Artículo de opinión de Alberto García Llana. "Espíritu benemérito"

por Administración AUGC

img_comunicado_2395.jpg
img_comunicado_2395.jpg
El 24 de agosto pasado, un trágico accidente sesgó las vidas de tres compañeros cuando realizaban tareas de rescate en los Picos de Europa. Cualquier cosa buena que se pueda decir en una situación como esta se quedará corta, muy corta, porque no hay palabras que puedan devolver a nuestras filas a los que se han ido. La generosidad de ese último acto es una clara muestra del espíritu que ha forjado la leyenda de la Guardia Civil y le otorgó en su momento su carácter benemérito. Una generosidad sin medida extensible a otros servicios llevados a cabo con éxito, de los que apenas se habla y que son el pan nuestro de cada día.-
De acuerdo que en esta profesión, libremente elegida, tienes siempre presente los riesgos que afrontas y conforman un todo indivisible que solamente puede ser sobrellevado por personas con una clara vocación de servicio, pero ello no significa que arriesgar tu vida y llegar a perderla sea una obligación remunerada con una -escasa, por cierto- nómina. Para los pocos que opinan de tal guisa y a los que no debería ni mencionar si no fuera porque en estos momentos me puede la desazón por tanta injusticia o estupidez, decirles que deben tener una existencia muy triste si no son capaces de comprender ese espíritu benemérito que sirve de brújula a los componentes del Cuerpo.-
La lista de guardiaciviles que ofrecieron lo más preciado de su ser en aras al cumplimiento del servicio encomendado resulta abrumadora, tras 170 años de historia, y todas o casi todas las personas que llevan a gala la condición de Guardia Civil han trabajado o conocido bien a algún compañero o compañera que ya no está a nuestro lado físicamente aunque sí en espíritu, espíritu benemérito.-
Es tal la identificación de la Guardia Civil con ese espíritu que hasta el diccionario de la Real Academia Española lo recoge desde hace bastante tiempo. Basta realizar una breve búsqueda con uno de esos aparatos con conexión a la red de redes para comprobar que el significado de ‘benemérita’, en la edición 23ª, próxima a publicarse, pasa a tener una acepción propia con referencia exclusiva a la Guardia Civil. Por algo será.-
En momentos como los presentes adquiere total relevancia el artículo 6º de la Cartilla Del Guardia Civil en la parte que reza: “Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado…”. Este y otros preceptos (artículos 34 y 35 por ejemplo) te los enseñan en la Academia y, cuando ello ocurre, siempre sobrevuela en el ambiente del aula la sensación de que no está de más que se recoja negro sobre blanco, pero que tales valores ya están interiorizados en los lectores, son intrínsecos a su persona y que, precisamente esos valores, son los que les han guiado por este camino y no por otro. Aquellos que no tengan esa sensación, simplemente han cometido un error.-
Como el tremendo error cometido por un alcalde, precisamente el día en que nos dejaban nuestros tres compañeros, comparando la Guardia Civil con extremistas religiosos. Ligereza verbal transcrita a las redes sociales y con acompañamiento de foto falsa -para más inri-, en un intento de defender sus posturas políticas realizando escarnio del Cuerpo más apolítico que ha parido España. Sin duda sus lamentables opiniones son consecuencia de lo que sabe, más bien poco añado yo, de la época dictatorial anterior a la Constitución de 1978. Precisamente un cargo público que, como tal, tiene contacto diario con la Benemérita, pero que se muestra incapaz de superar sus prejuicios y su escasa cultura sobre la materia. Aunque lo peor del caso ya no es meter la pata de manera tan escandalosa, sino intentar explicarlo con excusas intragables, mostrarse indignado con las opiniones de quienes se sienten ofendidos por sus afirmaciones y finalmente ofrecer una especie de disculpa que no llega a ser tal, debido más a presiones de su partido político que a una convicción plena de haber intentado mancillar gratuitamente a todo un colectivo, una historia, un espíritu.-
No deseo que este comentario derive en diatriba, por lo que terminaré con el recuerdo de uno de lo primeros ejemplos de espíritu benemérito registrados en nuestra memoria particular. Data de 1850. La noche del 14 de septiembre de aquel año fue muy lluviosa y ventosa en el término municipal de Oropesa (Castellón), lo que motivó que el tránsito por los caminos se volviera muy dificultoso. El Puesto de la Guardia Civil de Oropesa recibió noticias acerca de la diligencia-correo que realizaba la ruta entre Barcelona y Valencia y que se encontraba atascada en el paso del barranco de la Chinchilla. Después de una ardua tarea consiguieron salvar a ocupantes y carruaje. No obstante poco más adelante volvieron a surgir los problemas y el carruaje se precipitó por el barranco de Bellver. Los guardiaciviles Antonio Giménez y Pedro Ortega se lanzaron barranco abajo para tratar de auxiliar a los viajeros y también perdieron la vida. Su espíritu era el mismo que el de los tres compañeros que se fueron hace unos días, el mismo de otros miles que jalonan nuestra historia, idéntico al que debe imperar e impera en el interior de los corazones de los Beneméritos.-

Para hacer comentarios debes identificarte

IDENTIFÍCATE