AUGC se pregunta si los niños asesinados en las casas cuartel eran también parte del ‘conflicto’ o si 'sólo' lo eran sus padres y madres

Si ETA realmente hubiera querido pedir perdón, lo tenía muy fácil, pero en su escrito ha vuelto a justificar el asesinato de guardias civiles, militares y policías. La lista de las víctimas justificadas podría ampliarse a concejales, empresarios o periodistas, porque desconocemos cuál es el ámbito de “participación directa en el conflicto”

por Ildefonso Garcia Ruiz

Estado de la casa cuartel de Zaragoza tras el atentado de 1987, en el que murieron 11 personas, entre ellas cinco niñas.
Estado de la casa cuartel de Zaragoza tras el atentado de 1987, en el que murieron 11 personas, entre ellas cinco niñas.

Durante su macabra historia, ETA ha asesinado a 230 guardias civiles, una cifra que sitúa este colectivo como el que en mayor medida ha sufrido la barbarie criminal de la banda terrorista. 

Sin embargo, en su comunicado de hoy, ETA ha vuelto a atentar contra la Guardia Civil. En este caso contra la memoria de esos dos centenares largos de víctimas y sus familiares. Viudas, huérfanos, padres y madres que perdieron a sus hijos. A ninguno de ellos les piden perdón sus asesinos, que únicamente se avienen a hacerlo respecto a “víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto”.

En su proverbial cinismo, ETA asegura que este perdón a la carta se pide “con respeto, sin querer provocar de nuevo aflicción alguna”.

Para AUGC, el comunicado, en el que se vuelve a emplear el término de ‘lucha armada’  para eludir llamar al terrorismo por su nombre, es una nueva muestra de la cobardía y la falsedad de la banda.

Si ETA realmente hubiera querido pedir perdón, lo tenía muy fácil, pero en su escrito ha vuelto a justificar el asesinato de guardias civiles, militares y policías. La lista de las víctimas justificadas podría ampliarse a concejales, empresarios o periodistas, porque desconocemos cuál es el ámbito de “participación directa en el conflicto”. ¿Se incluyen también en él los niños y niñas hijos de guardias civiles que fueron asesinados en atentados atroces como los de las casas cuarteles de Vic o Zaragoza?

Hay que recordar, además, que la vida de los guardias civiles todavía está muy lejos de la normalidad en Navarra y el País Vasco, con situaciones de acoso diarias que provoca que los agentes y sus familias sufran el aislamiento y el miedo a moverse con normalidad por pueblos y ciudades de estas comunidades autónomas. En este sentido, la muestra más palmaria es el ataque sufrido en octubre de 2016 en Alsasua por dos agentes y sus parejas. Una brutal paliza que recibieron sólo por su condición profesional, y cuyos autores han sido juzgados por terrorismo esta semana en la Audiencia Nacional. AUGC, que está personada como acusación particular, apoya la petición de penas solicitada por la Fiscalía.

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