Dos guardias civiles, agredidos en Sevilla mientras intervenían ante un caso de violencia de género

Desde AUGC se viene demandando un nuevo modelo policial, orientado a una mejor gestión de las funciones y a la reorganización territorial de las unidades.

por Redacción AUGC

El O16 es el número habilitado para denunciar cualquier caso de violencia de género.
El O16 es el número habilitado para denunciar cualquier caso de violencia de género.

Durante la madrugada del domingo 20 de septiembre, una patrulla de la Compañía de Osuna, alertada por la Central Cos de la Comandancia de Sevilla se dirigió a Estepa (Sevilla) al haber saltado el dispositivo de alarma de una mujer victima de violencia de género en dicha localidad. Para ello la central se lo participó a la “única” patrulla existente en la zona, perteneciente al Puesto de Casariche (sierra sur de Sevilla).

Una vez en el domicilio de la mujer víctima de violencia de género, que llegaba a su domicilio en el mismo momento que la patrulla, entendió que quizás el dispositivo de alerta había saltado por problemas de batería, no obstante la patrulla la acompaña al interior del domicilio para asegurarse, y tras inspección ocular observan en el interior una puerta forzada y seguidamente una sombra de una persona que se niega a identificarse, comprobándose que es la expareja de la mujer, que ha quebrantado la orden de alejamiento.

Al intentar los componentes proceder a su detención, no pueden conseguirlo, dado que es un hombre de gran complexión y envergadura, que se revuelve y arremete sobre aquellos, en un intento de huir del lugar. Se produce un forcejeo con los guardias civiles, llegando incluso a intentar sustraer la defensa y/o el arma reglamentaria a alguno de los agentes, sin conseguirlo.

En un momento dado, tras haberse zafado de uno de los agentes, mientras el otro le sujetaba por la cintura, el agresor opta por dejarse caer, sobre éste y debido a su corpulencia, le golpea duramente el cráneo contra el suelo, provocándole una fuerte conmoción que lo hace perder la consciencia y provocar una hemorragia craneal, ante ello el otro componente se centra en la atención al mismo, y desiste de sujetar al agresor que huye a la carrera, momento en el que se solicita refuerzos y ambulancia para su compañero, al temer por su vida

Ambos agentes fueron trasladados al hospital comarcal  de Osuna, con diversas contusiones. Al agente golpeado en la cabeza tuvieron que darle seis puntos de sutura. Los dos trabajadores causaron baja para el servicio.

Dada la organización obsoleta de la Guardia Civil en pleno siglo XXI, no es de extrañar que se produzcan estas situaciones, si no se acomete una profunda reforma del modelo policial. A la falta de personal, especialmente acuciante en esta zona de la Compañía de Osuna,  se une la deficiente organización, pues baste explicar que esa sola patrulla debía cubrir 11 municipios distintos, en un radio de acción de más de 50 kilómetros y con una población global potencial cercana a 50000 habitantes, la primera patrulla de apoyo, procedente de Osuna,  tardó en llegar unos 25 minutos, y la siguiente unos 45 minutos, los cuales consiguieron detener al agresor, el cual tras haber pasado a disposición judicial ha sido decretado su ingreso en prisión.

Hay que destacar la profesionalidad de los agentes, pues con su celo profesional evitaron una posible violencia de género, a riesgo de su integridad física; pero por otro, de no haber adquirido por sus medios las fundas antihurto de sus armas reglamentarias, ya que la guardia civil no las proporciona, pudiera haber dado lugar a la sustracción por parte del agresor de las misma, y las consecuencias pudieran haber sido bastante más graves.

Desde AUGC se viene demandando un nuevo modelo policial, orientado a una mejor gestión de las funciones y a la reorganización territorial de las unidades, pues aparte de la necesidad de reposición de plantillas, mermadas tras la crisis, con la reorganización de unidades de la Guardia Civil se daría un servicio efectivo y de la calidad a los ciudadanos, pues tenemos una organización territorial arcaica heredada del siglo XIX, con muchos puestos en la provincia diseminados, que la mayor parte del tiempo están cerrados por falta de personal, y cuando están abiertos se detraen algunos efectivos para el desempeño de labores burocráticas o estáticas.  De ahí la necesidad de concentración en unidades más grandes, con todas o varias especialidades que permitan tener varias patrullas operativas en una zona, al mando de un coordinador de servicios.

 

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