En la mañana del pasado día 20 de agosto tuvo lugar una reunión institucional en la sede del Ayuntamiento de Carmona entre el secretario de Relaciones Institucionales de AUGC Sevilla, Francisco J. González Morillo, acompañado del Secretario de Organización Nacional, José Cabrera Farfán, y el alcalde de esta localidad, Juan Manuel Ávila Gutiérrez.
Durante la reunión, de cerca de una hora, se le trasladó al primer edil nuestro apoyo y solidaridad por los luctuosos sucesos ocurridos en la localidad, que pedimos haga extensiva a las familias de los dos empresarios asesinados y con la “manifestación por la seguridad” que se iba a celebrar al día siguiente, 21 de agosto. Por otro, agradecer su predisposición para reunirse con esta asociación profesional.
Entrados en materia, apoyamos al señor Ávila en la petición de más agentes para el municipio, puntualizándole que de Guardia Civil, y se le comunica que la escasez de plantillas es un problema general de todas la FCS del Estado, motivado por la falta de tasa de reposición durante los años de la crisis. Por otro lado, la llegada de nuevos guardias (eventuales o en prácticas), produce un relevo natural cada año, lo que no significa aumento de plantillas, puesto que tras cumplir su periodo anual, pasan a ser profesionales y salen destinados a otras provincias. Desde AUGC venimos denunciando que el actual modelo policial se encuentra caduco, que necesita una revisión y cambios para redefinir un nuevo sistema de seguridad ciudadana, agrupando unidades y cerrando cuarteles “inoperativos y con poco personal”.
Pasando a la situación específica del Puesto Principal de Carmona, se le informa que ha pasado de ser una unidad modélica dentro de la provincia, por su potencial de prestación de servicio, a ser un destino poco demandado, debido al negativo clima de trabajo existente. La falta de personal, y la nefasta gestión de los recursos humanos hace que la unidad sufra un porcentaje de absentismo laboral desbocado y previsiblemente en aumento, gracias en parte a esa falta de empatía de algunos responsables de la unidad para con sus trabajadores, que tan solo se preocupan de hacer cumplir sus órdenes, a fuerza de imponer las mismas bajo amenaza del régimen disciplinario, sin involucrar a los agentes bajo su responsabilidad en la toma de decisiones de la unidad, con el espíritu de colaboración y trabajo en equipo que debe imperar en todas las unidades del Cuerpo.
Por ejemplo, en el caso del Puesto Principal de Carmona (y en otros muchos de la provincia), los guardias civiles tienen que hacer las funciones de dos efectivos en un mismo servicio, como ocurre, donde el mismo componente que presta el servicio de seguridad y recepción de ciudadanos (el Guardia de Puertas) tiene que desarrollar la labor de recogida de denuncias y demás diligencias, siendo imposible realizar las dos funciones con eficacia y con la dedicación propia que ambas merecen, muchas veces sin tener el obligado descanso o pausa que prescribe nuestra normativa, por falta de organización y aprovechamiento de los recursos humanos.
Ante estas circunstancias y otras actitudes que rozan “el acoso laboral”, le volvimos a recordar al responsable de la Comandancia de Sevilla (y ya son varias veces) en reunión urgente mantenida, que con este clima irrespirable es imposible trabajar, y de hecho la lista de absentismo laboral se ha incrementado nuevamente a raíz de esta actitud. Por ello le hemos solicitado que se implique de una vez y “tome cartas en el asunto” de manera urgente, para dejar de perjudicar a los ciudadanos de Carmona y sobre todo la imagen institucional de la Guardia Civil.
Mientras se aumenta la oferta de empleo público para la Guardia Civil para paliar la escasez de plantillas podrían crearse bolsas de trabajo para remunerar los servicios extraordinarios, como nos comunica el alcalde que hace su consistorio con la Policía Local. Sin embargo, como le explicamos al edil, en la Guardia Civil, la propia normativa interna sobre incentivos al rendimiento prohíbe que se puedan realizar servicios extraordinarios abonados, al contrario que en otros cuerpos policiales, como la Policía Nacional, ya que ese dinero en la Guardia Civil se reparte en su mayoría en las escalas de mandos, quedándose así un 10% del colectivo (los mandos) con el 50 % de la partida total destinada a productividad.