El prejuicio es el tatuaje que más duele

Ante la nueva Orden General que pretende aprobar la Dirección General sobre la imagen de los guardias civiles, un vocal de unidad de AUGC Madrid ha remitido una carta a nuestra asociación en la que expresa su opinión sobre ella.

por Arancha Rochet Monteagudo

Un policía tatuado
Un policía tatuado

Prejuicio: Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.

Debido a la controvertida Orden General que se pretende aprobar, en la que, entre otras cosas, se regula el tema de los tatuajes, me gustaría expresar mi opinión.

Primero, vamos a situarnos en la sociedad en la que vivimos. Desde pequeño, a finales de los 80, principios de los 90, escuchaba frases como "si te tatuas, no te van a coger en ningún trabajo", "es que los tatuajes dan mala imagen", "a dónde vas a ir de mayor con tatuajes" y demás comentarios, que reprimían a tatuajes y a tatuados/as. Estamos en 2018, han pasado ya unos años, y mucha gente sigue pensando lo mismo. Esta sociedad parece haber conseguido que las personas ya no se sientan personas, ha conseguido que se identifiquen como partes de un engranaje laboral, en el cual el individuo poco o nada importa; solo importa la capacidad de realizar el trabajo para el que se le ha contratado, sin pegas, sin reproches, sin tatuajes...

¿Dónde queda esa identidad individual? A mí me gustaría llevar esto o aquello, pero no puedo ser yo mismo porque en el trabajo para el que estoy perfectamente cualificado, un día, algunas cabezas pensantes (llenas de prejuicios, prejuicios con los que tal vez se criaron o fueron adquiriendo con el paso del tiempo) han decidido que una persona con tatuajes no lo puede desempeñar. ¿Tengo que basar mi vida, mi aspecto, mis gustos, en los prejuicios de algunas personas, solo por el hecho de que son quienes nos van a contratar? ¿Y si a esas cabezas pensantes tampoco les gustaran los/as que tienen el pelo rubio? ¿Se lo deberían teñir solo para agradar a esas personas? Porque no se trata de tatuajes, compañeros/as, se trata de prejuicios.

Ahora, a lo que nos atañe como trabajadores/as de la Guardia Civil. Trabajamos para la ciudadanía, entiendo perfectamente que llevamos un uniforme y debemos dar buena imagen; por eso, siempre llevo mi uniforme impoluto y mis botas brillantes. Trabajamos para la ciudadanía, ayudamos, socorremos, calmamos, consolamos, orientamos, resolvemos y un largo etcétera. Nunca tuve ningún problema con ningún ciudadano por este hecho, ningún comentario, ni ninguna mala mirada, porque ellos solo ven que están siendo atendidos por agentes de la Guardia Civil. En el hipotético caso de que algún ciudadano/a tuviera algún problema con que un compañero/a con tatuajes le asista, debería hacérselo mirar, ya que estaría anteponiendo sus prejuicios a su seguridad y su bienestar. A esa gente con prejuicios les recomiendo algo que está muy de moda ahora, les recomiendo viajar; que vayan a Inglaterra, por ejemplo, donde al llegar a cualquiera de sus aeropuertos, el personal te atiende muy amablemente, luciendo tatuajes sin ningún problema. Los lucen sus camareros/as, sus dependientes/as, taxistas, sus Bobbys, etcétera. Les recomiendo que viajen, y no hace falta que lleven una cámara de fotos, solo que lleven una mente abierta y libre de prejuicios.

También, como trabajadores/as de la Guardia Civil, ahora estamos luchando por la tan ansiada equiparación, que parece no llegar nunca, y yo me pregunto: ¿de verdad va a haber una equiparación real, cuando veo a compañeros de otros cuerpos policiales que lucen sus tatuajes y nosotros debemos esconderlos, cual estigma? Eso solo genera más separación y diferencias entre unos y otros; y esas diferencias, compañeros/as, repercuten en todo, también en lo salarial, ya que todo está relacionado; es el efecto mariposa.

Acabando ya, espero que aquellos que pretenden prohibir los tatuajes no celebren los goles de jugadores como Griezmann, Messi o Sergio Ramos, ya que van tatuados, y a la gente con prejuicios no les gusta la gente tatuada; qué pena no poder disfrutar de la victoria de tu equipo por tener prejuicios. Aunque espero que no tengan esos prejuicios con nuestro nuevo Ministro de Interior, Don Fernando Grande-Marlaska, al cual se puede ver en una foto por internet, remangado, luciendo un tatuaje en forma de muñequera étnica y una pegatina al lado, haciendo de tatuaje falso, que reza: "El prejuicio es el tatuaje que más duele".

Vocal de Unidad - AUGC Madrid

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