Un guardia civil en situación de retiro ha presentado sendas denuncias por supuesto acoso laboral contra el sargento del Puesto de Lerín y el Capitán de la Compañía de Estella (ambas localidades de Navarra).
En las denuncias, que han sido tramitadas en el juzgado de primera instancia de Estella, el agente acusa a sus superiores de haberle sometido a un trato degradante, vejatorio, humillante y acoso moral.
De acuerdo con la versión del denunciante, éste fue denigrado, insultado y obligado a limpiar todos los coches del acuartelamiento después de que diese a conocer ante un mando del Cuerpo las injusticias a las que eran sometidos algunos de sus compañeros por parte del comandante de Puesto, al que el guardia civil se había incorporado a mediados de 2010.
El agente ya refirió los supuestos abusos después de que un capitán preguntase a los trabajadores de aquel Puesto de Lerín por la problemática laboral que sufrían. Sin embargo, la denuncia que hizo entonces este agente llegó a oídos del comandante que presuntamente decidió someterlo a numerosos atropellos.
Un trato vejatorio que ha quedado impune, ya que la DGGC ha decidido hacer caso omiso a la denuncia de este agente, que también tuvo que limpiar excrementos de perro y colillas de cigarro.
Para la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) resulta intolerable que en pleno siglo XXI y en un país democrático puedan darse vejaciones de semejante gravedad y que, además, queden impunes.
Un claro caso de abuso de poder, que la Dirección General de la Guardia Civil ha decidido archivar, a pesar de que el agente tenía testigos de los continuos abusos que su superior cometía sobre él.
Descansos acumulados, denegación casi sistemática en la concesión de permisos por asuntos particulares y continuos cambios en la planificación del servicio son algunos de los atropellos a los que este comandante de este puesto de Navarra sometía a sus subordinados.
Mientras la DGGC elude depurar responsabilidades ante un claro caso de abuso de poder, 37 miembros de AUGC han sido expedientados por reclamar derechos y mejoras laborales, durante el gobierno del Partido Popular. Y es que se vuelve a poner de manifiesto la doble vara de medir que utiliza la Dirección General.
En las denuncias, que han sido tramitadas en el juzgado de primera instancia de Estella, el agente acusa a sus superiores de haberle sometido a un trato degradante, vejatorio, humillante y acoso moral.
De acuerdo con la versión del denunciante, éste fue denigrado, insultado y obligado a limpiar todos los coches del acuartelamiento después de que diese a conocer ante un mando del Cuerpo las injusticias a las que eran sometidos algunos de sus compañeros por parte del comandante de Puesto, al que el guardia civil se había incorporado a mediados de 2010.
El agente ya refirió los supuestos abusos después de que un capitán preguntase a los trabajadores de aquel Puesto de Lerín por la problemática laboral que sufrían. Sin embargo, la denuncia que hizo entonces este agente llegó a oídos del comandante que presuntamente decidió someterlo a numerosos atropellos.
Un trato vejatorio que ha quedado impune, ya que la DGGC ha decidido hacer caso omiso a la denuncia de este agente, que también tuvo que limpiar excrementos de perro y colillas de cigarro.
Para la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) resulta intolerable que en pleno siglo XXI y en un país democrático puedan darse vejaciones de semejante gravedad y que, además, queden impunes.
Un claro caso de abuso de poder, que la Dirección General de la Guardia Civil ha decidido archivar, a pesar de que el agente tenía testigos de los continuos abusos que su superior cometía sobre él.
Descansos acumulados, denegación casi sistemática en la concesión de permisos por asuntos particulares y continuos cambios en la planificación del servicio son algunos de los atropellos a los que este comandante de este puesto de Navarra sometía a sus subordinados.
Mientras la DGGC elude depurar responsabilidades ante un claro caso de abuso de poder, 37 miembros de AUGC han sido expedientados por reclamar derechos y mejoras laborales, durante el gobierno del Partido Popular. Y es que se vuelve a poner de manifiesto la doble vara de medir que utiliza la Dirección General.