Los helicópteros de la Guardia Civil no están preparados para realizar rescates

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La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncia que la mayoría de los helicópteros que utilizan los miembros del GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña) no están capacitados para realizar rescates, ya que carecen de grúas, una infraestructura que hubiese evitado la muerte de los tres agentes el pasado 24 de agosto en León.
Aunque mecánicamente pasan los controles pertinentes y se encuentran en buen estado, la mayoría de los helicópteros que posee la Guardia Civil son antiguos y están obsoletos. Su escasa potencia impide la instalación de las conocidas como grúas, que evita una enorme cantidad de riesgos al realizarse el aterrizaje en la montaña.
AUGC, la asociación profesional mayoritaria en la Guardia Civil, considera intolerable que se empleen estos helicópteros en montaña, ya que al carecer de grúa, los pilotos están obligados a realizar un apoyo parcial en el aterrizaje (apoyando únicamente uno de los patines del aparato). Una operación muy arriesgada que provocó la muerte de estos tres guardias civiles, que dieron su vida por ayudar a los demás.
La ausencia de esta infraestructura obliga a los pilotos a acercarse lo máximo posible al objetivo para facilitar la labor de los rescatadores, realizando maniobras de extraordinaria precisión, que en muchas ocasiones entrañan excesivos riesgos, incluso para pilotos experimentados en rescates extremos.
Una prueba más de que la mayoría de helicópteros que utiliza la Guardia Civil no están preparados para efectuar rescates es que carecen de espacio suficiente en su interior para albergar al herido y a los rescatadores. De hecho, los agentes que participan en ellos deben realizar el viaje de regreso en cuclillas, ante el pequeño tamaño de los aparatos.
Se trata de helicópteros que podrían ser útiles para otras tareas pero que, en ningún caso, deben utilizarse para realizar rescates, si se pretende evitar trágicos accidentes como el ocurrido en León.
De hecho, para recuperar los cuerpos de los tres agentes fallecidos el pasado 24 de agosto intervino un helicóptero de la Junta de Castilla y León que contaba con grúa, mientras que el aparato de la Guardia Civil que se desplazó desde Oviedo solo pudo realizar tareas de apoyo al carecer de esta infraestructura.
Este no es el único accidente de helicóptero ocurrido en la Guardia Civil. De hecho, este Cuerpo atesora una trágica siniestralidad al respecto. En los últimos años, han sido once los agentes que han fallecido mientras viajaban en un helicóptero. En 1982, murieron dos capitanes, en 1992 un capitán y dos sargentos, en 1996 un guardia civil y en 2004 un teniente y un sargento, además de los tres agentes fallecidos el pasado 24 de agosto.
También hay que señalar otros accidentes en los que afortunadamente no se produjeron víctimas como el ocurrido en los Galayos, Ávila, el aparatoso siniestro que se produjo en 2003 en Asturias o el ocurrido en Granada donde, afortunadamente, no hubo heridos.
La Dirección General conoce los riesgos que entraña pero sigue sin entender que un helicóptero sin grúa, no es un helicóptero de rescate y aunque conoce que se pone en riesgo la vida de los agentes, no incorpora esta infraestructura. Sin embargo, cuando se trata de tareas recaudatorias, esta institución cuenta con la última tecnología, como los helicópteros “pegasus” recientemente adquiridos para captar infracciones en carretera.