Los generales de la Guardia Civil a lo suyo, a llenarse el pecho de medallas

Siguen a lo suyo. Parece ser que al generalato de la Guardia Civil no le basta con repartirse la Productividad, dejando las migajas a los trabajadores del Cuerpo. Ni vivir a cuerpo de rey en sus despachos, mientras que los guardias civiles se juegan el tipo cada día haciendo frente a su trabajo en condiciones cada vez más precarias.

por Juan Fernández Hernandez

reparto de medallas
reparto de medallas

Siguen a lo suyo. Parece ser que al generalato de la Guardia Civil no le basta con engordar sus sueldos mediante el auto reparto de la Productividad, dejando las migajas a los trabajadores del Cuerpo. Ni vivir permanentemente en sus despachos, mientras que los guardias civiles se juegan la vida cada día haciendo frente a su trabajo en condiciones cada vez más precarias.

No, los altos mandos también quieren presumir de pecheras llenas de medallas, ganadas ellos sabrán por qué méritos. Así, en el último Consejo de Ministros se han dado a conocer los nuevos oropeles que los máximos prebostes del Cuerpo se han vuelto a conceder a ellos mismos, en una ridícula demostración de autocomplacencia.

En la relación de “medallistas” nos encontramos con nombres como los de los tenientes generales de la Guardia Civil Domingo Martínez Palomo y José Luis Ulla Rega, a los que se les concede la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil.

Este mismo reconocimiento ha sido otorgado al general de división Benito Salcedo Muñoz, y a los generales de brigada Rafael Galán Toledo y José Manuel Díaz Cubelos.

Desde AUGC volvemos a lamentar que, a mayor rango en la Guardia Civil, mayores sean los privilegios, las recompensas económicas y los reconocimientos oficiales. Mientras esto se produce, los guardias civiles deben seguir resignándose a ser los policías peor pagados, a carecer de derechos sociolaborales fundamentales, como es el de contar con una jornada laboral digna o el de poder organizarse bajo la denominación de sindicato para defender sus derechos.

En estas circunstancias resulta especialmente difícil mantener la motivación idónea para hacer día a día un trabajo que exige grandes sacrificios, más cuando seguimos comprobando cómo la Dirección General se resiste a cumplir incluso sus compromisos firmados, como es la implantación de una jornada laboral digna. Pese a todo, que nadie dude de que AUGC está más fuerte y unida que nunca para seguir reclamando los derechos de los guardias civiles. Unos derechos que llegarán más pronto que tarde.

 

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