La falta de plantilla y la mala organización provoca que los guardias civiles vuelvan a estar desbordados en verano

La falta de plantilla y la mala organización provoca que los guardias civiles vuelvan a encontrarse desbordados en verano

Dos guardias civiles atienden a un peregrino en el Camino de Santiago.

Sucede ya cada año, pero lo cierto es que cada verano la situación es peor. Y es que los recortes en plantilla y la nefasta organización territorial provocan que durante los meses de julio y agosto la Guardia Civil se encuentre desbordada y sea incapaz de atender debidamente sus tareas encomendadas, con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos, además del sobreesfuerzo que deben realizar los agentes para suplir la falta de personal.

Esto es algo que lamentablemente se produce en el conjunto de España, ya que el movimiento de la población hacia zonas habituales de vacaciones, especialmente hacia la costa, pero también al medio rural en el interior peninsular, no se ve debidamente compensado con un refuerzo de los efectivos del Cuerpo.

Más bien al contrario, puesto que a las vacantes por cubrir se suma que en verano las plantillas de la Guardia Civil se reducen un tercio con motivo de las vacaciones de verano de los guardias civiles.

Este problema se suma a la arcaica estructura de distribución de los efectivos, disgregados en puestos pequeños muy poco o nada operativos, algo que responde a una organización más propia del siglo XIX que del XXI. Desde AUGC se apuesta desde hace años por una reorganización de los puestos, primando la creación de cuarteles potentes, adecuadamente dotados, tanto en medios como en personal, que puedan cubrir con ello territorios más amplios de forma eficaz, sustituyendo así a los pequeños cuarteles actuales que a menudo tienen una función meramente presencial, y que en muchos casos permanecen cerrados por falta de efectivos.

Ante estas carencias se debería actuar, por un lado aumentando la oferta de empleo público para ampliar, y reducir la edad de media, la plantilla en la Guardia Civil, y por otro aplicando unas medidas de reorganización de las unidades para poder así disponer de mayor potencial. Algo que sin duda beneficiaría la efectividad de la seguridad pública en pro de una mayor seguridad, y que los sucesivos gobiernos se han negado a implementar por meros motivos de rentabilidad política, abocando a una situación cada día más caótica y deficitaria, siendo la ciudadanía la principal perjudicada, como evidencian las numerosas quejas por falta de atención, que se están recibiendo al respecto.

Desde AUGC ya vaticinamos desde hace meses que el verano de 2016 no solamente iba a ser muy caluroso, sino también muy sacrificado para los guardias civiles y los ciudadanos, que se ven obligados a ser pacientes y comprensivos con unos trabajadores que a pesar de su esfuerzo y sacrificio no podrán atender con suficiente prontitud y profesionalidad todas sus misiones.

 

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