El 'mérito' de los generales para acumular medallas

El 'mérito' de los generales para acumular medallas

por Ildefonso Garcia Ruiz

Las medallas, siempre prendidas en los mismos pechos.
Las medallas, siempre prendidas en los mismos pechos.

Tras dar cumplimiento al formulismo de “…a propuesta del Ministro del Interior, oída la Ministra de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros”, se publicaba en el BOE del 6 de mayo nada menos que la concesión de un total de 8 medallas a la Gran Cruz del Mérito de la Guardia Civil. De ellas se repartieron tres a Generales de los Ejércitos, y cuatro a Generales de la Guardia Civil, entre ellos a los reciente nombrados con la responsabilidad de ejercer el Mando de Operaciones, quién entre otros cometidos tiene el de implantar los turnos con cadencias fijas en la Guardia Civil, algo hasta la fecha no realizado a pesar de ser de obligado cumplimiento por la propia Orden General de jornada laboral y horarios, irregularidad que AUGC ya denunció ante la Fiscalía; y el responsable del Gabinete Técnico, el conocido General Tocón Díez, una persona caracterizada por sembrar un pésimo ambiente laboral allá donde ha ejercido el mando.

La Orden del Mérito de la Guardia Civil se crea en diferentes categorías (Gran Cruz, Cruz de Oro, Cruz de Plata, Cruz con distintivo rojo, y Cruz con distintivo blanco) con la finalidad de premiar las acciones o conductas de extraordinario relieve que redunden en el prestigio del Cuerpo de la Guardia Civil e interés de la Patria.

Por supuesto la concesión a estos Generales se corresponde con la mayor de las categorías de la citada condecoración, la Gran Cruz, aunque desde luego no se motiva la conducta extraordinaria que haya provocado el aumento del prestigio de la Guardia Civil o el interés de la Patria. Mas bien parecen medallas al “mérito” de estar cerca de, conocer a o simplemente por que el protocolo marca quién es el próximo. Lo cierto es que las medallas se reparten entre los de siempre, mientras los agentes que prestan servicios operativos de verdad, en la calle, son los grandes olvidados, a pesar de ser quienes realmente hacen con su sacrificio que el prestigio de la Guardia Civil se vea reforzado.

Y precisamente son estos Generales, los de las medallas, productividad, despachos y pabellones pomposos, los que están acostumbrados al servilismo, quienes no quieren que la Guardia Civil cambie. Ellos no quieren otorgar derechos a las bases de la Guardia Civil por que saben que de ello dependen sus privilegios.

Frontalmente a este posicionamiento y “status quo” se encuentra AUGC, una organización que denuncia públicamente estos comportamientos y los agravios comparativos que sufren los guardias civiles, apostando por un cambio organizativo en el despliegue territorial que modernice el funcionamiento policial del Cuerpo, un justo reparto de la productividad y las medallas; así como la conquista de derechos, como el derecho de sindicación que permita a los guardias civiles dejar de ser los parias de los policías para disfrutar de turnos de trabajo, mejorar nuestras condiciones económicas, así como nuestras garantías profesionales, órganos eficaces de prevención de riesgos laborales, catalogo de puestos de trabajo, acabar con las comisiones de servicio “sine die”, protocolos garantistas para erradicar el acoso laboral y/o sexual, así como para disminuir los casos de suicidios, o la eliminación del Código Penal Militar.

AUGC nació para cambiar la Guardia Civil, para que los guardias civiles dejen de ser ciudadanos de segunda y se conviertan en ciudadanos uniformados con la progresiva extensión de derechos, tan solo limitados estos en el estricto ejercicio de nuestras funciones. Siendo por tanto sujetos de pleno derecho en las estructuras normativa del Estado. 

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