El síndrome de 'delirium' agitado en los detenidos: qué es y cómo actuar *

El síndrome de delirium agitado en los detenidos: qué es y cómo actuar *

Dos guardias civiles conducen a un detenido.

En los últimos años, se han producido diversos casos de muerte súbita e inesperada de sujetos que presentaban una gran agitación mental y física, y sobre los que los miembros de seguridad procedían a la contención, reducción o detención.

Entre estos casos, en la Guardia Civil, está el caso Roquetas, ocurrido en 2005, en Almería, o también la absolución por el Tribunal Supremo de cuatro Policías Locales de Marbella, que estaban acusados de homicidio imprudente o más reciente, y con resultado judicial completamente distinto, el caso Benítez, en Barcelona, de 2016, un acuerdo de conformidad y seis Mossos d’Esquadra, fueron condenados a dos años de prisión, por homicidio imprudente.

Estos casos son un síndrome conocido como Delirium agitado, y que además de la agitación mental, presenta en los sujetos una fuerza sobrehumana, agresividad desproporciona incluyendo la auto agresividad y una resistencia espartana. Este síndrome también recibe el  nombre de psicosis cocaínica, o delirium inducido por drogas, que ya es “prueba de cargo”, sobre el origen de tanta agitación.

Este factor de riesgo, que es la ingesta de cocaína, aliñada con alcohol,  al que se añade hormonas  como la adrenalina, producidas en situación de estrés agudo, convierte a estos honrados ciudadanos, en  ciudadanos que representa un peligro,  incluidos ellos mismos.

Y la tendencia actual de un consumo de cocaína, casi socializado, hace que este síndrome se produzca cada vez con mayor frecuencia.

La relación entre la situación de uso de la fuerza por las fuerzas de seguridad, en la intervención para la contención/retención destinada a garantizar la seguridad, incluida la de sujeto, y el incremento de la probabilidad de una muerte súbita, es una realidad científica. Establecer cuál es el mecanismo de muerte ya presenta más dificultades.

Bien, y ahora a lo práctico, a contribuir a la formación, y vemos qué perfil tienen estos ciudadanos, a los que usted y yo, le pagaremos alguna vez un tratamiento en la sanidad pública,  y resultan ser varones jóvenes de edades cercanas a los 30 años y un detalle, presentaban obesidad (ya se sabe que el colesterol no es bueno para nada). En el caso Roquetas, la persona fallecida media 1,86 m y pesaba 107,5 Kg. Y son, como decimos, consumidores habituales de drogas de abuso, principalmente cocaína, a la que aderezan,  con alcohol y pastilleo de diverso colorido.

¿Y cuando va puestos hasta el higadillo como van?, pues además de los ya contados, presentan  hipertermia, llama la atención como los sujetos se desprenden de la ropa, una resistencia que les hace no cansarse nunca, a pesar de esa gran agitación motora y algunos una insensibilidad física general que hace necesario  ser despachados con más de una dosis del dispositivo electrónico de control ,para nosotros la  Taser,( Taser el quela tengo claro.)  Suelen presentar también hiperventilación y el volumen de voz se va haciendo cada vez más alto, y con un discurso de contenido repetitivo y hostil.  

Y la nota para subrayar, el resultado de muerte se suele producir minutos después de la actuación, es decir cuando el sujeto, está engrilletado y nosotros recomponiendo el aliento, por eso, para estos casos, no está de más, que durante unos minutos, poner los grilletes delante y el sujeto en cuestión, sentado.

Para finalizar, y con  este nueve reto profesional, dejemos, negro sobre blanco,  dos acciones preventivas básicas, en este tipo de servicios:

Primera. Formación a las fuerzas de seguridad,  también, sí también, para valorar, la presencia de un sujeto con síntomas de delirio agitado para acomodar y gestionar la actuación policial a esta emergencia sanitaria y contemplar la posibilidad de dar aviso solicitando presencia médica.

Segunda. Establecer un Procedimiento de actuación, para, desde al Arco de Seguridad progresivo, establecer la forma de realizar una contención verbal, (incluida la emocional) y una posterior contención mecánica, donde, entre otros, conste número adecuado de intervinientes y técnica concreta.

Gracias y como ven, nuevo reto y nueva necesidad de información y formación.

* Rafael Castro Torres es Licenciado en Criminología y Secretario PRL de AUGC Málaga.

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