Se trata de una cifra que supera con mucho nuestras previsiones, y que a buen seguro se incrementará notablemente a lo largo de las próximas fechas, a medida que nos sigamos acercando a la gran Marea de Tricornios prevista para el 14 de noviembre.
Esta gran respuesta refleja que estamos viviendo una situación en el seno de la Guardia Civil sin precedentes. Por una parte, se trata de la institución mejor valorada por el conjunto de la sociedad española; pero, por otro lado, sus propios componentes manifiestan sufrir precarias condiciones profesionales, económicas, sociales y de exclusión de derechos fundamentales, como son los de reunión, manifestación, libertad de expresión o libertad sindical. En estas condiciones han de desarrollar su importante misión:“…proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana”.
Los guardias civiles, como profesionales de la seguridad pública, queremos una Guardia Civil donde los derechos humanos sean objeto legítimo del código deontológico, donde:
• Se forme a los agentes para aceptar la diversidad.
• Se establezcan programas de relaciones con la sociedad.
• Se mantengan contactos periódicos con todos los grupos de la sociedad.
• Se sostenga una relación con la sociedad, realizando actividades que no estén vinculadas necesariamente con la labor policial.
Sin embargo, la Guardia Civil es un Cuerpo donde los cambios asustan, y en el que la posible pérdida de privilegios es recibida siempre como un ataque a la institución y su existencia. Anhelamos una Guardia Civil donde impere el respeto a los derechos humanos, y en la que como empleados públicos, trabajadores y trabajadoras, se nos respete nuestra dignidad laboral y nuestros derechos profesionales básicos. Aspiramos a un estatuto moderno y racional, fruto del consenso y el diálogo, donde como agentes sociales seamos protagonistas en la toma de decisiones.
Se trata, por tanto, de que los integrantes de esta Institución sean ciudadanos, de una vez por todas, con plenitud de derechos. Deseamos que los guardias civiles puedan manifestarse sin temor; que puedan reivindicar y obtener una legislación sobre prevención de riesgos laborales real y eficaz; que se les apliquen unas jornadas laborales que respeten sus derechos y que se haga efectivo el uso de las medidas de conciliación laboral y familiar, sin ver perjudicada su carrera y su puesto de trabajo. Pedimos también unas retribuciones que sean justas en función de la especial y peligrosa actividad que tienen encomendada; una carrera profesional que prime el mérito, la capacidad y la igualdad; y que ser mujer en la Guardia Civil no sea obstáculo para desarrollar una labor profesional. En definitiva, que se les dote a los guardias civiles de los medios y cauces adecuados para realizar la vital función que tienen encomendada por y para la sociedad.
Los guardias civiles somos ciudadanos, realizamos funciones de policía y queremos que se nos trate como tal. Por ello, le decimos al Gobierno de España que atienda el clamor de mejora en nuestras condiciones de trabajo, porque de este modo, además de poner fin a esta injustificable discriminación, que no se merecen ni nuestras familias, ni nuestra dignidad, se estará mejorando también el servicio que se ha de prestar a la ciudadanía.
Por lo anterior, llamamos a la sociedad a participar en la manifestación convocada por AUGC en Madrid, el 14 de noviembre.
Y como muestra pública de tu apoyo, te invitamos a que suscribas el presente Manifiesto de apoyo por los derechos fundamentales y profesionales de los guardias civiles.
Puedes suscribir el presente MANIFIESTO de apoyo a los guardias civiles en manifiesto.augc.org
Nota: se adjunta este mismo manifiesto en archivo PDF, con enlace directo a la página donde puedes firmar




