"A día de hoy aún sigo luchando en los juzgados porque se me reconozca mi derecho a una reducción de jornada con concreción horaria"

La conciliación familiar y laboral sigue siendo una de las asignaturas pendientes en la Benemérita. Mujeres y hombres guardias civiles relatan su experiencia. Segunda entrega: ANA.

por Redacción AUGC

Ana (nombre ficticio), 35 años. Guardia civil desde 2005. Destinada en la provincia de Cáceres. Dos hijos de seis y dos años. Su pareja también es guardia civil.

A día de hoy aún sigo luchando en los juzgados porque se me reconozca mi derecho a una reducción de jornada con concreción horaria


“En un primer momento solicité la reducción en el año 2015, coincidiendo con el nacimiento de mi primer hijo, solicitando una reducción del 20% en horario fijo de lunes a viernes de 8 a 14 horas. Decidimos que fuese yo la que solicitase dicha reducción por tener un bebé lactante y ser incompatible la lactancia materna con los turnos laborales. La reducción se me concedió sin ningún tipo de trabas por el que por aquel entonces era el Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de Cáceres. En febrero de 2019 pasé adscrita a otra comunidad autónoma por un accidente  grave que había sufrido mi hijo, por lo que mi reducción quedó anulada.

Al volver a mi unidad de destino en el año 2020 y con otra hija que nació en 2019, decido de nuevo solicitar la reducción de jornada, ya que me encuentro otra vez sola en mi destino de Cáceres, con dos hijos menores a mi cargo, uno de cinco años y otra con ocho meses, y mi marido y padre de los menores, también miembro del Cuerpo, destinado en una comunidad autónoma diferente.

La solicito en los mismos términos en los que había venido disfrutándola desde el año 2015 al 2019, encontrándome con un informe positivo por parte de mis superiores directos pero concediéndome la Jefatura de Comandancia a medias dicha reducción, donde “por razones del servicio”  me limitan el derecho a la reducción de jornada en diferentes periodos como vacaciones o permisos de Semana Santa o Navidad, y denegándome los fines de semana y festivos. A día de hoy aún sigo luchando en los juzgados porque se me reconozca mi derecho a una reducción de jornada con concreción horaria, con dos sentencias estimatorias a mi favor, una del Juzgado nº 1 de lo Contencioso/Administrativo y otra del Tribunal Superior de Justicia de Cáceres”.

Para Ana,  la reducción de jornada “es un derecho que tiene cualquier trabajador de poder solicitar y disfrutar, indistintamente de que sea hombre o mujer, y que en el siglo en el que estamos no debería de haber rechazo por parte de los compañeros o jefes hacia estos componentes que necesitan reducir sus jornadas por el motivo que sea. Cuando una persona pide una reducción y se enfrenta a una bajada de sueldo sustancial, creo que no lo hace por gusto, sino por necesidad para poder compatibilizar su vida laboral con la personal”.

 

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