La Guardia Civil y un alcalde socialista

Artículo de opinión de Juan Antonio Delgado Ramos, Guardia Civil de la escala básica y portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles

por Administración AUGC

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Precisamente el mismo día en el que desgraciadamente fallecían tres compañeros de la Guardia Civil en el accidente de helicóptero de León cuando prestaban un servicio a la sociedad, el alcalde socialista de El Coronil (Sevilla), Jerónimo Guerrero, publicaba un mensaje en Twitter con la expresión “malditos yihadistas asesinos” y añadía uno foto en blanco y negro en la que se veía a algunos guardias civiles formados en pelotón de fusilamiento y enfrente a ciudadanos civiles (una fotografía que además es falsa, pues es un montaje). Al poco tiempo empezó el revuelo en las redes sociales entre partidarios y detractores, llegando a situarlo en algunos momentos de la tarde en el tema más leído en esa red social. Si lo que pretendía era su propio autobombo, en parte lo ha conseguido, eso sí, de una forma mezquina y ruin, lo que como un dirigente público no tendría que hacer nunca, intentando enfrentar a los ciudadanos con las rémoras del pasado. Algo de tanta bajeza humana y tan miserable merece todo el desprecio.
Pero lejos de rectificar, el mensaje sigue en el mismo sitio, es más, su único empeño sigue siendo el de justificar lo injustificable. Sr. Guerrero, por llamarle de alguna manera, estos días hemos visto como unos Yihadistas mostraban a un periodista y amenazaban con cortarle la cabeza. ¿Con esos compara usted a los guardias civiles? Tendrá usted que responder ante la justicia, no le quepa la menor duda. El gabinete jurídico de AUGC está trabajando en ello con el objetivo de interponer una querella por injurias y calumnias, pues ha insultado y acusado de un delito a toda la Guardia Civil. Y ya que los servicios jurídicos de la Dirección General del Cuerpo no han reaccionado al respecto, nosotros sí lo vamos a hacer. Tampoco la Fiscalía General del Estado ni la Abogacía se han manifestado, ni han actuado de oficio.
Durante estos días, muchos compañeros ofendidos por estas palabras nos han transmitido que  han echado en falta una reacción del PSOE, que debería haber cesado ya a ese alcalde y expulsarlo del partido, pues ha llegado a ponerse a la misma altura que los batasunos en sus peores épocas. Pero no, ahí sigue, en su puesto, llamando asesinos a los guardias civiles y mientras tanto el nuevo líder de su partido ha pasado de puntillas como si nada hubiera ocurrido. No es que sea indignante, si no que además refleja la catadura moral de la nueva dirección socialista.
Sr. Guerrero, si habla usted de la Guardia Civil, solo le pido una cosa: que diga toda la verdad. Si quiere hablar de la participación de la Guardia Civil en el golpe de estado del 36, hágalo, pero hágalo con precisión, no desde la óptica actual de su utilización como enfrentamiento partidista. Si quiere hablar del papel de la Guardia Civil durante el franquismo hágalo, pero con precisión histórica.
Yo le voy a recordar brevemente algunos datos de aquella época que en ocasiones se olvidan, sin tapujos y con la mayor precisión histórica. La Guardia Civil, al igual que lo hizo la sociedad, se dividió en dos, los partidarios del golpe y los que permanecieron fiel a la República, como sucedió en Asturias o en Cataluña, donde el General de la Guardia Civil José Aranguren puso a la Guardia Civil a disposición del President de la Generalitad, Lluis Companys, evitando que Barcelona cayera en manos de los sublevados. En el año 1936, la Guardia Civil contaba con una plantilla de unos treinta y tres mil agentes, aproximadamente. Más del veinte por ciento de  ellos murieron en la contienda, la mayoría fusilados por los militares sublevados.
Al finalizar la guerra, Franco no se fiaba de la Guardia Civil, dado que su defensa de la República estuvo a punto de hacerle perder la guerra. Por ello, tenía entre sus planes disolverla. Ya con el decreto encima de la mesa, el General Camilo Alonso Vega, amigo íntimo de Franco, logró convencerle de que no lo hiciera y para ello le presentó un plan que consistió en una dura y férrea remilitarización del cuerpo. Puso al frente de la Guardia Civil a tres mil alféreces del Ejército de Tierra y el resultado fue una policía-militar represora del régimen franquista.
A partir de ahí comienza la etapa más negra de la historia de la Guardia Civil. Por si le cabe alguna duda, desde AUGC, a la que pertenecen en la actualidad más de treinta mil agentes y que fue premiada en 2010 por la Asociación Pro Derechos Humanos de España por su lucha democrática en favor de los derechos de los trabajadores de la Guardia Civil, condenamos rotundamente el golpe de estado de 1936 y todas las acciones antidemocráticas e ilegales que se llevaron a cabo durante el periodo del franquismo. Pero eso ya es historia, agua pasada, tiempos superados por la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles.
Al llegar la democracia, todo parecía que iba a cambiar, cuando el PSOE llevaba en su programa electoral la desmilitarización de la Guardia Civil. Más de treinta años después, aún estamos esperando  a que su partido se decida a dar el paso. En realidad parece que a la cúpula del PSOE como al General Franco, también le convenció un cuerpo militarizado, sin derechos y con una férrea disciplina militar. Hoy los trabajadores de la Guardia Civil seguimos siendo enjuiciados por tribunales militares, no se nos termina de desvincular del Ejército, se nos coartan derechos y libertades que el resto de ciudadanos tienen consolidados.
Reconozco que estas palabras pueden no gustar a los socialistas de verdad, pero es una realidad que podemos comprobar con los hechos de los diferentes gobiernos socialistas. Estoy convencido que en contra de la inmensa mayoría de las bases de su partido, por eso no quiero meter a todos en el mismo saco, como sí ha hecho usted con los guardias civiles. Me consta que hay personas entre sus filas que han defendido a ultranza nuestros derechos, sin complejos e incluso enfrentándose al aparato del partido.
La Guardia Civil de hoy es muy diferente a la de aquellos años, como lo es también la sociedad. Hoy, la inmensa mayoría de los agentes del Cuerpo, hemos nacido o crecido en democracia y la defendemos hasta el punto de que muchos compañeros han dado su propia vida por ella y por el Estado de Derecho, no olvide que de los 829 asesinados por ETA, 230 eran trabajadores de la Guardia Civil, convirtiéndose en el colectivo que más víctimas tiene por terrorismo.
Hay un dato muy ilustrativo que refleja ese cambio positivo que se ha producido en la Guardia Civil. Hoy, somos la institución mejor valorada del Estado, por encima de la casa real o de los partidos políticos. ¿Sabe por qué creo que la sociedad nos tiene en tan alta estima? Porque los hombres y mujeres que componemos el Cuerpo, hemos demostrado con creces nuestra profesionalidad, nuestra honestidad y nuestro servicio al ciudadano.
Con la llegada de la democracia, no se saldaron todas las cuentas, entre ellas, que casi cuarenta años después, los guardias civiles seguimos esperando que se nos reconozcan los mismos derechos que al resto de ciudadanos de este país, ni más ni menos.

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