El Gobierno del Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular han aunado sus fuerzas para robarnos, por la puerta de atrás, el derecho constitucional de manifestación a los guardias civiles. Derecho que no ha sido nada fácil de conseguir; pues como todos los avances que hemos logrado, vino precedido de persecuciones y sacrificios personales de muchos valientes compañeros. Algunos quedaron por el camino víctimas de un sistema arcaico que se aferra con ahínco en permanecer en el tiempo, como una reliquia de la dictadura.
Ahora, en una situación sin precedentes en nuestra Democracia, el “bunker” ha utilizado toda su capacidad de presión ante un Gobierno débil y sin personalidad que se ha valido de una oposición que, sin ningún disimulo, pone las cartas boca arriba de sus pretensiones con nuestro colectivo, una vez ocupen el poder.
El ataque hacia el movimiento asociativo está siendo brutal. Llevamos más de tres años agotadores. Quieren empujarnos hacia la involución, a base de desgaste. Que tiremos de una vez la toalla para que dejemos de ser la voz que incomoda los desmanes, injusticias y abusos que, desde el poder interno y el político, se cometen con los guardias civiles. Pero se equivocan de plano. Estamos acostumbrados a luchar entre la mayor de las adversidades y lo seguiremos haciendo con más fuerza aún. Si responsables políticos y militares se creen que vamos a quedarnos de brazos cruzados ante este atropello a nuestros derechos, es que no conocen nuestra historia ni la argamasa con que se ha construido nuestro movimiento. Nada ni nadie nos va a parar. Es una cuestión de dignidad. De valores inherentes a nuestra condición como seres humanos y como ciudadanos de un Estado que se dice de Derecho.
Y además de tenacidad, en esta lucha necesitaremos utilizar todos nuestros recursos, porque es más que probable que la batalla sea jurídica, puesto que la felonía tiene todos los visos de llevarse a cabo. Pero además de agotar todas las posibilidades en los Tribunales, que acabarán dándonos la razón, pondremos en marcha una batería de medidas que dejen en evidencia a los responsables de esta sinrazón. Denunciaremos ante una sociedad que nos valora y apoya, todo aquello que se esconde tras la demagogia, la mentira y la hipocresía de los falsarios que están intentando robarnos la democracia.
Ya estamos la estamos preparando, y pronto les daremos la primera sorpresa. Pero además, tenemos que actuar de forma ágil y cohesionada. Y para ello os enviaremos en breve, un escrito redactado en forma de carta, para enviarlo o presentarlo en cuantas reuniones nos sea posible, cada uno en nuestro ámbito territorial de responsabilidad, a cuantas organizaciones políticas, sindicales o asociaciones de cualquier índole, que sean sensibles y puedan protestar ante esta tropelía que pretenden llevar a cabo contra los guardias civiles, los que en teoría deberían representarnos y defender nuestros intereses, es decir, los dirigentes de los dos partidos políticos mayoritarios.
Os iremos informando puntualmente, porque otras medidas y alianzas están poniéndose en marcha; las cuales culminarán con un calendario de movilizaciones que convocaremos de forma coincidente a la entrada en vigor de la prohibición.
Por último sólo nos queda pediros la confianza que la inmensa mayoría habéis sabido demostrarnos. Actuaremos con contundencia, pero también con la inteligencia necesaria. Una vez más se lo haremos saber. No podemos decir que vengan buenos tiempos, eso está más que claro. Pero tenemos la razón y muchas razones. De nuevo, ganaremos la batalla.
Un fuerte abrazo compañeros y compañeras,
07 de julio de 2011,