El Covid-19 también amenaza a los guardias civiles

Artículo de opinión de Juan Montalbán, secretario general de AUGC Murcia: "Respetando la historia y las tradiciones del Cuerpo, es urgente y necesario iniciar la modernización de la Guardia Civil para prestar un mejor servicio a los españoles ante los desafíos del siglo XXI. Desde luego, en ese camino siempre podrán contar con nosotros."

Comunicados

Los representantes de AUGC están denunciando por todo el país la carencia de medios de los guardias civiles.

El Covid-19, el maldito coronavirus, nos está poniendo a prueba a todos los españoles, pero principalmente a los profesionales de la sanidad y la seguridad. Desde este artículo traslado un enorme agradecimiento de todos los guardias civiles y a los profesionales sanitarios que, en silencio y sin medios, trabajan día a día por la salud de los demás, y el más sincero pésame por aquellos que han fallecido en esta labor.

También a los guardias civiles nos ha tocado bailar, aunque en esta ocasión no ha sido con la más fea (como ya he dicho, la labor más ingrata les ha tocado a los sanitarios), pero al fin y al cabo también policías, guardias civiles, militares y otros cuerpos de emergencia nos encontramos en primera línea de la batalla al COVID-19, de una parte, con el especial cometido de aplicar las restricciones del Estado de Alarma, y por otra de asistencia y auxilio de los ciudadanos.

No es ni el primer enemigo ni la primera emergencia en que los guardias civiles debemos dar lo mejor de nosotros. Antes nos asesinaba ETA o el GRAPO, y más recientemente sufrimos la amenaza yihadista, nos enfrentamos a delincuencia organizada y narcotráfico en zonas calientes como el Campo de Gibraltar, actuamos en catástrofes, en terremotos, en inundaciones, en nevadas, en rescates en el mar o en la montaña; en definitiva, no nos asusta cumplir con nuestro deber y lo hacemos siempre lo mejor que podemos.

Y ahora nos toca un enemigo silencioso, pero peligroso y mortífero, y no nos sirven ni las defensas ni las pistolas ni los chalecos balísticos; muy al contrario, necesitamos mascarillas, guantes desechables y otro material de protección, precisamente de lo que más carecemos.

 

Un grupo de guardias civiles se protegen con mascarillas durante un control de carretera.

LA GUARDIA CIVIL ESTÁ MOSTRANDO FALTA DE AGILIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES

La Dirección General de la Guardia Civil se ha movido entre la imprevisión y la improvisación. Imprevisión por no tener el material de protección necesario que como cuerpo de seguridad que actúa en inmigración irregular, con presos y detenidos en algunos casos con patologías infecciosas y en general con la necesidad de higiene en nuestro trabajo, ya debíamos tener en cantidad suficiente en todos los cuarteles de la Guardia Civil.

Desde el principio, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, AUGC ha demandado que se aplicaran las medidas del Ministerio de Sanidad, y en concreto que se actuara inmediatamente ante un guardia civil con síntomas, es decir, que se procediera a la desinfección de unidades y vehículos, y que se aislara a los compañeros que habían mantenido un contacto estrecho con él, pero la Guardia Civil se niega y aplica dichas medidas únicamente cuando el agente sintomático da positivo en la prueba y no antes.

La Guardia Civil continúa con la jornada laboral de 5x2 (cinco días trabajados por dos días en el domicilio) y, lo que es peor, con grupos de trabajo donde los componentes de unidad rotan todos con todos.

Es decir, actúa tarde, puesto que la prueba del COVID-19 en el mejor de los casos tarda una semana, tiempo más que suficiente para que sus compañeros se hayan contagiado.

La improvisación viene dada por la cantidad de instrucciones insuficientes y en algunos casos contradictorias. Las primeras que se dictaron sobre medidas higiénicas, conciliación familiar y operativas son del 12 de marzo, y un mes después prácticamente no se han actualizado, cuando en este periodo las incidencias han sido numerosas.

 

NEGATIVA PARA ORGANIZAR LA JORNADA LABORAL DE LOS GUARDIAS CIVILES

Pero lo que nos parece más grave en AUGC es la negativa a organizar la jornada laboral con turnos de trabajo que impliquen trabajo y descanso y con grupos de agentes estancos donde se minimice el posible contagio por contacto estrecho. En la Policía Nacional han tomado nota y establecen la jornada 6x6 (seis días trabajados por seis días en su domicilio) en grupos cerrados de policías; en la Guardia Civil no se dan por aludidos y continúan con la jornada de 5x2 (cinco días trabajados por dos días en el domicilio) y, lo que es peor, con grupos abiertos, es decir, turnos de trabajo rotatorios donde todos los componentes de unidad rotan todos con todos.

 

¿Alguien observa las graves diferencias entre ambos Cuerpos? Desde luego, las consecuencias son una exposición mayor y una posible pérdida de operatividad si el contagio se extiende entre los guardias civiles de una misma unidad. Siete guardias civiles fallecidos, más de 800 casos positivos y más de 3.000 agentes en cuarentena avalan esta hipótesis.

La última víctima ha sido el derecho de asociación profesional en la Guardia Civil, el cual ha sido cercenado a pesar de estar regulado en la Ley Orgánica 12/2007 de derechos y deberes de los guardias civiles, que en ningún momento ha sido suspendida. Entre las actividades consideradas esenciales en el Estado de Alarma figuran las sindicales, pero he aquí que no figuran las de asociaciones profesionales, y por ello se han suprimido contactos, canales de interlocución y tiempo asociativo. El resultado ha sido que en nuestra Región 1.800 guardias civiles se han quedado sin representación y las quejas de las asociaciones profesionales no son atendidas por la Jefatura de la Zona. Esta es la triste situación de los guardias civiles, que no de la Guardia Civil, sino de sus trabajadores.

Para AUGC la pandemia del COVID-19 es otra de las amenazas que acompañan al siglo XXI, hay muchas más, algunas ya mencionadas (yihadismo, ciberdelincuenia, globalización de la inmigración, etc.), y muy a nuestro pesar las estructuras de la Guardia Civil se han quedado ancladas en el siglo XX. Esta pandemia ha revelado grandes carencias en el Cuerpo, como plantillas raquíticas, organización territorial obsoleta, una rígida estructura jerárquica que impide la toma de decisiones flexible y adecuada y que retrasa cualquier cuestión incluso meses, una jornada laboral que prima la mera presencia física y la estadística por encima de la eficacia con una mejor organización y nuevas tecnologías, y la negación continua al derecho de asociación profesional y representación. El binomio dirección general/asociaciones profesionales es esencial y otorga equilibrio en un cuerpo de seguridad moderno.

Respetando la historia y las tradiciones del Cuerpo, es urgente y necesario iniciar la modernización de la Guardia Civil para prestar un mejor servicio a los españoles ante los desafíos del siglo XXI. Desde luego, en ese camino siempre podrán contar con nosotros.

 

ARCHIVADO EN: