El guardia civil que reclamó un millón de pesetas por una sanción injusta de Rueda Ratón

Miguel Moreno, en situación de Reserva desde principios de febrero, recuerda en esta entrevista su trabajo de más de tres décadas por los derechos sociolaborales de sus compañeros.

por Redacción AUGC

Miguel Moreno, el primero por la izquierda, con el resto de la Junta Directiva de la Federación de la Comunitat Valenciana de AUGC.
Miguel Moreno, el primero por la izquierda, con el resto de la Junta Directiva de la Federación de la Comunitat Valenciana de AUGC.

Miguel Moreno Pérez es un histórico de la lucha por los derechos de los guardias civiles. Fue fundador, con otros compañeros a finales de los ochenta en Valencia, de Coproper-6J, asociación antecedente de la actual AUGC y a su vez heredera del sindicato clandestino SUGC. Tras más de trés décadas de trabajo en la defensa de sus compañeros, Miguel, de 56 años, ha pasado a situación de Reserva desde el pasado 8 de febrero. Desde su nueva situación, recuerda más de tres décadas de trabajo en favor de sus compañeros.

Usted fundó, con otros compañeros históricos, a finales de los años ochenta en Valencia Coproper-6J, ¿cómo se gestó aquel movimiento reivindicativo desde la clandestinidad?

 

Recién llegado al subsector de Tráfico de Valencia, y ya bastante quemado por las barbaridades y abusos que veíamos y soportábamos los guardias civiles en el trato diario con el mando, hablamos entre varios compañeros sobre la conveniencia de organizarnos y defendernos colectivamente ante tanta tropelía y fue entonces cuando surgió la idea de contactar, en primer lugar, con Alejandro Álvarez Borja, que al poco fue detenido e ingresado en prisión por su pertenencia al SUGC, y quien más tarde nos presentaría al sargento Morata. Después, cuando se legalizó el asociacionismo en la Benemérita por la famosa sentencia de la Audiencia Nacional, conocí a Fernando Carrillo (exsecretario general de AUGC) y dijéramos que, tras varias reuniones y acuerdos entre los compañeros que tomamos la iniciativa, se creó la Delegación de Valencia de Coproper-6J.

 

La prensa recogió la denuncia presentada por Miguel ante sus sanciones.
La prensa recogió la denuncia presentada por Miguel ante sus sanciones.

¿Cuáles fueron las principales dificultades de ese periodo?

La descalificación, la amenaza y el acoso constantes al que te sometía el mando en el trabajo y las sanciones que te imponían por nimiedades y simplemente por ser alguien que no se callaba ante las injusticias y las tropelías que se cometían.

Les voy a contar una anécdota que me ocurrió cuando aún éramos Coproper-6J. A primeros de los años 90, en un corto espacio de tiempo, me impusieron varias sanciones disciplinarias, todo estaba orquestado. Primero me sancionó el capitán, después el comandante y por último el teniente coronel, todos de Tráfico. Por aquel entonces ya teníamos muy buena relación con el SUP de la Policía Nacional, así que, ni corto ni perezoso, solicité cita con su abogado, Jesús. De los tres correctivos, recurrimos los dos últimos -el primero no, porque fue solo una Reprensión-, y los dos recursos los estimaron, anulándome las dos sanciones impuestas. Pero no contento con ello, acordé con el abogado presentar una demanda indemnizatoria de 1.000.000 de pesetas (6.000 euros) por el correctivo del comandante Ratón (hoy general), que fue más dañino, ya que me impuso 14 días de arresto domiciliario. Pues conseguimos que también la estimaran y percibí una indemnización a razón de 10.000 pesetas por día de privación de libertad, lo que supuso una cuantía total a recibir de 140.000 pesetas. Creo que era la primera vez que a un guardia civil se le indemnizaba por una sanción improcedente.

Primera asamblea en la mesa constituyente de Coproper
Primera asamblea en la mesa constituyente de Coproper

Nuestras acciones y actividades estaban cargadas de bastante estrés y ansiedad, no ya por nosotros, sino más por nuestras familias

¿Eran conscientes de que se jugaban incluso dar con sus huesos en prisión por aquel movimiento?

Efectivamente. Por eso, nuestras acciones y actividades estaban cargadas de bastante estrés y ansiedad, no ya por nosotros, sino más por nuestras familias. Tenga en cuenta que el SIGC tenía asignado, entre otros cometidos, el de vigilancia y control de los supuestos sindicalistas y como ejemplo os puedo contar que en una reunión que mantuvimos en Madrid, había justo enfrente de la sede donde nos encontrábamos una furgoneta sospechosa con los cristales tintados de negro que, cuando nos íbamos, algún compañero se acercó a saludar y sin decir nada salió disparada del lugar.

¿En qué medida fue importante el apoyo de sus familias?

Nos daban los ánimos y la fuerza que el resto de compañeros callaban, bien por miedo a que  se les pudiera relacionar con nosotros o bien por comodidad, porque era preferible llevarse bien con el mando, fuese como fuese, antes que con los compañeros “sindicalistas”, aunque luego a escondidas alguno te daba su apoyo subrepticio.

Miguel, en la histórica manifestación de la Plaza Mayor de Madrid de enero de 2007.
Miguel, en la histórica manifestación de la Plaza Mayor de Madrid de enero de 2007.

Por aquel entonces la media de edad de los guardias civiles era bastante baja, lo que les permitía percibir el entorno militar con una visión más crítica, ya que se daban perfectamente cuenta de las discriminaciones que sufríamos con respecto a los otros cuerpos policiales

¿Por qué cree que la Comunidad Valenciana fue pionera en la lucha por los derechos de los guardias civiles?

Yo creo que el hecho de contar con dos referentes tan importantes y valientes como Morata y Alejandro en Castellón, nos facilitó mucho las cosas. A ello hay que unir que por aquel entonces la media de edad de los guardias civiles era bastante baja, lo que les permitía percibir el entorno militar con una visión más crítica, ya que se daban perfectamente cuenta de las discriminaciones que sufríamos con respecto a los otros cuerpos policiales por el sambenito del militarismo.

Mirando atrás, le compensó la lucha, sus riesgos y sinsabores por los logros que se fueron alcanzando posteriormente'

Egoístamente, de cara a los propios beneficios profesionales cosechados, no nos compensó para nada, todo lo contrario, éramos el blanco perfecto del mando y mientras el resto de compañeros se colocaban en buenos destinos, a nosotros nos dejaban lo peor.
Ahora, como guardia civil defensor de la dignidad de los guardias civiles trabajadores y como militante y activista de Coproper- 6j -más tarde AUGC-, sí me compensó y experimento una gran satisfacción por ello. Nuestra actitud sindical contribuyó en gran medida a dejar atrás al guardia civil autómata y miedoso ante el mando y fuimos el germen en la conquista de una serie de derechos que hasta ese momento eran inalcanzables para mejorar nuestras condiciones laborales. Hoy en día, cuando vuelvo la vista hacia atrás, me enorgullezco de todo lo que vivimos en aquella época.

Miguel, en una manifestación del 1 de Mayo en Valencia.
Miguel, en una manifestación del 1 de Mayo en Valencia.

¿Qué camino queda todavía por recorrer?

La desmilitarización de la Guardia Civil, acompañada de sindicatos reales, que vele por los derechos de los guardias civiles y también por los de sus dirigentes, es decir, que puedan gozar de una protección jurídica como representantes de los trabajadores que son y no estén expuestos a que venga algún mando desnortado a coserlos a correctivos por ser quienes son.

¿Cree que los guardias civiles jóvenes conocen lo suficiente la lucha por sus derechos librada en aquellos años de la clandestinidad?

Creo que un alto porcentaje no valora “nuestra” lucha porque no la han vivido. Aunque si empatizaran un poco con los compañeros que por ejemplo en los 90 tenían que pedir permiso al comandante de puesto para poder salir de la demarcación; o no tenían límite de horario laboral ni era compensados económicamente; o tenían que ir dentro del vehículo oficial con la prenda de cabeza puesta permanentemente, aunque estuviésemos a 40º; o solo disponían de un día libre, que te lo cambiaban en cualquier momento cuando querían; o tantas y tantas barbaridades a las que encima el mando te amenazaba con sancionarte por ejemplo con réplicas desatentas si protestabas contra ellas.

 

El homenaje de los compañeros del SUGC

Alejandro Álvarez Borja y José Morata, compañeros de Miguel en el SUGC, han querido homenajearle en su retiro, con estas palabras que reproducimos a continuación:

Hoy nos han dicho que te jubilas  Miguelillo y nos gustaría escribir una breve reseña.

Aunque somos parcos en palabras para escribir, sí podríamos llenar un libro de alabanzas hacia tu persona.

Nos conocimos sobre el año 89; nos presentaron por medio del SUP de Valencia. Morata estaba en Toledo, pero sabía de tu existencia a través mía y estaba al día de tu magnífica labor.

Ya en aquella época de clandestinidad, eras inquieto en ideas y preguntas; siempre estabas preparado para trabajar en aquellos días en  que  los repartos de propaganda los hacíamos de mano en mano, sin confiar prácticamente en nada ni en nadie.

Recuerdo una vez en que estando tú de servicio con otro compañero, quedamos en un desguace, tú de uniforme y yo con un mono de trabajo para entregarte unos panfletos y vídeos de propaganda del SUGC. Toda precaución era poca para tratar de burlar y esquivar  a los compañeros de información y a los del equipo antiterrorista que en esos años se hicieron cargo de nuestra desarticulación a través de la Operación Columna. A pesar de nuestras detenciones y expedientes no acabaron con el germen y ahí está hoy AUGC, como heredera del SUGC y de la lucha y espíritu de tantos luchadores por los derechos de los Guardias Civiles.

Cuando me llamaste para comunicarme tu primer correctivo porque ya les olías a reivindicativo. Cuando estando de servicio te entrevistabas en el límite de la provincia con Cuenca con los compañeros de Tráfico de la provincia vecina, inoculándoles el virus del sindicalismo. Recordamos tus instancias, recursos, notas de prensa, tus expedientes, tus dificultades al estar en una población, Requena, alejada de Valencia. Pero ningún obstáculo fue suficiente para mermar  ni doblegar tus ideas y lucha.

A pesar de todo siempre has estado en primera línea reivindicando y exigiendo los derechos  para los Guardias Civiles.

Pese a pasar a la situación de jubilado, sabemos que no vas a dejar de seguir luchando por los derechos de tus compañeros. Los verdaderos luchadores no abandonan nunca sus ideas y compromiso por los demás.

Y no podemos olvidarnos de tu esposa  Mari Carmen, siempre apoyándote y sufriendo en silencio, siendo tu mejor apoyo en tu lucha solitaria y clandestina.

Miguel, gracias por toda tu lucha y sacrificio.

Alejandro Alvarez Borja (Cabo Iñaky) fundador y socio nº 2 de Coproper-AUGC

José Morata Gargallo (Josetxu), fundador y socio nº 1 de Coproper-AUGC

 

 

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