La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncia, a través de su delegación en Cádiz, el abandono que padecen los agentes del acuartelamiento de la localidad de Chipiona, cuyas instalaciones llevan desde hace más de un año en obras para su acondicionamiento y ampliación.
La falta de presupuesto, que siempre aqueja a los mismos, a los trabajadores de base, es la razón argumentada para que esté paralizada gran parte de la reforma, la que incluye la zona del cuartel donde van ubicados los aseos y los vestuarios de los guardias civiles, además de algunas oficinas.
De este modo, mientras que sí existe un generoso presupuesto en la Guardia Civil para pagar desfiles, inauguraciones de cuarteles innecesarios en el pueblo del Ministro del Interior (cuartel de Fitero, en Navarra), o viajes a Lourdes con todos los gastos pagados, los guardias civiles de Chipiona (un puesto en el que trabajan cincuenta agentes) se ven obligados a vestirse y hacer sus necesidades en unos módulos habilitados a tal efecto en un patio exterior. De este modo, además de las lógicas molestias e incomodidad que conlleva esta circunstancia, la Guardia Civil incumple gran parte de los requisitos que impone la Ley en materia de riesgos laborales.
Pero no son únicamente los guardias civiles quienes padecen esta situación de abandono, ya que la carencia de aseos afecta también a los ciudadanos que tienen que desplazarse al acuartelamiento. En este sentido, cabe recordar que Chipiona es una de las localidades gaditanas que más turismo recibe en verano, llegando incluso a triplicar su población, por lo que todos esos ciudadanos sufren todos estos problemas e incomodidades, pues no reciben un servicio adecuado debido a las carencias motivadas por las obras, ahora paralizadas y sin que se conozca fecha para su reanudación.
Nos encontramos, pues ante un grave caso de desprecio hacia las condiciones de trabajo de los guardias civiles y hacia el servicio al ciudadano, que además cobra gran relevancia dado que estamos a las puertas del comienzo de la temporada estival.
La falta de presupuesto, que siempre aqueja a los mismos, a los trabajadores de base, es la razón argumentada para que esté paralizada gran parte de la reforma, la que incluye la zona del cuartel donde van ubicados los aseos y los vestuarios de los guardias civiles, además de algunas oficinas.
De este modo, mientras que sí existe un generoso presupuesto en la Guardia Civil para pagar desfiles, inauguraciones de cuarteles innecesarios en el pueblo del Ministro del Interior (cuartel de Fitero, en Navarra), o viajes a Lourdes con todos los gastos pagados, los guardias civiles de Chipiona (un puesto en el que trabajan cincuenta agentes) se ven obligados a vestirse y hacer sus necesidades en unos módulos habilitados a tal efecto en un patio exterior. De este modo, además de las lógicas molestias e incomodidad que conlleva esta circunstancia, la Guardia Civil incumple gran parte de los requisitos que impone la Ley en materia de riesgos laborales.
Pero no son únicamente los guardias civiles quienes padecen esta situación de abandono, ya que la carencia de aseos afecta también a los ciudadanos que tienen que desplazarse al acuartelamiento. En este sentido, cabe recordar que Chipiona es una de las localidades gaditanas que más turismo recibe en verano, llegando incluso a triplicar su población, por lo que todos esos ciudadanos sufren todos estos problemas e incomodidades, pues no reciben un servicio adecuado debido a las carencias motivadas por las obras, ahora paralizadas y sin que se conozca fecha para su reanudación.
Nos encontramos, pues ante un grave caso de desprecio hacia las condiciones de trabajo de los guardias civiles y hacia el servicio al ciudadano, que además cobra gran relevancia dado que estamos a las puertas del comienzo de la temporada estival.
