La negligencia de la DGT impide a los guardias civiles de Tráfico realizar pruebas de droga discrecionales a los conductores

El fin del contrato con el laboratorio que analiza las muestras remitidas como confirmadoras deja a los agentes sin una herramienta fundamental para la seguridad vial.

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Un guardia civil con el dispositivo de la prueba para el control de drogas.

La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha remitido un comunicado a las unidades en el que informa de la inminente conclusión del contrato acordado entre la Dirección General y el laboratorio que realiza los análisis de las muestras remitidas como confirmatorias en las pruebas de droga que practican los agentes a los conductores.

Debido a esta circunstancia, y durante la celebración de un nuevo concurso, este ha quedado sin ningún adjudicatario nuevo, por tanto, este error supone que los agentes de la Guardia Civil, desde estos momentos, únicamente podrán realizarán pruebas de drogas de manera restringida y conforme a unas instrucciones precisas.

 Nos encontramos por tanto ante una nueva negligencia administrativa que recae en la seguridad de los ciudadanos, que de esta forma ve cómo se restringen los controles antidroga en las carreteras y desaparece así de éstas una herramienta fundamental para reducir la siniestralidad en las carreteras a la hora de detectar y disuadir a las personas que de forma desaprensiva se ponen al volante bajo los efectos de diversas sustancias.

Este paso más hacia la inseguridad de las vías circulatorias en España se suma a la pérdida de patrullas en los últimos años debida a los recortes de personal, así como al deficiente estado de conservación de los vehículos oficiales y las carreteras.

Mientras tanto, es práctica habitual de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil aumentar las horas de servicio de los agentes en su jornada laboral, una medida que no supone ninguna mejora sustancial en las cifras de vigilancia en las carreteras, y que AUGC ha denunciado este abuso ante la justicia. Por que  los agentes continúan sin contar con una jornada laboral digna, con turnos de trabajo que les permitan conciliar la vida laboral con la familiar, lo que repercute en un aumento de su nivel de estrés y una rebaja de su capacidad de concentración y motivación.

A todo esto se le añade con esta situación una nueva carencia en sus herramientas de trabajo para garantizar la seguridad de sus conciudadanos.

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