Navarra aprueba su ley de reparación de víctimas policiales, otro intento de reescribir el relato del terror cambiando víctimas por verdugos

Esta ley es gemela de la aprobada recientemente por el Parlamento Vasco, y en ambos casos buscan retorcer el relato del terrorismo en ambas comunidades autónomas para presentar un escenario de conflicto en el que los verdugos se presenten como víctimas y viceversa.

Navarra

Pintadas contra la Guardia Civil en la localidad navarra de Alsasua.

Hoy se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado la Ley Foral de la Comunidad de Navarra “de reconocimiento y reparación de las víctimas por actos de motivación política provocadas por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos”.

Esta ley es gemela de la aprobada recientemente por el Parlamento Vasco, y en ambos casos buscan retorcer el relato del terrorismo en ambas comunidades autónomas para presentar un escenario de conflicto en el que los verdugos se presenten como víctimas y viceversa.

Llama especialmente la atención, en este caso el enunciado torticero que da nombre a esta normativa aprobada en Navarra, donde se vincula la extrema derecha con los funcionarios públicos.

Desde AUGC queremos reiterar que en ambas comunidades todavía existe un extendido clima de odio hacia los guardias civiles y los policías nacionales que impide la normalización de la vida de los agentes de ambos cuerpos y sus familias.

Buena prueba de ello son los insultos lanzados por Julen Arzuaga, parlamentario de la formación EH Bildu en el Parlamento Vasco, el pasado 4 de abril desde la tribuna de oradores contra los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los cuales asistían a la votación de la ley llamada de reparación de víctimas. Las descalificaciones proferidas por Arzuaga han sido denunciadas por AUGC.

En su intervención, Arzuaga calificó a los agentes como “nazis”, “franquistas” y “asquerosos”, entre otros adjetivos. Por todo ello, desde AUGC se formula la correspondiente denuncia para la puesta en marcha de la justicia ante este posible ilícito penal.

Resulta del todo punto injusto, infame y descorazonador que los trabajadores de dos cuerpos de seguridad pública con cientos de compañeros asesinados por el terrorismo de ETA a lo largo de cuatro décadas tengan que seguir soportando insultos y amenazas en estos territorios, así como contemplar que sus gobiernos aprueban leyes que buscan distorsionar la realidad para amoldarla a un relato que justifique el terror implantado en sus sociedades durante tantos años.

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