La obsoleta organización territorial en el medio rural favorece las amenazas a los guardias civiles

AUGC Almería denuncia la aparición de pintadas contra los trabajadores de un cuartel en la provincia.

por Redacción AUGC

Tapia del cuartel donde se llevó a cabo la pintada amenazante
Tapia del cuartel donde se llevó a cabo la pintada amenazante

AUGC ha denunciado reiteradamente la obsoleta organización de la Guardia Civil en el medio rural, con pequeños cuarteles con muy pocos medios, tanto humanos como materiales, que permanecen cerrados la mayor parte del tiempo. Esto provoca en numerosas ocasiones una gran indefensión de los propios trabajadores encargados de velar por la seguridad ciudadana, que se convierten en blanco fácil de amenazas y agresiones.

El último ejemplo de esta situación lo encontramos en Almería, donde la delegacion de AUGC ha dado a conocer al los medios de comunicación que el pasado 8 de abril aparecieron pintadas amenazantes en los muros de uno de los puestos ubicado en el Valle de Almanzora, siendo repetido este hecho el día 11, con el siguiente texto: “El que la hace la paga”. A esta siniestra amenaza se sumó la acción vandálica que emprendieron contra los vehículos particulares de los agentes, a los que rajaron las ruedas.

Todo ello se añade a los casos que tuvieron lugar el año pasado en los meses de febrero y marzo en otras provincias andaluzas, cuando se produjo el robo de cinco armas cortas y su munición en una unidad de Granada, o el incendio de un vehículo oficial en un puesto de Córdoba, unidades con las mismas pésimas condiciones de seguridad.

AUGC demanda un nuevo modelo policial, y en el caso concreto de la Guardia Civil aboga por una reorganización territorial que concentre las dotaciones en cuarteles potentes, cabecera de comarca, que pueda atender adecuadamente las necesidades de los ciudadanos. 

También cabe recordar que en 2018 se presentó un plan por el cual todas las unidades pasaban a contar con al menos de veinticinco componentes, medida que todavía sigue dentro de un cajón del Ministerio del Interior, el cual parece no preocuparse de la seguridad de sus trabajadores.

A todo ello hay que sumarle la nula comunicación con la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, que hace oídos sordos a la necesidad de salvaguardar la salud de los agentes y estableciendo turnos estancos, dotándoles de material de protección sanitario o mediante la realización de test a todos los componentes que estén en unidades donde haya habido algún positivo.  

En los últimos meses, AUGC ha denunciado también agresiones sufridas por guardias civiles que se encontraban solos en sus cuarteles, y que podrían haber acabado con consecuencias mucho más graves de las que se produjeron.

Es sabido que AUGC demanda un nuevo modelo policial, y en el caso concreto de la Guardia Civil aboga por una reorganización territorial que concentre las dotaciones en cuarteles potentes, cabecera de comarca, que pueda atender adecuadamente las necesidades de los ciudadanos. El modelo actual, con pequeños puestos muy dispersos y claramente infradotados, no conduce sino a situaciones como las aquí descritas.

 

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