El Gobierno se enroca para evitar el debate sobre las conductas suicidas en la Guardia Civil

El Gobierno se enroca para evitar el debate sobre las conductas suicidas en la Guardia Civil

por Ildefonso Garcia Ruiz

El Gobierno sigue haciendo oídos sordos ante la elevada tasa de suicidios en la Guardia Civil.
El Gobierno sigue haciendo oídos sordos ante la elevada tasa de suicidios en la Guardia Civil.

El Gobierno sigue empeñado en negar la existencia del gran drama oculto en la Guardia Civil: su elevada tasa de suicidios, una situación que AUGC viene denunciando desde hace años y que constituye una de las principales causas de preocupación de esta asociación.

Pese a reconocer el fallecimiento de 52 guardias civiles por suicidio desde 2012 hasta octubre de 2016 en una respuesta parlamentaria a Antonio Hurtado Zurera del Grupo Socialista, la Administración sigue manteniendo una actitud esquiva sobre este tema, evitando en todo momento un debate abierto que pudiera esclarecer las razones de las elevadas tasas de suicidio dentro del cuerpo.

El pasado 29 de octubre de 2016, y tras la presentación del libro ¿Todo por la patria? Cultura, clima laboral y conducta suicida de la Guardia Civil, del que AUGC es coeditora, Carles Mulet García Senador designado por las Corts Valencianes, del Grupo Parlamentario Mixto y Jordi Navarrete Pla Senador electo por Castellón/Castelló, del Grupo Parlamentario Mixto, realizaron dos preguntas parlamentarias sobre conductas suicidas entre guardias civiles y militares.

De ambas respuestas se desprende la falta de interés por parte del Ministerio de Defensa de aclarar y hacer públicas las razones que están detrás de la falta de transparencia alrededor de este fenómeno, que supone como promedio el suicidio de un guardia civil cada 26 días, y que sigue tratándose como un tabú y al que se responde de forma escueta o a través de silencios.

Desde AUGC defendemos el situar la conducta suicida como lo que es, un problema de salud pública prevenible. Reivindicamos el derecho de conocer la magnitud del fenómeno y la apertura de una investigación que pueda esclarecer que variables estén detrás de este drama.

Los planes de prevención entre cuerpos policiales son inexistentes o, como en el caso de la Guardia Civil, insuficiente, puesto que no contemplan un cambio cultural que permita a los guardias civiles el respeto a sus derechos y la capacidad para defenderse de eventuales injusticias: bajos sueldos, una mala conciliación entre la vida personal y la laboral, aplicación del Código Penal Militar, falta de efectivos y envejecimiento paulatina de la plantilla afectan tanto a los guardias civiles como a sus familias

Por otro lado, es importante dar a conocer a la sociedad española a través de los medios de comunicación la existencia de este problema, para que entre todos podamos colaborar para prevenir las circunstancias que han convertido a la Guardia Civil en una profesión de riesgo para el suicidio y que ha supuesto la pérdida de 500 vidas en los últimos 35 años así como un dolor imponderable de familiares y compañeros supervivientes.

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