Preocupación en la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Cuenca (AUGC), por la escasa importancia que la Guardia Civil ha dado a un grave suceso ocurrido en Motilla del Palancar y que pudo costar graves lesiones, incluso la vida, a dos agentes. Los hechos sucedieron cuando dos guardias trataban de interceptar a un individuo que, en estado de embriaguez, conducía temerariamente un tractor. Cuando los dos agentes lograron dar el alto al conductor, este, antes de que pudieran salir del vehículo oficial, embistió contra ellos con el tractor, pasando, literalmente, por encima del coche de los guardias civiles, quienes, afortunadamente no tienen lesiones de gravedad porque su vehículo patrulla era un todo terreno. Estos hechos la Guardia Civil de Cuenca ha querido maquillarlos como una simple falta de lesiones, pasando por alto el de atentado a agente de la autoridad y el más grave, el de intento de homicidio porque el conductor era consciente de que en el coche patrulla estaban los dos guardias civiles.
AUGC no va a entrar a valorar el hecho de que juez haya dejado al conductor en libertad a la espera del juicio, pero si cree necesario denunciar la dejadez de funciones de la Guardia Civil en la protección de sus trabajadores. ¿Cómo va un juez a actuar con más contundencia contra este conductor si es la propia Guardia Civil la que quita importancia a una acción que pudo costar la vida a dos de sus trabajadores?. Por eso la Organización no entiende que después de “un intento claro de un presunto delito de homicidio”, la Guardia Civil no sea la primera en querer que este acto no quede impune.
AUGC no comparte este proceder de la Guardia Civil por lo que ha dado instrucciones a los servicios jurídicos para que se personen como acusación particular en el procedimiento en defensa de los guardias civiles. Además, como este no es un hecho aislado, sino que se está registrando un aumento de agresiones a nuestros compañeros en el ejercicio de sus funciones exigimos a la administración que se tome en serio este problema y que todos los que efectúen labores de seguridad ciudadana sean equipados convenientemente para realizar su labor con seguridad (no con vehículos cuya antigüedad superen los 10 años con un kilometraje de 400.000 kilómetros o más), se aumente la plantilla que permita una mayor presencia en la calle, no como en la actualidad con días de una sola patrulla que ante un hecho delictivo se encuentra sin posibilidad de ser apoyada. Una falta de personal que podría paliarse, en la medida de lo posible, si todo el personal detraído en funciones no policiales y que no figuran ni siquiera en el catálogo de puestos de trabajo (jardineros, electricistas, camareros de mandos, etc) fueran destinados para lo que han sido formados.