Las asociaciones profesionales piden la dimisión de Félix Azón en una concentración frente a la sede de la Dirección General de la Guardia Civil

‘Esta equiparación es una imposición’: lema de la concentración contra la permanente discriminación de los guardias civiles

por Ildefonso Garcia Ruiz

Más de un centenar de representantes de AUGC y otras asociaciones han pedido la dimisión del Director General.
Más de un centenar de representantes de AUGC y otras asociaciones han pedido la dimisión del Director General.

Representantes de distintas asociaciones profesionales de la Guardia Civil (AUGC, AEGC, ASES-GC, UO, UnionGC y APC), en unidad de acción, se han concentrado esta mañana ante la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en protesta y denuncia por la mala gestión que está llevándose a cabo en el proceso de equiparación salarial en la Guardia Civil, y cuyo detonante ha sido la detracción, unilateralmente anunciada el pasado 26 de febrero por parte del Director General, de un porcentaje de la cantidad destinada en 2019 a la equiparación salarial de los guardias civiles en beneficio de los policías nacionales, que supondrá para los primeros 2,5 millones de euros menos.

A lo largo de la concentración, en la que han participado representantes procedentes de toda España, se han coreado distintas consignas en las que han reclamado la dimisión del director General de la Guardia Civil, Félix Azón. También se ha recordado la necesidad de que se reconozca el derecho de sindicación a los guardias civiles, como herramienta fundamental para la negociación.

Al término de la concentración, el portavoz nacional de AUGC ha leído un comunicado que reproducimos íntegramente a continuación.

La realidad es que los guardias civiles siguen siendo los agentes que más horas trabajan en España y los que menos derechos y salario tienen. Se trata de una situación que se ve propiciada y agravada por el hecho de que los guardias civiles siguen careciendo de las herramientas de interlocución adecuadas para cualquier colectivo de trabajadores, consecuencia de un deficiente modelo de asociacionismo profesional. ‘Esta equiparación es una imposición’.  Es el lema de la concentración que hoy, las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, en representación de los trabajadores del Cuerpo, hemos convocado ante las mismísimas puertas de la Dirección General de la Guardia Civil.

Hoy, de nuevo, ejercemos nuestros derechos, los que, con tanto sacrificio, expedientes, lucha y ahínco nos hemos ganado. Nuestros derechos son conquistas, no privilegios que se puedan cercenar vaciándolos de contenido. El legítimo derecho de representación se nos ha coartado durante mucho tiempo, llevamos ejerciéndolo poco más de diez años en los ciento setenta y cinco años de historia de la institución; y no estamos dispuestos a que se nos hurte de él. Sin un verdadero y efectivo derecho de representación esta equiparación será una imposición y no un logro fruto del dialogo y acuerdo entre la Dirección General y los legítimos representantes elegidos democráticamente por los guardias civiles.

Tantos años de retraso en poner voz a los problemas de los guardias civiles, para mejorar nuestras condiciones profesionales, sociales y económicas tienen consecuencias. Pero esta situación tiene que llegar a su fin. En este viaje no estamos dispuestos a ocupar permanentemente el vagón de cola de los cuerpos de seguridad públicos. La realidad es que los guardias civiles seguimos siendo los agentes de policía que más horas trabajan en España y los que menos derechos y salario tenemos. Todo el apoyo, valoración y cariño que nuestra sacrificada labor como integrantes del Cuerpo despierta en los ciudadanos, no tiene reflejo alguno en el trato que recibimos por parte de quienes toman las decisiones en la Guardia Civil.

La última muestra del abandono institucional se ha consumado hace unos días, el pasado 26 de febrero por parte de nuestro Director General. Pues bien, que lo sepa todo el mundo, esta decisión unilateral de hurtar un porcentaje de la cantidad destinada en 2019 a la equiparación salarial de los guardias civiles, supondrá para los guardias civiles y sus familias 4,3 (cuatro millones trescientos mil euros) millones de euros menos en nuestros salarios. Es por ello, por no defendernos adecuadamente, por lo que cuestionamos la continuidad de Félix Azón al frente de la Guardia Civil.

Y ante esta situación nos preguntamos: ¿Quién defiende a los guardias civiles? ¿Quién se ocupa y preocupa por estos servidores públicos? A la vista de las circunstancias, parece que los actuales responsables ministeriales no lo hacen ¿A qué se debe este menosprecio? Parece claro que se trata de una situación que se ve propiciada y agravada por el hecho de que los guardias civiles seguimos careciendo de las herramientas de interlocución adecuadas y de las que sí disfrutan el resto de cuerpos policiales en España, consecuencia de un modelo de asociacionismo profesional insuficiente. El veto al derecho de sindicación que se padece en la Guardia Civil nos sitúa en clara desventaja con el resto de cuerpos policiales que sí cuentan con él. La consecuencia de ello es esta nueva discriminación hacia los guardias civiles y nuestras familias en beneficio de otro cuerpo policial, que nos deja de nuevo en clara desventaja a la hora de recoger los avances por los que con tanto sacrificio estamos trabajando.

Sin embargo, ahora estamos unidos. Bajo una unidad de acción sin precedentes por parte de las asociaciones profesionales, quienes con sus representantes al frente y en nombre de los guardias civiles, vamos a continuar reclamando esta igualdad de condiciones. Merecemos una real y efectiva equiparación, empezando por la equiparación salarial total y efectiva, pero que tan solo debe ser el inicio de unos cambios no sólo en el plano retributivo; nuestra dignidad salarial debe ser el camino hacia un plano de igualdad de condiciones sociolaborales en todos los aspectos con el resto de policías que prestan servicio en España.

Hoy estamos aquí en unidad de acción para manifestar que no vamos a permitir esta injusticia en nuestra merecida equiparación salarial. Por tanto, terminamos con un mensaje que se escuche alto y claro: Si no respetan nuestra existencia, que esperen resistencia.

 

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