actuar y emprender la huida se incrementan notablemente.
