La Orden PCI/362/2019, de 20 de marzo, por la que se regula la realización de pruebas físicas en la Guardia Civil y el Proyecto de Orden General de 2022 sobre el Plan Integral de Promoción del Deporte han sido motivo otro Grupo de Trabajo celebrado la pasada semana. El estudio normativo prevé incluir las pruebas físicas voluntarias como baremo a la hora de concursar por un destino. Como informamos, no podemos apoyar un proyecto que puede suponer un agravio hacia otros compañeros y que además la voluntariedad es relativa, ya que la puntuación para optar al destino solicitado será menor si de no realizarse. El sistema que se pretende implantar para incentivar hábitos saludables de deporte y alimentación entre el personal no es el más adecuado.
Hemos trasladado a la Administración que no podemos dar nuestro apoyo a unas modificaciones que, además, desconocemos su alcance. En los Grupos de Trabajo siempre responden que las consecuencias de su aprobación se desarrollarán en normas futuras y que no disponen de los datos pero, de ser cierto, sería una locura impulsar una Orden Ministerial sin tener previstas las normas de desarrollo, su alcance e impacto.
Entrando en materia, la Dirección General de la Guardia Civil no ha considerado, por ejemplo, al personal destinado en la llamada ‘España vaciada’ o a quienes no tengan cerca de un centro o instalaciones deportivas. En las localidades sin infraestructuras de este tipo se dificulta la preparación, por lo que desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles también lo planteamos y propusimos la instalación de gimnasios en las Compañías que no puedan suscribir convenios con los Ayuntamientos para utilizar instalaciones deportivas. La respuesta de la Administración ha sido desestimatoria. Se está abocando a que haya compañeros que se jueguen un destino con gimnasios a 50 kilómetros mientras que otros dispondrán de varios en sus poblaciones.
Más allá de la injusta situación expuesta se encuentra el tiempo libre que tendrán que sacar los agentes para entrenar, de ahí la voluntariedad para acogerse al Plan Integral de Promoción del Deporte. Ya explicamos el mes pasado que es un incentivo más efectivo abonar una gratificación económica o que se resten horas de trabajo para compensar el tiempo libre dedicado a entrenar. A ello hay que añadir otra dificultad más para quienes quisieran acogerse al Plan: La falta de turnos configurados y estables y la tardía planificación del servicio afecta a la gestión de ese tiempo libre. No se está fomentando de igual modo un hábito tan saludable como el de dormir las 8 horas necesarias, pero sí el deporte y la alimentación sana.
Los dobletes y la falta de turnos hacen daño a la salud de los compañeros y no parece que a la Dirección General le preocupe tanto, continúa actuando contra el criterio del SPRLGC o de informes de importantes instituciones. Esta Orden General se asemeja a una campaña publicitaria y la Administración quedaba más aun en evidencia con cada respuesta dada a las Asociaciones en el Grupo de Trabajo. Es una norma vacía de contenido real en la que se está intentando camuflar unas PAES con un falso programa de fomento al deporte.
Es una iniciativa que sólo alcanzará al personal que quiera cambiar de destino o ascender y no hay organización alguna. Es la realidad aunque se intente justificar lo contrario. El aliciente no lo es tanto y ni siquiera la figura del ‘tutor deportivo’ está clara. Dudamos que haya quien dedique su tiempo libre, sin perjudicar al servicio, que se encargue de atender a los agentes que se apunten al Plan Integral de Promoción del Deporte en la Guardia Civil. Su función es de asesoramiento y ayuda, guiando al personal en los entrenamientos. Al plantear a la Dirección esta serie de dudas sobre el tutor deportivo, respondieron con un “que lo deje”.
